viernes, 5 de febrero de 2021

Docentes jubilados no alcanzar a disfrutar el esfuerzo de su trabajo

 Sin temor a equivocación, puedo afirmar que los profesores jubilados hicieron del ejercicio docente un apostolado en beneficio de la niñez y juventud, también estoy seguro que la mayoría de ellos vivió como propias las penurias de las comunidades donde trabajó, recorriendo largas distancias sin vialidad y sin transporte, sin alcantarillados, sin agua potable ni luz eléctrica, sin servicios de salud, inclusive sin infraestructura escolar, pero siempre venciendo todas esas adversidades los maestros hoy jubilados llegábamos hacia nuestro sitio de trabajo.

Los gobiernos de turno de manera justa reconocieron y entregan desde hace más de sesenta años a los empleados públicos que se jubilan un merecido incentivo económico. Sin embargo, este derecho le fue negado al magisterio ecuatoriano. Para compensar esta discriminación, los maestros organizados en la UNE, lograron arrancar a la Junta Militar de 1964 un Decreto Supremo y la firma de un Convenio, en el que además de tener la protección del seguro general obligatorio, los profesores pagaríamos un aporte adicional del 5% personal con la finalidad de tener el derecho a una pensión adicional proporcional al tiempo laborado en el magisterio, para así de alguna manera mejorar las ínfimas pensiones jubilares.

En el 2008, cientos de maestros activos y jubilados de todo el país junto a Mery Zamora, presidenta nacional de la UNE, Alfonso Yánez representante de los jubilados y a Jorge Escala, asambleísta constituyente, acudimos por más de una ocasión a Montecristi para exigir a la Asamblea Constituyente reconozca el estímulo a la jubilación de los y las docentes del sector público, la misma que luego de una huelga de hambre, aprobó la vigésima primera disposición transitoria de la Constitución, en la que finalmente se reconoció el pago de una compensación variable fijando como monto ciento cincuenta salarios básicos unificados del trabajador.

En esa historia se inscribe la lucha de los jubilados, en especial a los de los años 2008, 2009 y 2010, a los que el Presidente Correa les cercenó el pago conforme a lo estipulado por la Constitución, luego el resto de jubilados han sufrido el engaño de los gobiernos de Correa y Moreno, quienes primero decidieron no pagar en efectivo sino entregar bonos, luego mediante la emisión de Acuerdos Ministeriales y cronogramas para el pago del estímulo de jubilación, han postergado dicho compromiso. Vale agregar dos aspectos: 1. Cientos de jubilados han fallecido sin alcanzar a disfrutar el esfuerzo de su trabajo al cual tenían derecho; y, 2. Los bonos en el mercado bursátil llegaron a ser penalizados hasta con un veinte por ciento.

En ocasiones siento vergüenza ajena, al escuchar decir a mis compañeros jubilados que solamente les importa recibir el bono y a otros el pago del estímulo, que “por favor no se hagan opiniones políticas”, es una pena que hayan olvidado que el compañero Alfonso Yánez, murió luchando y exigiendo políticamente hasta sus últimos días, ese derecho para todos los jubilados.

