lunes, 31 de octubre de 2011

DÍA DEL ESCUDO NACIONAL DEL ECUADOR



“Cómo será la patria cuando los niños... jueguen con la guitarra de la alegría.

Cómo será la patria sin las hogueras… donde se calcinaron huella y camino.

Cómo será la patria sin los puñales… sin la violencia… sin la tristeza”

Versos del conjunto musical Pueblo Nuevo


La historia cívica de nuestro país señala el 31 de octubre de cada año como el Día del Escudo Nacional, que junto a la Bandera y al Himno Nacional constituyen la personificación de la Patria, emblemas sagrados de la soberanía nacional y de la majestad de la Patria, que irradian no sólo la sugestión patriótica, cuya llama debe mantenerse viva, sino que también evocan los memorables acontecimientos de nuestra historia y las luchas del pueblo a través de los tiempos, para eternizar sus glorias, su cultura, su historia y el épico vibrar de nuestros próceres.

El Día del Escudo nacional que conmemoramos el día de hoy, es una fiesta ecuatoriana, es una fecha cívica para recordar. Nunca olvidemos eso, nunca olvidemos lo nuestro. En este día también, hay algunas instituciones que festejan Halloween, una tradición extranjera, que si hay que celebrarla o no, es otro asunto. Pero nunca debemos olvidar que, el 31 de Octubre es el día de uno de nuestros símbolos patrios, del Escudo Nacional.

Es por eso que estoy aquí, en este acto cívico, con el que nuestra escuela se propone ayudar a refrescar la memoria y a orientar las obligaciones personales y colectivas hacia la patria; y en el que ustedes le están dando la atención, respeto y solemnidad que se merece, demostrando así, su amor a la patria y a sus símbolos, símbolos que nos representan y nos dan identidad como ecuatorianos.

La historia de nuestro escudo es amplia, antes de ser oficializado, fue objeto de muchos cambios que se registran desde el 9 de octubre 1820 al proclamarse la independencia de Guayaquil.  Posteriormente con la incorporación de Quito a la Gran Colombia, el 29 de mayo de 1822 se adoptó el escudo colombiano. Luego el 17 de septiembre de 1830, en que nace oficialmente la República del Ecuador, se crea un nuevo Escudo. Otro escudo se adopta en 1835 con la disolución de la Gran Colombia. Dos nuevas modificaciones sufre nuestro escudo, durante la  Convención Nacional reunida en Quito el 18 de junio de 1843 y durante la Convención Nacional reunida en Cuenca luego de la revolución marzista de 1845.

Definitivamente, el actual Escudo Nacional del Ecuador fue adoptado de forma oficial por el Congreso el 31 de octubre de 1900, durante la Presidencia del General Eloy Alfaro, del Viejo Luchador, del defensor de la escuela laica y la soberanía nacional. Es el escudo al que hoy estamos saludando llenos de pleitesía y civismo.

El Escudo Nacional está posicionado dentro de un óvalo en el cual se destaca el majestuoso Chimborazo y el Rio Guayas, en el que navega un buque a vapor, símbolo de la navegación y el comercio. Reposa sobre un atado consular, insignia de dignidad republicana. Lo rodean, cuatro banderas nacionales adornadas con ramas de laurel y palma.

En la parte interior superior del óvalo, se destaca el Sol, adorado como divinidad benéfica y espiritual por nuestros antepasados. A lado y lado están los signos del zodíaco, que indican los meses en que se fraguó la gesta libertaria, cuyo punto culminante fue la Batalla de Pichincha, el 24 de mayo de 1822. Todo esto se corona con el Cóndor, símbolo de nuestra grandeza.

No olvidemos entonces, que el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional, son los símbolos patrios que personifican el fervor libertario y el orgullo de los ecuatorianos por su historia, rica en hechos gloriosos en los que el pueblo junto a los soldados lucharon con estoicismo desde mucho antes del 10 de agosto de 1809, desde y contra la conquista española hasta el glorioso triunfo militar del Alto Cenepa de 1995, para dejarnos como herencia, la libertad de la patria.

Finalmente quiero decir a ustedes niños y niñas: Que la mejor manera de rendir homenaje a nuestros símbolos patrios, es siendo buenos estudiantes, sólo así corresponderán al esfuerzo de sus padres y de la Patria.