La relectura del Padre Nuestro de Leonardo Boff, nos invita a seguir luchando por justicia, dignidad, salud, educación y el pan nuestro de cada día.
Padre nuestro, que estás en la ternura de las madres que luchan solas por sacar adelante a sus hijos, en las manos callosas del obrero que trabaja desde el alba, en los jóvenes de barrio que sueñan con un futuro sin balas. Padre nuestro, que estás en los que madrugan a vender en los mercados, en los que hacen fila en los hospitales sin perder la fe, en los que siguen creyendo que este país puede cambiar. Santificado sea tu nombre cuando defendemos a los desamparados, cuando decimos la verdad, cuando cuidamos nuestra tierra, el agua y el aire que aún nos queda.
Venga a nosotros tu Reino, pero no ese de promesas electoreras, sino uno aquí, en este Ecuador herido; un Reino donde no gobiernen las mafias ni los corruptos, donde caminar por el barrio no sea un riesgo, donde los jóvenes puedan ir a la universidad y no tengan que migrar o morir. Venga tu Reino a los barrios populares, a los campos olvidados de la costa, sierra y especialmente a la amazonía saqueada. Que venga tu Reino a la vida real de la gente que vive con el sueldo justo, o con lo que apenas alcanza.
Hágase tu voluntad, para organizarnos, para no callarnos ante las injusticias, para no conformarnos. Que se haga tu voluntad en la mujer que denuncia el abuso, en el joven que protesta con dignidad, en el vecino que cuida a su comunidad cuando el Estado no llega. Que tu voluntad de justicia se haga en los que resisten al desalojo, en los que siembran la tierra cuando otros solo quieren extractivismo.
Danos hoy el pan de cada día; el pan que ganamos con el sudor de la frente, el que compartimos, aunque no alcance. Danos trabajo con derechos, salud con medicina y una educación fiscal y gratuita que no margine. Que no falte el pan en las casas de los desempleados ni en las casas de las madres abandonadas.
Perdona nuestras faltas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden, pero no nos pidas perdonar a este sistema caduco e injusto, porque no olvidamos la corrupción ni dejaremos de exigir memoria y reparación.
No nos dejes caer en la tentación del silencio. Y líbranos del mal que empobrece, reprime y miente. Porque desde los sectores populares, también creemos y luchamos por ese otro Ecuador posible. Amén.