martes, 23 de diciembre de 2014

Respuesta al Presidente Rafael Correa



Boletín / Jorge Herrera Morocho

Respuesta al Presidente Rafael Correa
Su pronunciamiento el pasado sábado en el enlace ciudadano 403, reafirma la decisión de despojar a la CONAIE de su casa. Una vez más, escuchamos con atención de como su gobierno se ha referido a nosotros los pueblos y Nacionalidades indígenas, de forma displicente y humillante, construyendo un relato falso respecto de lo que Usted cree que somos.
Se refirió múltiples veces a lo que la CONAIE dijo o hizo, sin jamás citar las palabras de nuestros dirigentes elegidos en congresos donde participamos nunca menos de cinco mil delegados. Victimizándose, mencionó pronunciamientos en su contra, que jamás fueron emitidos por nuestra dirigencia. Hizo lo que han hecho en toda nuestra historia y por lo cual seguimos luchando contra la colonialidad y el racismo que atraviesa a la sociedad ecuatoriana:
Usted le dio hablando a los pueblos indígenas, usurpando nuestra palabra, y creando con todas las herramientas que tiene el poder, una caricatura de lo que usted cree que es el movimiento indígena.  No le respondemos en los mismos términos porque la dignidad de quienes resistimos por siglos nos ha enseñado que las palabras claras son más sabias que las contestaciones rudas y absurdas.
Este Estado, esta “revolución” como usted le llama, no es ni va a ser lo que quisimos como proyecto histórico para el Ecuador. Y aunque intente negar y deslegitimar a las voces que sistemáticamente planteamos esas contradicciones, dejarnos sin techo, acusarnos de ser de derecha, individualizar nuestras palabras colectivas… esos son los límites de la revolución que no fue, y que profundiza su fracaso en cada enfrentamiento con el campo popular al que tanto teme. Por eso, frente a los argumentos que esgrime para fundamentar el derecho del Estado para despojar a la CONAIE de su casa, decimos lo siguiente: Primero, no reclamamos este inmueble como derecho ancestral por el cual se reconoce la  preexistencia de nuestros pueblos al Estado y por lo tanto nuestros derechos colectivos, el derecho al territorio, a la autodeterminación, etc.-, sino como reparación histórica, que es una reclamación política, y que reivindica que la economía del Estado Nación fue erigida sobre la fuerza del trabajo esclavo y explotado de nosotros los pueblos indígenas, despojados de nuestras tierras, de nuestros nombres, de nuestras vidas durante siglos. Y que para construir una sociedad de carácter plurinacional e intercultural, esa historia debe ser reconocida y reparada, al igual que la de todos los pueblos del mundo que han sufrido el sojuzgamiento y el genocidio como nosotros. Sin embargo, los pueblos y nacionalidades indígenas no queremos paternalismos. Lo hemos planteado así desde que en 1990 salimos a la escena política para denunciar el Estado Colonial y dijimos “nada sólo para los indios”.
Seremos libres cuando la sociedad ecuatoriana sea justa e igualitaria para todos los pueblos, trabajadores del campo y la ciudad.
Usted reclama que “por ponernos poncho” pretendemos estar sobre la ley, que somos iguales, somos libres y debemos ser fraternos. Pues le recordamos que las ideas liberales de la igualdad, la libertad y la fraternidad parten de una ficción: la libertad y la igualdad ante la ley entre quienes vivimos en la desigualdad en términos económicos, sociales, raciales, culturales y de género; presentada como universal pero que está contrastada con la subordinación social,  política y económica en la que permanecen las mujeres, los pueblos indígenas, los trabajadores explotados, etc. Los ideales del liberalismo como Usted los plantea son la base de la sociedad uninacional y capitalista, que cuestionamos con la propuesta del Estado Plurinacional.
Lamentamos que la memoria corta de este gobierno intente inaugurar la historia hace diez años, y que confunda ahora conceptos que parecía tener claros cuando, sin ser nadie, vino a pedir el apoyo de la CONAIE. Parece que el poder borra rápido lo comprometido con la palabra hablada. Segundo, la política, aquella actividad que el Che Guevara -a quien usted cita cotidianamente- consideraba no sólo una ciencia, sino un arte y una pasión en tanto sea una herramienta para transformar la realidad de los pueblos y no un monopolio de partidos políticos electorales. Esa política como la comprendemos los pueblos, está en el corazón de las luchas y la vida socio organizativa del movimiento indígena, aunque virtualmente este gobierno pretenda separar ámbitos inseparables, y plantear que es la política lo que viola un comodato. Pues es en ese mismo espíritu que en la casa de la CONAIE se han discutido los grandes momentos de la historia nacional. Por ello, hagamos memoria, ante los hechos que ocurrieron el 30 de septiembre de 2010, contrario a lo que Usted afirmó que dijimos, reunidos en esta casa el movimiento indígena expresó:
“ante la sociedad ecuatoriana y la comunidad internacional su rechazo a la política económica y social del gobierno, y con la misma energía rechazamos también las acciones políticas de la derecha, que encubierta, forma parte de un intento de golpe de estado, y por el contrario el movimiento indígena seguiremos luchando por la construcción del Estado Plurinacional con una verdadera democracia.
Consecuentes con el Mandato de las comunas, pueblos y nacionalidades y fiel a nuestra historia de lucha y resistencia contra el colonialismo, la discriminación y la explotación de los de abajo, de los empobrecidos, defenderemos la democracia y los derechos de los pueblos: ninguna concesión a la derecha.” (Pronunciamiento de la CONAIE el 30 de septiembre de 2010)
Tenemos plena conciencia de lo que hemos hecho como organización de los pueblos y las nacionalidades del Ecuador. Hemos estado pacientemente observando cómo se ha configurado y fortalecido el modelo económico y político capitalista, que rige en este país en los últimos años, como se han traicionado las promesas de una reforma agraria, como quedó en el papel la  plurinacionalidad y se ha fortalecido un estado más colonial que nunca, cómo se ha coartado legalmente la existencia de los pueblos y nacionalidades como sujetos colectivos, como se ha despreciado a los sectores populares y cómo se ha pactado con los grupos empresariales el rumbo de la economía que transita sin vacilar hacia un capitalismo global y depredador. Quitarles su casa a los pueblos y nacionalidades es una pequeña pieza de todo esto. Pero una que vamos a resistir, porque defender esta casa es defender la posibilidad de un proyecto  popular y plurinacional que aún está por construirse en ese país.