viernes, 18 de abril de 2025

Una Iglesia de Fe y Justicia que se encarne en el Dolor del Pueblo

Bienaventurados los ricos porque de ellos es la arrogancia en el reino de la tierra; mientras los pobres ven constantemente relegada la esperanza de justicia al “reino de los cielos”

 En los últimos años, la pobreza y la exclusión social han generado un profundo sufrimiento en nuestra sociedad. No se trata solo de una crisis económica, sino también moral y estructural. Como señalaron Monseñor Arnulfo Romero y Monseñor Leonidas Proaño, no se puede anunciar el Evangelio sin denunciar la injusticia y acompañar a los empobrecidos en su lucha por la vida digna.

Ante esta realidad, la generosidad y la solidaridad de los gobiernos brilla como signos de poder y no como Jesús enseñó, que compartir desde la escasez es fuente de bendición. La opción preferencial por los pobres, que ambos obispos encarnaron, exige no solo caridad, sino auténtico compromiso político y social, que debe traducirse en acción transformadora.

El papa Francisco, ha llamado a vivir las obras de misericordia como camino de conciencia frente a la pobreza. Nos recuerda que la Iglesia no puede ser neutral ante la desigualdad: debe ser voz de los sin voz, como lo fue Monseñor Romero desde el púlpito y Monseñor Proaño junto a los indígenas de la sierra ecuatoriana. Hoy, la corrupción política y financiera, junto con la violencia organizada siguen matando la esperanza popular. Por eso, urge una conversión ética y espiritual que impulse una patria nueva, donde la justicia y la equidad sean una realidad.

A diario vemos miles de familias sufriendo por una agudización de la pobreza, que como Monseñor Proaño afirmaba “perpetúan el dolor del pueblo”, debido a la falta de fuentes de trabajo, hiriendo la dignidad humana y alimentando el dolor social. También los niños y los ancianos viven situaciones de abandono. Monseñor Romero decía, “necesitamos una iglesia que se encarne con los pobres y los acompañe en su caminar”, porque “la niñez y la mujer son la esperanza de ese otro mundo posible, pero también son el termómetro de la injusticia de un país”.

Me reconozco respetuoso de la fe. Sin embargo, la cita bíblica de “Bienaventurados los pobres de espíritu”, me preocupa profundamente, porque solo los ricos pueden vivir su "felicidad" y arrogancia en el reino de la tierra, mientras que para los pobres la esperanza de justicia se ve constantemente relegada al “reino de los cielos”. Esta interpretación es utilizada por los gobiernos para perpetuar las desigualdades sociales en la tierra.

domingo, 13 de abril de 2025

13 de abril: Honor y Gloria a la Maestra y al Maestro

 

“Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso”

Con estas palabras inmortales, Simón Bolívar rinde tributo a su maestro Simón Rodríguez, síntesis viva del rol transformador que cumple el verdadero educador: sembrador de conciencias, forjador de pueblos, arquitecto de la Patria nueva, emancipada y soberana.

Cada 13 de abril, Día del Maestro, conmemoramos la vida y legado de gigantes como Eugenio Espejo, Juan Montalvo, Pío Jaramillo, Dolores Cacuango, Rosita Paredes, Eloy Alfaro, Miguel Riofrío, Benjamín Carrión y tantos más que empuñaron la palabra, la pluma y la tiza como estandarte emancipador. Sus ideales siguen vivos en las aulas y en las calles donde se lucha por la dignidad y la justicia.

Con la misma fuerza, honramos a los cientos de maestras y maestros anónimos, mártires silenciosos de la esperanza, que han entregado su vida en cuerpo y alma a la causa educativa, convencidos de que enseñar es resistir, y educar es liberar. Nadie nos arrebatará el sueño ni la convicción de que la educación es el arma más poderosa para transformar la historia, para derribar las cadenas de la opresión y para construir un porvenir donde quepamos todos.

La Constitución consagra a la educación como derecho humano, deber ineludible del Estado, y motor esencial para la igualdad, la inclusión y la emancipación social. Bajo ese espíritu, el pueblo ecuatoriano apostó por una educación pública, gratuita, humanista, democrática, soberana, independiente, intercultural, plurinacional laica y liberadora. Sin embargo, en los tiempos actuales, la educación ha sido reducida a una política de compensación social, sin el presupuesto constitucional, lo que disminuye la calidad de la educación y desvaloriza el rol sagrado del maestro. Frente a este agravio, las maestras y maestros alzamos nuestra voz. No por nostalgia, sino por conciencia. No por lamento, sino por lucha.

El próximo domingo 13 de abril, coincidencia o no (elecciones generales), una vez más se posterga el reconocimiento a la ardua labor de las maestras y maestros ecuatorianos. No obstante, lo anterior, vaya para ellos, un saludo combativo y fraterno. A ustedes que a diario siembran dignidad y cosechan futuro; que encuentran su mayor recompensa en la mirada luminosa de la niñez y la juventud. Honor y Gloria eterna a ustedes que son la llama viva de la transformación social.

