La CONAIE necesita recuperar su independencia, la unidad del pueblo contra el saqueo neoliberal y la traición política desde dentro.
Saludamos con esperanza la elección de Marlon Vargas como presidente de la CONAIE, organización histórica que ha representado la resistencia de los pueblos originarios del Ecuador. En momentos en que la oligarquía, en alianza con el capital transnacional, arrecia su ofensiva para saquear territorios y derechos, urge fortalecer la unidad desde abajo, entre indígenas, campesinos, trabajadores, mujeres, jóvenes y sectores populares.
La CONAIE está llamada a liderar un gran frente social que articule las luchas del pueblo. No es tiempo de sectarismos ni exclusiones; es momento de construir puentes en defensa de la vida, la Pachamama y la soberanía. La unidad no se impone, se teje con respeto y objetivos comunes. Frente al modelo neoliberal, urge levantar una alternativa popular que ponga en el centro el Buen Vivir y la dignidad de los pueblos.
“El resultado electoral en la CONAIE refleja más un rechazo a Leónidas Iza que un respaldo contundente a Vargas”. Iza cometió el error de subordinar a la CONAIE al correísmo, olvidando que dicho gobierno persiguió y reprimió al movimiento indígena. Su actitud sectaria y su soberbia frente a otros sectores de izquierda generaron un distanciamiento profundo con las bases.
Marlon Vargas, por su parte, no ha mostrado aún una postura clara frente a las mineras ni al gobierno. Ojalá mantenga la independencia de clase del movimiento indígena y contribuya a la construcción de una auténtica alternativa de poder popular, sin sometimientos ni exclusiones.
Hoy la CONAIE está dividida, y el reto de Vargas será sanar esas fracturas con humildad, diálogo y coherencia. Más que celebrar un triunfo, corresponde reflexionar y aprender para que el movimiento popular retome el camino de la unidad y la lucha emancipadora.