lunes, 21 de mayo de 2007

¿Desempeño deficitario de los y las estudiantes pobres?

La evidencia sobre las brechas educacionales en el Ecuador es preocupante. Según las “Pruebas Aprendo” los y las estudiantes de escuelas y colegios particulares “obtienen puntajes superiores a los de escuelas fiscales” donde se educan los y las estudiantes pobres. Es decir, “se agrandan las diferencias en el rendimiento entre los alumnos” de los distintos grupos socioeconómicos.

¿Se podrá concluir, que la educación está en crisis, y que estas diferencias son reales? Antes de llegar a conclusiones apresuradas aunque coincidamos en la necesidad de transformar el sistema, debemos determinar si se puede atribuir el desempeño deficitario de los y las estudiantes pobres por la calidad de sus escuelas o colegios o si bien tiene más que ver con lo que ocurre afuera de ellos.

Desde que se conoció los resultados de las últimas Pruebas Aprendo, varios estudios empíricos han mostrado que lo que ocurre fuera de la escuela y del colegio explica la mayor parte del desempeño escolar de los y las estudiantes. Por tanto surgen nuevas preguntas ¿Quién educa y dónde se educan los estudiantes?

Por eso, cuando se analiza el desempeño escolar de los distintos grupos socioeconómicos es importante considerar el empleo del tiempo libre y sus actividades fuera de los centros educativos y respecto de los medios de comunicación. La educación para el tiempo libre consiste en permitir y orientar a los chicos y a las chicas para la realización, de manera voluntaria, de una serie de actividades con las que disfruten, aprendan, se abran nuevos campos, se relacionen, creen o descubran capacidades que tenían ocultas o dormidas. Por supuesto estas actividades están determinadas por la pertenencia de la niñez y juventud a uno u otro grupo socioeconómico.

La niñez y juventud que proviene de familias pudientes participan en talleres de música, literatura, teatro y pintura; hacen deportes; etc. En cambio, los niños y niñas y los y las jóvenes de familias pobres no tienen acceso a esas actividades, ni siquiera a espacios recreativos estimulantes, ocupan su tiempo libre frente a la televisión, juegos electrónicos o pasan en la calle siendo presas fáciles de quien sabe qué no más…

Un estudio realizado por estudiantes de la UNL examinó el efecto que el uso del tiempo libre tiene en el rendimiento escolar de los niños y niñas de educación básica de los diferentes niveles socioeconómicos de las escuelas de la ciudad de Loja, cuyos resultados arrojaron que los niños y niñas más pobres empiezan el nuevo año escolar con un nivel de lectura y matemática más bajo, mientras los niños y niñas de familias de la clase media y alta mejoran en ambas materias.

Probablemente, más tareas de matemáticas, de lectura o clases de computación para estudiantes pobres en vacaciones no sea la solución. Por el contrario, la eliminación de las diferencias de aprendizaje pasa por la atención presupuestaria oportuna por parte del gobierno a fin de proveer a las escuelas y colegios fiscales de una infraestructura adecuada y el financiamiento de los microproyectos para el adecuado uso del tiempo libre por parte de la niñez y juventud en aras de una verdadera formación integral.

Los promotores de las “Pruebas Aprendo”, además de los indicadores de conocimiento previstos, deben considerar que los y las estudiantes no pueden desarrollar sus destrezas y capacidades de lectura y matemáticas si en sus escuelas y colegios todos los servicios están privatizados. Si sus establecimientos no cuentan con espacios para la práctica de deportes o para la participación en clubes de teatro, música, periodismo, etc.…

En fin, que se les diagnostique también sobre estos y otros aspectos relacionados con la calidad de la educación, como es el apoyo a la capacitación y actualización de sus docentes. Caso contrario, las “Pruebas Aprendo” simplemente evidenciarán la desatención gubernamental a los establecimientos donde se educa la niñez y juventud de los sectores populares marginales y marginados.

La educación para el tiempo libre consiste en permitir y orientar a los chicos y a las chicas para la realización, de manera voluntaria, de una serie de actividades con las que disfruten, aprendan, se abran nuevos campos, se relacionen, creen o descubran capacidades que tenían ocultas o dormidas.

En nuestra sociedad se dedica mucha energía a alentar el ocio consumista. Resulta muy difícil salir a dar un paseo o pasar la tarde de un domingo con los hijos sin gastar dinero, pues hay una invitación continua a ello.

Estamos en la civilización del ocio e igual que uno se prepara para el ejercicio de cualquier profesión, también se necesita educar a los hijos para utilizar de forma beneficiosa su tiempo libre.

La jornada escolar suele completarse con las “actividades extraescolares”. Éstas pueden ser útiles si no se abusa de ellas, si sirven para desarrollar algún aspecto personal y si no se convierten en una asignatura más; además, deben tener un carácter lúdico y ser elegidas por ellos. Si se fuerza o se manipula a un niño para que realice una actividad que no le atrae mucho, es bastante probable que el interés por ella disminuya en poco tiempo o acabe odiando dicha actividad.

La misión de los padres estará dirigida a mostrarles distintas posibilidades: deportivas, artísticas, para conocer la naturaleza..., teniendo en cuenta las necesidades e intereses de sus hijos. Conviene tener claro, a la hora de elegir actividades, que los padres no pueden trasladar a los hijos sus propias frustraciones y pretender que hagan aquello que a ellos les hubiera gustado hacer. También va bien romper con planteamientos sexistas: ballet para las niñas y fútbol para los niños.