viernes, 29 de enero de 2021

Que nuestro voto aporte al desarrollo nacional

    A una semana de las elecciones para presidente y asambleístas, la pandemia por COVID-19, la inseguridad ciudadana y la corrupción son las mayores preocupaciones del pueblo ecuatoriano, males que agravan la pobreza por la falta de plazas de trabajo. A esto se suman las ofertas demagógicas y hasta torpes de politiqueros putrefactos, que hacen que la ciudadanía se muestre pesimista y con el temor de que su voto sea traicionado. 
    Señores y señoras aspirantes a Carondelet y a la Asamblea Nacional, sé que su mayor preocupación es ganar las elecciones; sin duda, su triunfo o pérdida depende del dinero invertido y no del proyecto de gobierno presentado ante el Consejo Nacional Electoral. Muy a mi pesar, presumo que los votos que obtengan responderán a las esperanzas del pueblo por salir de su desdicha, y no como de debe ser, a los principios ideológicos del partido al que pertenecen los postulantes. 
   Candidatos y candidatas, estoy seguro que coincidimos, en que hay mucho por reorientar para encaminarnos al logro de la justicia social y al mejoramiento de las condiciones de vida de todo el pueblo, por eso hago los siguientes planeamientos:
   ¿Cómo se manejará el problema sanitario para combatir y detener la pandemia por COVID-19 a fin de retornar con la suficiente seguridad biosanitaria al trabajo presencial?
   ¿Qué medidas propondrá para garantizar la seguridad ciudadana y combatir la corrupción e impunidad que son las cusas principales que detienen el desarrollo socio-económico y postergan la solución de los problemas nacionales?
  ¿Específicamente cómo pretenden resolver el problema del desempleo, mal que incrementa la desigualdad social de millones de ecuatorianos?
  ¿Qué leyes propondrá reformar o crear a fin de asegurar la educación y la cultura, la salud pública y la asistencia social, y fuentes de trabajo, rubros aún pendientes de un verdadero proyecto nacional de gobierno conforme lo establece la Constitución?
   ¿Está de acuerdo en ampliar el poder de la revocatoria del mandato a los funcionarios y servidores públicos que no cumplan con sus responsabilidades?
   Se acerca la hora de decidir, la opción reivindicativa, es tomar posición y vincularse de manera fraterna con Unidad Popular Listas 2, con Johana Granda, Mery Zamora y Yaku Pérez, y junto a ellos comprometerse con el presente y futuro de nuestros hijos y con la patria, a fin de que la suma de acciones vaya en defensa de la soberanía nacional, de la democracia, para que en la práctica nuestro voto aporte al desarrollo nacional dejando atrás ese pasado oprobioso de miseria y explotación a que nos han sometido los gobiernos de turno.
    Finalmente, parafraseando a Luis Aguilé, “que se imponga la Ley, no queremos perder nuestra forma de ser, somos gente de paz, que no tenga ocasión de ganar el ladrón… esto debe cambiar, para gobernar con firmeza y acción”
    La opción del magisterio, de los estudiantes y de los sectores desclasados y desplazados, son los candidatos de Unidad Popular Listas 2, Giovanni Atarihuana, Mery Zamora, José Villavicencio y Scarlett Tamayo; así como Manuel Medina, Johana Granda, Wilson Sigcho y Rosa Alva Morocho candidatos a asambleístas por Loja. Quienes junto a Cristina Cachaguay y Andrés Mendoza candidatos al Parlamento Andino se han comprometido a sumar energía y fuerzas para derrotar a la derecha neoliberal y al correísmo. 
    Unidad Popular Listas 2, apoya la candidatura presidencial de Yaku Pérez para darle las herramientas jurídicas que cambien el Ecuador, combatir la corrupción, nuevas leyes de educación, de universidades, de seguridad social y una reforma tributaria para bajar dos puntos del IVA, además de la exigencia al SRI para que cobre los impuestos a los grandes evasores.

viernes, 22 de enero de 2021

Apoyo a la educación para gestar desarrollo cultural y sociopolítico

La verdadera libertad empieza por tomar consciencia de que todo lo que hacemos son actos políticos. No dudar de que todo acto humano es un acto político. Desde comprar las papas, el cumplir o no cumplir con nuestras responsabilidades, o el acto de manifestar o no los pensamientos que tenemos para cuestionarnos o no sobre la realidad circundante, también son actos políticos.

Parafraseando a Federico Engels, los trabajadores, campesinos, estudiantes y los sectores populares, tenemos que indagar el porqué de la pobreza y las injusticias e imaginar soluciones para a través de la organización comenzar a dar los primeros pasos para ser personas verdaderamente emancipadas. Como lo hizo Jaime Hurtado González en su formación profesional y política que lo caracterizó como auténtico líder popular, no solo debió romper las ataduras de la sociedad, sino también con la ideología conservadora de su pequeña Malimpia, en el cantón Quinindé de Esmeraldas.

Guardando las distancias y diferencias, mientras Engels alcanzó su propia verdad ideológica al salir de su posición de burgués en la fábrica de su padre, para recorrer los barrios insalubres donde vivían los obreros; Jaime Hurtado vivió esa realidad, trabajando en el campo y sintiendo las angustias por sobrevivir junto a su familia, allí tomó conciencia de las injusticias de la sociedad burguesa que gobierna hasta nuestros días.

