lunes, 11 de agosto de 2025

52 años del asesinato de Rosita Paredes Jumbo

 
“Rosita Paredes vives dentro de la madre obrera, de la madre campesina como eterna compañera..."
 
 Rosita, tu nombre es un grito en la historia, recordarte es evocar la fuerza de una joven educadora de 21 años que abrazó con valentía las causas del pueblo. Militante del movimiento estudiantil y del PCMLE desde 1971, enfrentó la represión sin claudicar. El 11 de agosto de 1973, en una jornada de movilización en Guayaquil, una bomba lacrimógena lanzada por la dictadura la hirió de muerte. Varios centros médicos le negaron atención por no poder pagar. Su muerte no fue solo por la represión, sino por un sistema deshumanizado que castiga a quienes luchan.

Rosita amaba el arte, la pedagogía y soñaba con una justicia colectiva. Hoy, su legado vive en cada lucha por un mundo distinto. Su memoria no es solo recuerdo, sino llama viva que guía a quienes creen en la transformación social. Rosita Paredes Jumbo es ternura combativa, esperanza organizada y compromiso con una educación liberadora.

Te nombramos, Rosita, y la tierra tiembla de rabia. Las calles arden con tu grito, y las aulas aprenden de tu coraje. No eras solo un brote: eras incendio, veintiún años de dignidad precoz y valentía sin medida. Ya eras bandera y tormenta que no pedía permiso. Sembraste huelgas como semillas de justicia, enfrentaste balas con el alma en alto, pequeña gigante sin miedo, armada de amor militante.

El 11 de agosto te abatieron, pero no pudieron contigo. Te ahogaron los gases, no tu rabia. Fue la cobardía la que te asesinó, el sistema podrido el que te negó. Los hospitales cerraron sus puertas, pero la muerte no pudo borrarte. Rosita, sigues siendo viento que rompe el silencio, faro que alumbra la furia, vida encendida en cada puño que se alza exigiendo justicia.