viernes, 14 de noviembre de 2025

De la obediencia a la conciencia en la novela de Luchy Núñez

Hace casi veinticinco años leí la novela “No es tan fácil saltarse un examen” de Luchy Núñez. La misma, que puede resumirse como un proceso de concienciación, un camino por el cual la protagonista, María, transita desde una posición ingenua de la realidad hacia una comprensión crítica de su existencia. Pero como sostenía Paulo Freire, “las personas se educan entre sí, mediatizadas por el mundo”. En este sentido, María no es una receptora pasiva del conocimiento ni una simple transgresora de normas escolares, sino una joven que se apropia de la palabra escrita para transformar su comprensión del mundo y de sí misma.

 

La novela plantea una crítica al sistema educativo tradicional, centrado en la evaluación rígida y la memorización, al presentar una alternativa: la escritura autobiográfica como medio de aprendizaje significativo. María no busca una simple escapatoria al examen; en cambio, encuentra en la narrativa una pedagogía liberadora que le permite problematizar su vida, cuestionar sus circunstancias familiares y reconfigurar su identidad. Así, la escritura se convierte en práctica, en acción reflexiva transformadora. Su experiencia con la escritura confirma que el conocimiento no está solo en los libros de texto, sino también en la historia personal y en la palabra dialogada y escrita.

El entorno de María, con su madre trabajadora, un hermano con problemas de alcoholismo, otro con el que apenas se comunica, no es presentado como un simple trasfondo, sino como el campo real de su lucha. Al igual que los oprimidos de los que habla Freire, María enfrenta estructuras invisibles que limitan su desarrollo, pero, al narrarlas, las desvela, las nombra y, por tanto, comienza a transformarlas. A través del personaje de Marco, comprometido socialmente, la novela introduce además el concepto de solidaridad activa, otro pilar de la pedagogía liberadora.

El accidente de Roger, actúa como una situación límite que, en lugar de paralizar a María, la impulsa a una mayor reafirmación y reflexión de su capacidad crítica. En su acto de escribir, María no solo se redescubre, sino que también interpela a los lectores jóvenes a asumir una postura activa frente a sus vidas. Ojalá puedan leer la novela, “No es tan fácil saltarse un examen”, que es una invitación a la libertad, entendida como el proceso continuo de sensibilización y liberación del ser humano.