Ahora inmersos en un proceso electoral, vemos una diversidad de aspirantes a diversas dignidades, algunos haciendo alarde de ser apolíticos, algunos denigrando a la universidad al expresar que no es necesaria la formación profesional, y otros atacando a aquellos candidatos con una orientación progresista y de izquierda como Unidad Popular y Pachakutik que abiertamente han declarado su lucha contra la pobreza, la miseria y la búsqueda de la justicia social. Desde la izquierda se reclama mayor inversión en educación, porque hay una relación directa entre la creación de conocimiento y el mejoramiento de las condiciones de vida y consecuentemente en el desarrollo de la sociedad.

Me referiré a tres de los postulantes que participaron del debate presidencial organizado por el Consejo Nacional Electoral. Arauz, ahijado del correato asomó colmado de cinismo y demagogia barata, ofreciendo regalar mil millones de dólares del Banco Central a un millón de madres pobres. El aristócrata Lasso con su slogan “ya qué chuchas” ofreció créditos al 1% cuando en el Banco de Guayaquil cobra a más del 16 %. Finalmente, apareció Yaku Pérez mostrándose capaz para solucionar la crisis pandémica y económica que vive el país, duro para combatir la corrupción, defensor de la vida y la naturaleza, firme en el apoyo a la educación y la investigación para que la juventud acceda a la universidad y sean ellos los gestores del cambio cultural y sociopolítico que necesita el pueblo ecuatoriano.

sábado, 16 de enero de 2021

Solo el pueblo podrá cambiar la historia de la vieja política

Con la convicción firme de mis principios y como defensor de la educación y de las causas populares, he podido ver y palpar en estos tiempos como el gobierno capitalista e incapaz de solucionar la problemática sanitaria y social, en medio de la pandemia sanitaria intenta esconder con dádivas las desgracias sociales que agravan las condiciones de vida, negando empleo digno, acceso a la salud y a la educación en la forma que el propio gobierno impone.

No cabe duda que el sistema y la estructura del gobierno nos muestra el poco respeto a los principios elementales de la convivencia humana, la democracia y la ciudadanía. Confirmándose que la brecha de la pobreza es un desafío social a vencer, para evitar que los sectores vulnerables a esta crisis se hundan más en la miseria, como las amas de casa jefas de hogar, los trabajadores informales, trabajadoras domésticas, personas adultas mayores, población rural, personas con discapacidad, niñas, niños, adolescentes y migrantes que mendigan en las calles.

Desde la óptica de docente, observo que de la noche a la mañana se masificó la educación virtual y una serie de propuestas educativas digitales, en principio no como un apoyo pedagógico para mejorar los aprendizajes, sino en oposición a la presencialidad, para denostar e incluso para prescindir del profesorado, lo cual por supuesto está asociado a una oculta forma de privatización, mercantilización y exclusión de la educación.

En cuanto al regreso a las aulas, los profesores hemos dicho que sí. Pero hay que considerar que esto es un grave dilema, por un lado, en las condiciones actuales del rebrote de la pandemia aumentaría la probabilidad de contagio de niños, jóvenes y adultos. Mientras que, al mantenerse cerradas las escuelas, los índices de rezago y exclusión escolar aumentarían porque los factores económicos se imponen a las pretensiones del Ministerio de Educación y a las recomendaciones del COE.

Si la capacidad financiera del gobierno al igual que la economía familiar de los sectores populares están a punto de colapsar, me pregunto ¿cuáles son los escenarios inmediatos y de futuro que se proyectan y qué medidas tomará el gobierno para evitar que la peligrosa pandemia social, la de la pobreza, se generalice? ¿acaso esperar a la solución que han planteado los candidatos de la década robada y de la derecha banquera? O tendríamos que reflexionar sobre la oportunidad de fortalecer y potenciar las candidaturas de Johana Granda para Asambleísta Provincial, Geovanni Atarihuana para Asambleísta Nacional por Unidad Popular listas 2, y de Yaku Pérez para Presidente.

 Finalmente, es el momento de palpar lo que se vive en las calles y forjar la unidad porque solo los candidatos que representan al pueblo podrán cambiar la historia de la vieja política y acabar con la corrupción.

viernes, 8 de enero de 2021

Vacuna contra la pobreza, tarea imperdonable del Estado

Pareciera que el tiempo transcurre inexorable, aunque a veces es ajeno a la racionalidad abstracta de mucha gente que quizá con propiedad haya anidado en la conciencia individual y colectiva ese viejo refrán, según el cual “algunos días se nos escapan en un abrir y cerrar de ojos”, mientras otros parecen que tardan tanto como la utopía de erradicar la corrupción.

