viernes, 7 de noviembre de 2025

Estrategias neoliberales para recolonizar la nación

El Ecuador en dos años cambió de la noche a la mañana, de la expectativa a la desilusión. Hoy, nos convocan a una consulta y referéndum, para disfrazar la Constitución de “modernización”, la tarea urgente es: defender la nación.

En 2008, la mayoría de los ecuatorianos aprobó una Constitución que amplió derechos, reconoció la diversidad cultural. Fue el intento más serio de que los recursos del Estado vayan a educación, salud y empleo. Pero las élites, que nunca toleraron un país igualitario, la tildaron de “garantista de delincuentes”. Hoy, esa narrativa ha regresado con fuerza, culpar a la Constitución de todos los males, justificar su demolición bajo el pretexto de “seguridad”.

Lenin Moreno, Guillermo Lasso y ahora Noboa han acelerado la regresión del republicanismo. El actual gobierno propone, mediante un referéndum y una consulta impopulares, reinstalar la lógica oligárquica del siglo XIX, un país dominado por el dinero, con la política y pseudo democracia reservada para unos pocos.

Las preguntas del referéndum, esconden un programa de exclusión. Se plantea, la intervención de fuerzas militares extranjeras en la seguridad interna, volviendo a ser patio trasero especialmente de USA. Otra pregunta busca reducir el financiamiento público a los partidos, dejando fuera de la palestra política a las organizaciones sociales y populares; así solo participaran quienes puedan pagar campañas millonarias. También se propone hacer del poder legislativo una especie de club oligárquico al disminuir el número de asambleístas.

Para rematar, quieren reformar la Constitución, para desmantelar su estructura de derechos y al mismo tiempo rifarse la patria entre empresaurios, banqueros y burócratas escribiendo una nueva carta magna con las recetas del Departamento de Estado Norteamericano.

La derecha populista, aliada con intereses transnacionales, utiliza de manera descarada y violenta la manipulación y desinformación para vendernos la idea del “nuevo Ecuador”; pero en realidad busca consolidar su hegemonía para que los sectores populares defiendan las reglas que los oprimen. Así se normaliza el miedo, se criminaliza la pobreza y se convierte la democracia en negocio.

A Noboa le bastaron dos años para mostrar su versión entreguista y autoritaria. Quiere una nueva Constitución para privatizar la educación, salud, soberanía, justicia y dignidad. Por eso, el 16 de noviembre, frente al intento de recolonizarnos, queda un solo camino: decir NO a su mamotreto de preguntas.