El Día del Trabajo es una jornada de memoria y
lucha, un homenaje a los mártires de Chicago que dieron su vida soñando con un
mundo en el que el trabajo fuera sinónimo de dignidad y no de explotación. Esta
fecha, que nació de la reivindicación por la jornada laboral de ocho horas,
representa la resistencia constante contra las injusticias que bajo el dominio
del capital perpetúan la pobreza.
En Ecuador, las luchas obreras de hace más de un siglo siguen siendo necesarias. Las políticas impulsadas por el gobierno de Correa que, bajo el disfraz del socialismo del siglo XXI, y luego por los regímenes neoliberales de Moreno, Lasso y Noboa, han consolidado un sistema que precariza a los trabajadores y margina a los sectores populares. La congelación de salarios, el crecimiento del trabajo informal y el aumento de la pobreza son expresiones actuales de la misma explotación contra la que se rebelaron los mártires de Chicago.
Mientras los perros de los ricos se alimentan mejor que los obreros, la pobreza extrema avanza, los derechos laborales son pisoteados y se condonan las deudas tributarias de las élites en nombre de la "reactivación económica". Migración, hambre, miseria, delincuencia y abandono escolar son consecuencias inevitables de un modelo criminal que niega un futuro mejor a millones de personas.
El gobierno de Noboa, fiel al imperialismo estadounidense, pretende entregar los recursos estratégicos del país, especialmente petróleo y minería. A la par se criminaliza toda protesta popular, reeditando la persecución contra el sindicalismo combativo. Líderes sociales son tildados de "terroristas" para justificar la represión y desmovilizar al pueblo.
Frente a un panorama de miseria planificada y represión institucionalizada, el espíritu del Primero de Mayo nos llama no solo a recordar, sino a actuar. La emancipación de la clase obrera no vendrá de gobiernos que simulan ser de izquierda mientras refuerzan la lógica del capital. Vendrá de la fuerza organizada de quienes producen la riqueza y exigen justicia.
Honrar a los mártires de Chicago es hoy en Ecuador construir un movimiento popular que rescate la dignidad del trabajo, desenmascare a los oportunistas y construir una patria nueva donde el trabajo no sea una carga para subsistir, sino un camino para realizarse y vivir con dignidad y plenitud.