El citado refrán de repente nos suscita imágenes del pasado y nos devuelve un poco del tiempo perdido y empeorado por las infames pandemias de la salud y la pobreza. Se ha anunciado que la vacuna para la primera llegará los próximos días. Mientras que la vacuna contra la pobreza sigue siendo una tarea imperdonable del Estado, cuya exigencia de cumplimiento nos involucra a todos, pero más, a los sectores empobrecidos y de las clases populares; el silencio implicaría ignorar la señal de alerta en el Ecuador de hoy, sometido al atraco del erario y al dominio del Estado capitalista neoliberal que agiganta la brecha entre ricos y pobres mientras privatiza los servicios básicos y empresas públicas, olvidándose de las normas constitucionales.

Atosigados por las circunstancias sanitarias y electorales, pocos han reparado que en el futuro de las inmediatas generaciones no se avizora nada bueno debido a los gobiernos que cada vez más y en mayor cantidad entregan los recursos naturales a las transnacionales; debido también a la especulación del capital financiero que se nos impone. Ante esto, se escuchan voces de la izquierda política y de los trabajadores que reclaman la necesidad de la unidad popular para juntar las fuerzas que garanticen la consecución de un nuevo gobierno y el bienestar de todos y cada uno.

Como se intitula el libro de Pablo Neruda, Confieso que he vivido, directamente las pseudas democracias de los últimos cincuenta años, y todas han estado abocadas a los mismos problemas económicos estructurales y a las crisis de institucionalidad política. En algunos tramos de esta vivencia, con la aprobación del imperio norteamericano –que a propósito hoy simulan pelearse el poder cuando en realidad son lo mismo– se instalaron dictaduras que agravaron más las condiciones de vida del pueblo ecuatoriano.

Es cierto que hemos tenido un año complejo, llenos de dificultades que determinaron nuevas relaciones y formas de trabajo y de convivencia, sin embargo tenemos que estar conscientes que la crisis no se solucionará por obra divina, por eso de inmediato debemos emprender a erradicar los males parasitarios heredados de la burguesía. Ese cambio exige caminar a través de una larga lucha por la resistencia y la liberación social y nacional. Exige procesar la más amplia experiencia organizativa, el compromiso y la responsabilidad para convocar a los electores a votar el 7 de febrero por Yaku Pérez y los candidatos de Unidad Popular listas 2.

viernes, 1 de enero de 2021

Discutir y discrepar, sin negar la identidad de clase

Con o sin COVID-19, todos los días la mayoría de los ciudadanos luchamos en las calles contra la muerte y la pobreza, es una batalla infame que quienes ostentan el poder económico y político nos llevan a optar por el mal menor, la sobrevivencia. No nos conformamos y salimos a vivir, porque en este tiempo pandémico hay que hacer el tiempo de liberación. No hay espacio para descuidarnos, el futuro de nuestros hijos está en peligro, el nuestro también.

Las organizaciones sociales junto al pueblo no pueden esperar, en el camino se irán fortaleciendo. Aun con las incertidumbres a cuestas, hoy es tiempo de vivir y luchar. Por eso, en medio del temor al contagio y con las protecciones biosanitarias hay que salir a mostrarse y a mostrar el poder de la unidad popular, a encender el debate y defender nuestra propuesta, porque no es hora de especular. Necesitamos hablar, pero también escucharnos. Lo diferente es lo que complementa la verdad colectiva y empuja al pueblo al anhelado cambio.

Después del 10 de agosto de 1979 el país se encuentra en manos de un “caudillo llamado oligarquía” que ha venido representando y sirviendo a lo que ahora ellos mismos denominan partidocracia, esa clase política podrida y corrupta, populista y oportunista, además de relacionada con ciertos medios de comunicación que se encargan de la manipulación de las estrategias más cuestionables para turnarse y mantenerse en el poder hasta nuestros días. El mérito es, ser leales y actuar como títeres para cumplir las recetas del FMI.

Ya iniciada la campaña electoral, el conflicto no es propiamente contra la pandemia. Lo es entre la riqueza opulenta y la pobreza vergonzante. Entre los partidos de la derecha oligarca cuya demagogia parece caerse a pedazos; y el partido de los profesionales y servidores públicos honestos, de las amas de casa y los miles de desocupados, de los trabajadores y campesinos, de ese partido que precisamente lo encabeza un campesino, Yaku Pérez, a quien ni las frases de odio y racismo, ni la desinformación han hecho callar su voz denunciando la profunda crisis a la que han sometido al país.

