viernes, 13 de febrero de 2015

Compromiso social para el desarrollo nacional.



A propósito del llamado de la Supercom a “Bonil” por la caricatura que hacía referencia a las dificultades para leer que presentó el asambleísta “Tin” Delgado cuando se discutía la Ley de Aguas, han surgido una serie de posiciones a favor y en contra de uno y otro.

El propio asambleísta Delgado se ha victimizado diciendo que “lo atacan porque él ha surgido desde abajo”, que siempre los afro ecuatorianos han sido postergados de mejorar sus condiciones de vida -lo cual es cierto-; ha manifestado además, que la Constitución para su puesto solamente exige “ser ciudadano ecuatoriano”, lo cual también es correcto. Valga recordar y reflexionar que la LOSEP en el Art. 5 literal d) establece que para ingresar al servicio público se requiere “de preparación académica y demás competencias exigibles…” según sea el puesto de trabajo; y el puesto de asambleísta es de elevada complejidad y responsabilidad. Argumento de defensa podría ser el que para eso están los asesores. Por supuesto que sí.
Sin embargo es preciso recordar que los asambleístas -cuya elección en no pocos casos resulta ser fortuita-, más allá de la elaboración de normas para legislar, tienen la obligación de generar actos o acciones políticas innovadoras que conlleven al anhelado buen vivir, pasando primero por la eliminación de la corrupción especialmente de la clase dirigencial llamada independiente o tecnócratas apolíticos, que en la práctica son quienes operan contra la solución de los problemas sociales que aquejan a la comunidad.
Lo cierto es que, es necesario que los y las asambleístas cuenten con una formación intelectual mínima de tercer nivel y realizarse además el examen psicológico que se exige a todos para aspirar a un puesto de trabajo. La importancia de que los actores políticos cuenten con estos mínimos no es poca, puesto que el conocimiento, la capacitación académica así como una sólida personalidad y formación ética, son imprescindibles para evitar que los actos políticos estén en manos de una sola persona o grupo.
Corresponde a los legisladores, que se suponen representantes del pueblo, la tarea de ejecutar las acciones políticas que conlleven al desarrollo social y nacional. Desde luego, que para ello, se necesita un poco más que ser ciudadano ecuatoriano. Se necesita: compromiso social.