viernes, 12 de diciembre de 2014

Pasión y sentimiento cívico



Con cierta añoranza escribo estas líneas. Luego de haber observado el desfile estudiantil el 8 de diciembre por la conmemoración de la fundación de Loja, el espectáculo más allá de las contrariedades que produjo la ordenanza municipal que cambió la ruta de los desfiles y en particular las antojadizas e inoportunas disposiciones acerca de ciertas generalidades atribuidas supuestamente al señor alcalde del cabildo lojano, quien luego del malestar causado a los padres de familia, a los docentes y a buena parte de la comunidad, personalmente llegó a varios planteles a “aclarar” las disposiciones.

Un desfile estudiantil al que se dispuso se le quite todo el colorido y alegría y el que debió servir para expresar los sentimientos de civismo y amor a la patria chica, en buena parte y debido a la arrogancia de “alguien” y de “algunos serviciales” que impidieron que varios niños y niñas participen de la celebración. Incluso al plantel fiscal más antiguo de la ciudad de Loja, como es la Escuela Miguel Riofrío, en la práctica frenaron su participación, puesto que, a última hora se le cambió de ubicación disponiendo que vayan al último. Para colmo o más bien para ratificar la arrogancia, el primer personero municipal abandonó la tribuna justo antes del paso de los estudiantes miguelinos, a quienes la sociedad les expresó largos aplausos como muestras de reconocimiento y afecto.

Los chicos y chicas de la Miguel, no hicieron otra cosa, que desfilar con gallardía, donaire y responsabilidad demostrando con altivez los valores cívicos heredados del ilustre lojano, diplomático, periodista, escritor, poeta y patriota, el Dr. Miguel Riofrío.

En fin, es mejor que todos reflexiones acerca del mal que causa a la niñez expresiones y disposiciones distribuidas caprichosamente. Desde luego, la escuela y los docentes no deben olvidar ni descuidar que la educación cívica atraviesa todo el proceso educativo para involucrar a la niñez y juventud con el desarrollo integral de la Patria, partiendo de los valores formados desde el hogar y desarrollados a través de su ulterior conciencia cívica, para formar desde la autonomía de las emociones, sentimientos y pasiones, a un ser civilizado capaz de discernir e intervenir en la realidad social y vivencias de la comunidad educativa y de la sociedad para contribuir a la efectiva emancipación de la Patria.