Los ecuatorianos somos hijos de la historia que se escribió durante la colonia y la independencia, de la historia escrita por los miles de héroes anónimos que en busca de trabajo mueren a diario a causa de la pobreza y la delincuencia, realidad que la memoria colectiva parece ha olvidado. Por ello, la necesidad de reconocer la identidad de clase, ella determina y enriquece la identidad nacional. En febrero de 2021 estamos convocados por voluntad propia a resolver los problemas de nuestro pueblo, “porque esta vez no se trata de cambiar un presidente, será el pueblo quien construya un Ecuador bien diferente”.

Finalmente, en medio del evidente aumento de contagiados por COVID-19, iniciamos el año 2021 con el deseo ferviente de que en base a la unidad popular realmente tengamos un combativo y feliz año nuevo.

viernes, 25 de diciembre de 2020

Hacia un nuevo ordenamiento jurídico y de valores éticos

A puertas del inicio de la campaña hacia Carondelet y la Asamblea Nacional, los candidatos hablan y prometen un programa hacia la igualdad social, sin embargo, muchos de ellos no conocen el verdadero significado de la igualdad social. Dicen que la riqueza es la principal reguladora de lo social y de la propia existencia humana, si es así, entonces primero hay que atender la pobreza de buena parte de la población, pero para hacerlo no podemos perder de vista que esa regulación descansa sobre un andamio estructural político que hay que cambiar de manera urgente.

El escritor español Javier Cercas expresa que una sociedad sana debe tener tres tipos de individuos: “un maestro que enseñe a vivir, un médico que ayude a morir y, por último, una persona que diga no”, no a todo lo que se nos ofrece, individuos que sean críticos y reflexivos. De allí que la tarea principal de la educación sea formar ciudadanos excepcionales y capaces de rebelarse con un rotundo no a la corrupción para así resguardar la dignidad personal y de la comunidad. La sentencia de Juan Montalvo sigue vigente: “desgraciado del pueblo donde los jóvenes son humildes con el tirano, donde los estudiantes no hacen temblar al mundo”.

Los empleados y trabajadores jóvenes no pueden permanecer contemplativos de nuestra realidad. Es cierto que la pandemia generó una escalada de la ya existente crisis social, económica y política. En cuanto a la seguridad social, está en juego su propio futuro, más allá de los desfalcos de los directivos que se han turnado, el modelo actual es insostenible en el tiempo, sean conscientes de que sus aportes tienen un respaldo incierto. Es la hora de asumir no solamente compromisos en las urnas, sino ante todo, unidad, organización y responsabilidades para exigir del Estado respuestas inmediatas y no solamente promesas que finalmente no se cumplen.

La juventud que es parte de los trabajadores, campesinos, obreros, estudiantes bachilleres que no pueden ingresar a la universidad, de los estudiantes universitarios, de los miles de profesionales desocupados, no pueden dejar su innata rebeldía ni renunciar a los grandes desafíos de transformar la sociedad y construir ese nuevo país donde realmente se trabaje por la igualdad social, por disminuir la brecha de la pobreza frente a la riqueza oligarca. En efecto, los jóvenes tienen derecho a respaldar al sistema actual o trabajar para que el ordenamiento jurídico y los valores éticos guíen la actividad socio económica y política de los ecuatorianos.

Finalmente, jóvenes, no olviden que durante los dos gobiernos de la “revolución ciudadana”, Odebrecht para hacerse de las grandes obras de infraestructura no solo corrompió a los correístas y morenitas, sino a cientos de políticos y funcionarios públicos y privados como lo documentó Fernando Villavicencio y lo denunció Geovanni Atarihuana en su momento, y que luego la propia Odebrecht, reconocería que sus socios locales estaban al tanto de los sobornos y que aportaban para diferentes “gastos” del gobierno.

