viernes, 4 de junio de 2021

Escuela Miguel Riofrío 126 años educando apegada al legado del laicismo

El profesor David Pacheco Ochoa, refiere que en el edificio actual de la escuela, funcionó desde 1871 la escuela de los Hermanos Cristianos, la misma que fue construida con fondos del legado benéfico del Dr. Bernardo Valdivieso. Es decir, estamos hablando del sesquicentenario de existencia de la Escuela Miguel Riofrío.

A los pocos días del triunfo de la Revolución Liberal el 5 de junio de 1895, el Dr. Manuel Benigno Cueva, Gobernador de entonces, fundido del fervor revolucionario, establece que la escuela sea de carácter laico, fiscal y gratuita. La denominación de escuela Miguel Riofrío, ocurre el año 1916, en homenaje a la figura más preclara del periodismo, la diplomacia, la política, del liberalismo, de la literatura y autor de la primera novela ecuatoriana, la Emancipada.

Recuerdo con claridad, el lunes 3 de octubre de 1966, de la mano de mi madre, ingresé al primer grado de la escuela Miguel Riofrío, en tanto que el 31 de agosto de 2020 me jubilé siendo docente de la misma escuela Miguel Riofrío. Aquí, no solamente aprendí las primeras letras, sino, que los maestros y maestras con presencia plena y voz clara, con guardapolvos blancos, con aroma a sol y perfume de afectiva fécula, a la par con severidad y ternura, nos marcaron un camino de compromiso social, nos enseñaron principios y valores que apuntalaron nuestras vidas, afirmándonos en la defensa de la dignidad, la libertad y la vida.

La Dirección de la Escuela con su olor a cera, madera y papel, donde solo se entraba porque merecíamos una nota de acuerdo a nuestros méritos buenos o malos, estaba ocupada por el profesor David Pacheco Ochoa, distinguido hombre de letras, de periodismo, de la narrativa y de la música, recuerdo de él, su certeza de que “el buen maestro, enseña, que la única forma de ser recíprocos al esfuerzo de los padres, es siendo buenos alumnos”.

Nadie a pesar de la distancia y del paso del tiempo, podría olvidarse de su querida Miguel. Ahora mismo siento la nostalgia de mi paso por sus aulas, ya como estudiante, ya como profesor. La pandemia nos alejó de compañeros, estudiantes y padres de familia, incluso de la vecindad, que en cierta manera, forma parte de la comunidad miguelina. En fin, en medio de la añoranza y emoción se recrea mi memoria.

Me consta que las autoridades, docentes y administrativos, han asumido con responsabilidad y como un reto el compromiso de potenciar los ideales miguelinos. Entendiendo que no hay crecimiento ni progreso sin educación. Hoy, en el contexto de la pandemia, la educación virtual cambió los sujetos pedagógicos y los modos de enseñar, pero el desafío sigue indeleble: educar para la emancipación, para que la niñez pueda vivir en una sociedad más justa y solidaria.

Expreso un fraterno saludo a los y las compañeras de la querida Miguel. Festejo que durante estos 126 años la escuela siga “marchando con fe y optimismo por la senda del noble laicismo”.