Al hablar del tiempo libre es preciso recordar la importancia de reservar un tiempo, exclusivo y diario, para que los hijos se relacionen y hagan cosas con sus padres y, así, cuidar el campo emocional. Y, por supuesto, los chicos necesitan también momentos para hacer otras actividades que les interesen: juegos, lectura, coleccionismo, etc.

Si a los niños no se les presentan alternativas para aprender a ocupar su tiempo libre, es probable que cuando lo tengan, se aburran y acaben refugiándose en la televisión o en el ordenador y los fines de semana se aficionen a comer hamburguesas y patatas fritas. La imaginación, la creatividad o el criterio propio habrán sucumbido a favor de unas tardes rutinarias, consumistas y preestablecidas.

viernes, 18 de mayo de 2007

REFLEXIONES VITALES QUE LOS EDUCADORES Y LAS EDUCADORES DEBEMOS HACERNOS HOY

Cuando digo todo educador, me refiero prácticamente a toda la sociedad porque todos tenemos responsabilidades educativas directas o indirectas. Claro está, que muy especialmente.
Las reflexiones y los cuestionamientos vitales que los docentes debemos hacernos acerca de nuestra acción educativa son hoy: El análisis del contexto, los sujetos de la educación, el para qué educamos y; cómo y con qué estamos educando. Reflexiones que a manera de ensayo respondo desde la llamada pedagogía crítica o solidaria que nos legará Paulo Freire.
1. ¿Cuál es el contexto en el que viven nuestros hijos y nosotros?;
El contexto actual a nivel de nuestro inestable país, es la corrupción, que en la actualidad a pesar de la resistencia de los forajidos está a la orden del día. La corrupción de los poderosos contra la desesperanza de los débiles, que al parecer han pasado de forajidos a foragiles. No lo voy a detallar aquí, pero lo constatamos a cada momento. Los poderosos tienen un especial control sobre nuestras vidas. No hay contexto en el que no se produzca esta subordinación de los débiles a los intereses de los fuertes. Este contexto debiera condicionar cualitativamente todo nuestro planteamiento educativo, puesto que:
­ Cuando se educa, consciente o inconscientemente se toma partido.
­ Educar para la solidaridad es preparar para una militancia por la defensa de la vida y la dignidad.
­ Educar para la solidaridad exige nuestro compromiso con los sectores empobrecidos excluidos de los beneficios sociales represados por la oligarquía.
2. ¿Cuáles son los sujetos de este proceso?;
El sistema capitalista despliega todo su poder para transmitir sus “contenidos” a través de la televisión, las películas, las bibliotecas, las revistas, los juguetes, los anuncios, los juegos de vídeo, los libros, los deportes, el espacio urbano y los centros comerciales, etc.
Son estas instituciones comerciales (es decir, las empresas transnacionales), los principales profesores de nuestra niñez y juventud. Ellas son el auténtico sujeto educativo, el eje del sistema educativo. No hay más que fijarse en quién tiene una auténtica autoridad sobre lo que dicen, hacen, sobre cómo visten y vive nuestra niñez y juventud.
Las demás instituciones “están en proceso de subordinación, son más agentes educativos” que sujetos educativos reales. Desde el punto de vista formativo la familia y la escuela casi ha desaparecido en muchos ámbitos de la vida de nuestros niñez y juventud, lo que las caracteriza se han convertido en instrumentos de sometimiento y conformismo útiles para la dependencia.
3. ¿Estamos educando a la niñez y juventud para convertir el mundo existente en un mundo solidario?;
La mayoría de instituciones educativas no han definido su proyecto educativo institucional PEI, por tanto no cuentan con un modelo educativo y quienes dicen tenerlo no lo conocen. Es decir no saben cual es la finalidad de su accionar, no se han planteado un modelo de persona y de sociedad.
Es evidente, en buena parte que por nuestro descuido de las instituciones educativas formales están saliendo personalidades tremendamente individualistas, “hedonistas y egoístas, de una gran fragilidad, tremendamente manipulables, gregarias, pandilleras y de gran agresividad”.
4. ¿Cómo estamos educando a nuestra niñez y juventud?.
El sistema capitalista está tratando de imponer un estilo educativo de “libertad de acción” en todos los ámbitos formales, es decir, en los que pudiendo educar no educan (familia, escuela, otras instituciones). El estilo de “libertad de acción” no autoritario, indulgente y permisivo lo definen el capitalismo como un estilo democrático, inductivo, razonador, afectuoso. En realidad se trata simplemente de un “dejar hacer, dejar pasar” porque yo ya tengo bastante con mis problemas.
Entonces es importante, que los docentes en la actualidad definamos una metodología y un estilo que comprometa la acción con la realidad de nuestro país, una metodología que considere los fenómenos históricos y sociales en continuo cambio, que explique las leyes que rigen las estructuras económicas y sociales, sus correspondientes superestructuras y el desarrollo histórico de la humanidad. Una metodología que promueva el estudio de los fenómenos en sus relaciones con la sociedad y que desarrolle a la niñez y juventud como personas para que puedan describir la historia a través de una concepción de lucha por una vida digna, equitativa, solidaria, que defienda la naturaleza y sus recursos y no una metodología puramente contemplativa, de dependencia y perdida de nuestra identidad y soberanía.