viernes, 18 de diciembre de 2020

Ni atados a la burguesía ni aislados del pueblo

     A un año de la aparición y declaratoria de la pandemia por COVID-19, en China, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos, se ha empezado a vacunar, mientras en los pueblos del sur, la esperanza de recibir la ansiada vacuna deja al descubierto las desigualdades sociales, el racismo y revela aún más la inmoralidad del imperialismo, que ha acaparado la producción de las vacunas en cantidades considerablemente mayores a las necesarias, relegando a los países más pobres para mediados del 2021 y probablemente hasta el 2022 la inoculación que podría salvar sus vidas.
     Ni la pandemia actual ni las desigualdades sociales son nuevas ni responden a la voluntad divina. El filósofo Jacques Rousseau en 1755 sostuvo que “la desigualdad social y política no es natural, que es el resultado de la propiedad privada y de los abusos de aquellos que se apropian para sí de la riqueza de los pueblos”. Esto describe al modelo capitalista como el generador de las injusticias sociales a nivel mundial, confirmando que una pequeña parte de la población denominada oligarquía tiene el poder y el control social y económico sobre la mayoría de los ciudadanos y de los pueblos.
     El presidente Moreno, al igual que los anteriores, ha concedido cada vez más poder a las élites políticas de la oligarquía, con las que gobierna paralelamente, o si se quiere, de manera invisible a través de las corporaciones empresariales y financieras que llegan a tener una inmensa potestad política y legal, con ello someten al Estado a mayor endeudamiento y a las recetas del FMI aprovechándose de ello para evadir el pago de impuestos, disminuir la inversión en los servicios sociales para luego privatizarlos. Además con el cuento de agrandar la productividad y ser más competitivos, empeoran las condiciones salariales y laborales de los trabajadores aumentando los índices de desempleo, a consecuencia de lo cual crece el descontento popular y la pobreza.
     A lo largo de la historia el sistema político ecuatoriano ha funcionado como un bingo de la corrupción, en el que se reparten los puestos burocráticos y las candidaturas según los aportes económicos, “a más dinero, más encumbrada tu candidatura”. Esto caracteriza la democracia burguesa, que deriva en una política sin lealtades ni responsabilidades entre candidatos, partidos y sociedad. La única meta de la burguesía es “rentabilizar sus aportes de campaña” por medio de la coima en la contratación de obras públicas y el cobro de “diezmos” a los servidores públicos.
     Finalmente, para despecho de quienes dicen que la movilización no es necesaria porque el gobierno soluciona con dádivas los problemas sociales, están equivocados. Hoy la movilización y la formación política cobran mayor fuerza. La posibilidad de un gobierno con Yaku Pérez significa para los sectores populares defender desde la unidad popular nuestros derechos y administrar el país no atados a la burguesía ni tampoco aislados del pueblo. Es la posibilidad de solucionar las necesidades de la vida cotidiana y de construir el país que soñamos.


 

jueves, 10 de diciembre de 2020

Pago del salario completo a los docentes es resultado de la movilización

La educación en cualquier parte responde al modelo de país que se quiere construir, esto implica reforzar la formación docente, su campo disciplinar y los saberes pedagógicos que se requieren para construir un mundo diverso, de respeto, de justicia social y educativa, porque precisamente la mayor dificultad está asociada a las profundas desigualdades de la población económicamente menos favorecida.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos - INEC, entre las principales causas del abandono del sistema educativo de jóvenes de entre 15 y 18 años, está el ingreso al mercado laboral debido a las dificultades económicas de sus padres; seguido de embarazo prematuro; y por la imposición de evaluaciones descontextualizadas, falta de cupos en las universidades públicas y cobros exagerados en las universidades privadas.

Por otro lado, el mismo INEC destaca que 1 de cada 20 niños/as de 5 a 12 años y uno de cada diez adolescentes de 13 a 15 años no asistió a un plantel educativo en el 2017, a pesar de que la escolaridad para estas edades por mandato constitucional es obligatoria. El problema se agrava, por la escasa oferta de casas cunas públicas para que los progenitores jóvenes dejen a sus hijos y puedan continuar sus estudios o concurrir a trabajar. Por cierto, la falta de fuentes de trabajo va en aumento.

El gobierno se jacta de estar junto al pueblo, pero no es así, porque el presupuesto de los años 2019 y 2020 y aún antes de la presencia de la pandemia COVID-19 sufrió recortes en la política social, salud, educación, vialidad y otras responsabilidades claves del Estado. La Constitución establece que debe destinarse al menos el 6% del PBI para financiar la educación y esto fue incumplido y rebajado; las partidas más afectadas fueron infraestructura, becas, formación docente, mejoramiento de las condiciones de trabajo y de los salarios de los docentes.

