jueves, 18 de diciembre de 2014

Restablecimiento de relaciones entre Cuba y los Estados Unidos



La noticia de que Cuba y los Estados Unidos restablecerían sus relaciones diplomáticas y que los cinco héroes cubanos ya estaban en la isla recorrió el mundo rebasando toda expectativa. Me pregunté en cuánta labor se desplegó discretamente para llegar a entendimientos, para escalar peldaños en el dificilísimo arte de la convivencia. Obviamente me convencí de la importancia del dialogo como la arma más eficaz contra guerras, exterminios, discriminaciones, cegueras políticas,…


El júbilo traspasó las fronteras cubanas, inmediatamente provocó reacciones positivas en quienes alrededor del planeta desde hace 16 años exigían la libertad de los cinco y la finalización del bloqueo. Noticia y fecha, quedaran registradas en la historia cubana y al igual que la célebre frase “la historia me juzgará”, se cumplió con la seguridad de Fidel de que “volverán”.

No se puede desconocer la valentía del Presidente Obama, al reconocer que los 55 años del injusto bloque habían fracasado y por tanto que era hora de mejorar las relaciones con la isla. Sin duda que, tanto las declaraciones como las acciones del Presidente Obama no son gratuitas, responden a la solidaridad internacional de los pueblos hacia Cuba, al trabajo y solidaridad del pueblo cubano con el resto del mundo, pero principalmente a la unidad de los gobiernos latinoamericanos, quienes venían exigiendo la inclusión de Cuna al concierto político de las américas y mundial.

En fin, es un momento histórico que vive cuba y el mundo, estos acontecimientos reafirman a este hecho histórico y social como una nueva etapa de valoración de las relaciones internacionales que además abren el camino al diálogo para la superación de los conflictos y para afianzar el progreso de los pueblos.

Lo cierto es que es una victoria de todo el pueblo cubano, es la materialización del pensamiento revolucionario y de la propia revolución cubana,  cargada en los últimos tiempos de un gran simbolismo por su ayuda a los pueblos africanos en la lucha contra el ébola.

Quienes nos proclamados amantes de la paz y luchadores contra las injusticias, celebramos este hecho y lo sentimos como un asunto muy personal, lo sentimos en la profunda intimidad y de verdad nos conmueve como personas, como latinoamericanos, porque los sueños de Bolívar y Martí también ha formado parte de esta lucha contra los desafueros del gobierno estadounidenses.