 

viernes, 4 de abril de 2025

Luisa González y Daniel Noboa, tras bastidores firman acuerdo por la niñez y la familia

    El acuerdo entre Luisa González y Daniel Noboa con la Sociedad y Familia es una contradicción respecto a la dignidad humana y los derechos fundamentales. Académicos y políticos progresistas sostienen que la defensa de la vida no puede limitarse solo a una perspectiva biológica o conservadora, sino que debe considerar la vida en todas sus dimensiones: social, cultural, espiritual y, sobre todo, desde la óptica de la inclusión y el respeto a la diversidad.

La propuesta de ambos candidatos, al comprometerse con un enfoque que excluye los derechos de las personas trans, el aborto y la eutanasia, podría ser vista como una visión reduccionista de la vida. El respeto a la dignidad implica reconocer las múltiples formas de ser y existir. La vida humana no se agota en su dimensión física, sino que incluye el derecho a la identidad, el reconocimiento de las subjetividades y el derecho a decidir sobre el propio cuerpo.

Además, desde un enfoque ético y social, debemos subrayar la necesidad de una ética del cuidado que priorice el acompañamiento y la inclusión, especialmente de aquellos grupos históricamente vulnerabilizados, como la comunidad LGBTIQ. La política, en lugar de fortalecer discursos que perpetúan la exclusión o la discriminación, debería promover el diálogo plural y el respeto a las diferencias.

El compromiso firmado también parece contradecir la perspectiva liberadora que los sacerdotes Paulo Freire y Leonardo Boff proponen en términos educativos. Evitar lo que llaman “ideología de género” en la educación implica oponerse al derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones y negar la posibilidad de que los niños y adolescentes exploren y comprendan la diversidad humana. La educación debe ser emancipadora, formando ciudadanos críticos y abiertos a la pluralidad, no adoctrinando en visiones cerradas y excluyentes.

Por último, la instrumentalización de la fe en el contexto político también es cuestionable desde el pensamiento de Leonardo Boff, quien plantea que la espiritualidad debe inspirar la justicia social, no el poder o el control. Utilizar precisamente en medio de una campaña electoral, discursos religiosos para legitimar políticas conservadoras desvía el sentido genuino del mensaje cristiano, centrado en el amor al prójimo, la justicia y el respeto a los derechos humanos.

viernes, 28 de marzo de 2025

Un debate vacío y sin respuestas para un pueblo hambriento

Los ciudadanos pudimos observar un debate insustancial. Los candidatos Daniel Noboa y Luisa González se enfocaron más en descalificaciones mutuas que en presentar propuestas concretas para los sectores más pobres del país. Luisa González dijo que aumentará el gasto social en áreas afectadas por la violencia y ofrecer créditos de bajo interés a pequeñas empresas. Noboa por su parte, enfatizó que mantendrá subsidios solo para quienes los necesiten, y ​que no cobrará las deudas por impuestos a sus empresas.


La “Lorenza y el Monito” pertenecientes a los sectores más vulnerables, reclamaron que no se haya mencionado como solucionar los grandes males del país para poder “comer tres veces al día y hasta postre”. El debate electoral presentó dos candidatos de derecha que son parte del sistema político tradicional y corrupto, que a dentelladas buscan apropiarse de las instituciones del Estado para beneficiar a sus grupos. Mientras, el pueblo sufre precariedad laboral, falta de servicios básicos, desnutrición, violencia criminal, corrupción institucionalizada y la entrega de nuestros recursos naturales que profundizan la dependencia económica del país.

El crimen organizado avanza ante un Estado debilitado, reclutando jóvenes sin oportunidades. La impunidad y un sistema judicial al servicio de las élites alimentan la desconfianza. La corrupción estructural perpetúa la desigualdad, mientras se privatizan servicios públicos, debilitando al Estado. El desempleo y la precariedad afectan a millones. La salud pública colapsa por falta de recursos. La educación fiscal se hunde sin inversión, y miles de jóvenes quedan fuera de la universidad por recortes que destruyen sus sueños.

Lorenza que “cuando consigue trabajo gana 20 dólares al mes”, recalcó la exigencia de una democracia participativa, donde la voz de las otras “Lorenzas”, de los trabajadores, campesinos, estudiantes y comunidades no sea solo escuchada en elecciones, sino tomada en cuenta en cada decisión que afecta al país. De otro lado, “El Monito, el niño vendedor de refrescos en las esquinas” dijo que ambos candidatos representan intereses económicos poderosos, mafias, banqueros y empresarios; quienes jamás gobernarán para mejorar la vida del pueblo.

Gane quien gane en las elecciones del próximo 13 de abril, los sectores populares deben mantenerse firmes en la lucha por condiciones de vida dignas, rechazando con claridad todas aquellas políticas públicas que profundizan la desigualdad social y aumentan la brecha de la pobreza en beneficio de la burguesía.