Con el pretexto de la COVID-19, se disminuyó la jornada de trabajo y con ello también el salario de los docentes en el 8,33%. Durante el gobierno del presidente Correa y con la complicidad de una autodenominada red de “malos” maestros, se eliminó la Ley de Carrera Docente ganada por la UNE en 1991 en duras luchas junto a los maestros unionistas. Hoy los docentes se consideran servidores públicos, sin embargo, su salario se ha congelado desde el 2010 en montos inferiores a los que reciben empleados públicos no profesionales.

La ministra Monserrat Creamer anunció que desde el mes de diciembre los profesores fiscales “volverán a trabajar 8 horas diarias, por ende, cobrarán su salario completo, además dispuso unilateralmente el trabajo presencial a partir de enero del 2021”. En cuanto al pago del salario completo, esto responde a las jornadas de movilización de la UNE exigiendo el respeto a la dignidad de los maestros. Recuerden que Mauricio Pozo ministro de finanzas quiso extender seis meses más el descuento, pero la acción gremialista de la UNE lo hizo retroceder.

viernes, 4 de diciembre de 2020

Esos niños y jóvenes a los que llaman alumnos

La educación de la niñez y juventud siempre será un tema de capital importancia para toda sociedad. Aunque parezca trillada la frase, “según como los eduquemos será su futuro y el del país”, junto a la Unión Nacional de Educadores, muchos docentes día a día han dedicado su esfuerzo por la construcción de una patria nueva, equitativa y solidaria, aspiración que penosamente se posterga por el desinterés de los gobiernos de turno.

Hay que reconocer que la escuela y la familia han centrado más su atención en la instrucción y menos en la educación. Este artículo pretende ser y hacer un sencillo llamado a los maestros que tienen en sus manos la tarea pedagógica, con la finalidad de que en estos tiempos de pandemia, traten menos aquellos contenidos irrelevantes y den mayor importancia a la correcta expresión oral, al pensamiento crítico y a la investigación, que los motive a buscar respuestas a sus preguntas y no a consumir las ideas y respuestas que otros les ofrecen.

Para ello, el maestro necesita tener vocación para educar y respeto sin límites hacia sus alumnos; necesita dominar la asignatura que imparte y sentirse cada día motivado a investigar y profundizar en el conocimiento; algo básico es el manejo de métodos y técnicas de enseñanza que le ayuden a llegar a todos y cada uno de sus alumnos teniendo en cuenta las diferencias individuales. Solo así, la escuela garantizará el crecimiento humano de alumnos y maestros para que juntos se adentren en el mundo del conocimiento y la cultura, de la ética y los principios que rigen la educación emancipadora.

Por desgracia, durante la época neo revolucionaria, los presidentes Correa y Moreno desvalorizaron la profesión docente, decretando que cualquiera asuma la tarea de enseñar. Sin embargo, y desde el gremio unionista enfatizamos que, a las aulas no debe ir a enseñar nadie que no haya sido preparado para la docencia, porque esa preparación será lo único que garantice que labor educativa sea exitosa a la hora de formar hombres y mujeres pensantes y capaces de asumir el rol protagónico de sus vidas y del país.

Esos niños y jóvenes a los que llaman alumnos, a los que el gobierno y el ministerio de educación miran como una masa amorfa, nosotros los profesores de pensamiento crítico tenemos que ser capaces de reconocerlos como individualidades y únicos a los que debemos tratar y ver como seres humanos, con sus propias características para ayudarlos a cada uno a alcanzar el anhelado buen vivir. Esos serán los hombres y mujeres que pueden cambiar los destinos del Ecuador, que puedan trabajar y asumir con responsabilidad y honestidad las funciones públicas para el bienestar de todo el pueblo.

Finalmente, un llamado a trabajar juntos de modo que nuestra labor educativa contribuya a la creación de ese “hombre capaz de llevar luz en la frente, capaz de crear y crecer” al que se refirió José Martí en su poema “Yugo y Estrella”.

 

“Yugo y Estrella” / José Martí

  Cuando nací, sin sol, mi madre dijo:

Flor de mi seno, Homagno generoso

De mí y del mundo copia suma,

Pez que en ave y corcel y hombre se torna,

Mira estas dos, que con dolor te brindo,

Insignias de la vida: ve y escoge.

Éste, es un yugo: quien lo acepta, goza:

Hace de manso buey, y como presta

Servicio a los señores, duerme en paja

Caliente, y tiene rica y ancha avena.

Ésta, oh misterio que de mí naciste

Cual la cumbre nació de la montaña

Ésta, que alumbra y mata, es una estrella:

Como que riega luz, los pecadores

Huyen de quien la lleva, y en la vida,

Cual un monstruo de crímenes cargado,

Todo el que lleva luz se queda solo.

Pero el hombre que al buey sin pena imita,

Buey vuelve a ser, y en apagado bruto

La escala universal de nuevo empieza.

El que la estrella sin temor se ciñe,

¡Como que crea, crece!

Cuando al mundo

De su copa el licor vació ya el vivo:

Cuando, para manjar de la sangrienta

Fiesta humana, sacó contento y grave

Su propio corazón: cuando a los vientos

De Norte y Sur virtió su voz sagrada,?

La estrella como un manto, en luz lo envuelve,

Se enciende, como a fiesta, el aire claro,

Y el vivo que a vivir no tuvo miedo,

¡Se oye que un paso más sube en la sombra!

Dame el yugo, oh mi madre, de manera

Que puesto en él de pie, luzca en mi frente

Mejor la estrella que ilumina y mata.

viernes, 27 de noviembre de 2020

Maradona: defiendo mi fútbol como él defiende a su pueblo

El fallecimiento de Diego Maradona ha conmovido al mundo entero. En la retina de quienes lo vieron jugar no solamente están sus goles, sino ante todo su posición patriótica y soberana. La prensa burguesa poco a aludido la frase que con claro sentido político escribió en su autobiografía, refiriéndose al partido que ganaron en 1986 a Inglaterra cuatro años después de la guerra por la Malvinas: “Fue nuestra forma de recuperar Las Malvinas”.

Se fue Diego, pero quedan sus memorias y recuerdos imperecederos, posiblemente únicos, como el mítico gol con la “mano de Dios”, la visita al Comandante Fidel Castro en 1987 o la creación de la “iglesia maradoniana”, lo cual a la final y al cabo resultó ser el símbolo de la amistad y el amor que durante más de cuarenta años la fanaticada dedicó a su ídolo, a su “Dios”, al Pibe de Oro.

No contaré sus hazañas deportivas, ni sus declives emocionales porque eso lo saben de sobra, además con seguridad la prensa aprovechará para sus titulares durante mucho tiempo. Por ahora sus familiares, sus amigos más cercanos, sus excompañeros de equipo, políticos de todo color han manifestado su tristeza debido al fallecimiento de la estrella del fútbol mundial. Nery Pumpido arquero de la selección argentina campeona mundial de 1986, ha manifestado: “y un día ocurrió, un día lo inevitable sucedió, es un cachetazo emocional y nacional, es un golpe que retumba en todas las latitudes, la muerte había sido gambeteada varias veces, el destino del Pelusa ahora es parte de la triste realidad”.

Diego Maradona visitó varias veces Cuba y en cada una de ellas saludó con el Comandante Fidel Castro. No se piense que los diálogos con él marcarían su posición política, quizá si la definieron. Los ganadores del “Mundial de México 86” invitados a la Casa Rosada para celebrar el triunfo junto al Presidente Raúl Alfonsín, luego del festejo, Maradona le dejó en claro a la prensa cuál era su postura política. "Soy de izquierda, todo de izquierda, de pies, de fe, de cabeza. Pero no en el sentido que ustedes le dan al término político. Soy de izquierda en el sentido de que soy para Alfonsín, para el progreso de mi país, para mejorar el tenor de la vida de la gente pobre, para que todos tengamos paz y libertad".

En algún momento, un periodista cuestionó su amistad con Fidel Castro y ciertas declaraciones respecto de la vida en Cuba. A lo cual contestó, que no ha buscado la amistad de él por su condición de líder revolucionario ni por su por su marcada connotación política a nivel mundial. “Se equivoca quien lo piense así”, añadiendo que su amistad se fortaleció porque el pueblo cubano le tendió la mano cuando gran parte del mundo lo rechazaba en aquellos tiempos en que cayó en la droga, “es por eso que yo defiendo mi fútbol como Fidel defiende a su pueblo”.