viernes, 31 de diciembre de 2021

¡Año Nuevo o Patria Nueva!

El emperador romano Julio César, en honor a que “Enero era el Dios de los comienzos y los finales”, decretó que enero sea el inicio del año. Luego, en el siglo XVI, el Papa Gregorio XIII, ratifica el 1 de enero como el inicio del año. Es talvez la fiesta con mayor participación, en la que la gente festeja un año que se va y no vuelve o bien un año más que llega. Lo cierto es que, tanto el último día del año como el primero del nuevo año, son festividades que se juntan y que, a pesar de las paupérrimas condiciones económicas de los pobladores adquieren un carácter emotivo y tradicional.
 

En esta oportunidad, escribo este artículo con la intención de ofrecer un saludo solidario, al mismo tiempo expresar mis buenos deseos para que en el año 2022, los hogares y pueblos del Ecuador se llenen de bienestar y éxito, que los ciudadanos tengamos el suficiente coraje, la capacidad y la voluntad, la conciencia y la pasión para luchar por el anhelado buen vivir y las reivindicaciones sociales más sentidas de las mayorías populares que el gobierno cómplice de la burguesía ha postergado durante el año 2021.

La emotividad y lo tradicional de la fecha ha sido aprovechada por el sistema para comercializar sueños y esperanzas. El “Feliz Año Nuevo” se ha convertido en un acto inconsciente, con el que miles de familias que viven en medio de la pobreza, aceptan con resignación la explotación de las clases dominantes. El “Feliz Año Nuevo”, tiene que dejar de ser un eslogan de inicio de cada año, el gobierno tiene que trazar las políticas públicas para que la felicidad sea un proyecto de vida de todos los ecuatorianos, un proyecto democrático, responsable, igualitario, equitativo, de mejores días para las personas y para la naturaleza. Es imprescindible, mejorar, aunque sea un poco lo del 2021 para no colapsar en una crisis mayor en el 2022.

Este año, el gobierno del desencuentro ratificó su lealtad al empresariado, a la banca, a la burguesía, a los ricos, desatendiendo el clamor popular que lucha por un verdadero cambio para el Ecuador. El presidente Lasso, no entiende que “el pueblo es superior a sus dirigentes” y bajo la presión de las élites dominantes concentradas en sus privilegios, se niega a dialogar y consensuar con las organizaciones sociales y los partidos políticos los cambios fundamentales más urgentes que demanda la sociedad para combatir la pobreza, el hambre, la escasez de vivienda, el desempleo, para el mejoramiento de los servicios de salud y educación.

La posición del Presidente Lasso, obliga a los sectores populares a ejercer el derecho a la resistencia y a luchar contra la oligarquía y el dominio neoliberal. No espere señor presidente que se desencadene un nuevo estallido social, estallido que no se pacificará con un “Feliz Año Nuevo”, sino solamente con la construcción de una Patria Nueva, quizá no como la que soñó Simón Bolívar, pero si con la que merecemos todos los ecuatorianos.

sábado, 25 de diciembre de 2021

Participación política por el futuro del país

Las elecciones en Chile, representan una oportunidad para retomar los procesos de una integración regional soberana que supere las imposiciones del FMI y el BM., a fin de tratar problemas como la corrupción institucionaliza, el respeto a los derechos humanos, la eliminación de desigualdades e inequidades, el combate a la pobreza y la pandemia, entre otros. Los gobernantes deben llegar a establecer “políticas públicas y sociales, más inclusivas y más universales” que superen acuerdos coyunturales, a fin de que se realicen las transformaciones más urgentes que requieren nuestros pueblos para caminar hacia una patria justa y solidaria.

“Mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde camine el hombre libre para construir una sociedad mejor” pronunciaba Salvador Allende pocas horas antes de ser asesinado por la dictadura pinochetista servil a la oligarquía criolla e internacional. Ahora, Gabriel Boric, presidente electo de Chile, en su primer discurso dice sentirse “heredero de una larga trayectoria histórica, la de quienes, desde diferentes posiciones, han buscado incansablemente la justicia social, la ampliación de la democracia, la defensa de los Derechos Humanos, la protección de las libertades”.

Por cierto, ya se escuchan voces pitonisas de los sectores empresariales que temen perder sus privilegios y que junto a la derecha pinochetista no descansarán en hostigar el proceso de cambio que se avecina, como es la ampliación de la gratuidad en la educación y del sistema público de salud, de mejorar la seguridad social, de realizar una reforma tributaria para que sea el Estado y los sectores que amasan grandes fortunas los que financien estos cambios, cambios que no son otra cosa, que las demandas por las que el pueblo chileno salió a las calles en octubre de 2019, adelantando la derrota neoliberal representada por el neofascista José Antonio Kast.

Además, los resultados de las elecciones en Chile, representan una oportunidad para que los ecuatorianos reflexiones sobre nuestro rol en la construcción de mejores días para todo el pueblo. Recordemos que el populismo vigente más de medio siglo en el Ecuador y ahondado con el correato hasta la actualidad, ha servido de anzuelo para aprovecharse de la esperanza ciudadana, resultando en una suerte de embuste politiquero, pues ellos, al igual que la burguesía no quieren que los sectores populares hagan política mientras ellos hacen la suya a su gusto y medida. Esto va en contra de los intereses populares, porque luego se transforman en la impotencia para dejar de ser objetos políticos y convertirnos en sujetos políticos capaces de entender que al final con el voto, no es posible cambiar nada. Tenemos que participar políticamente, no podemos dejar el futuro de nuestros hijos y del país a merced de los poderosos.

Las calumnias del Presidente Lasso contra Leónidas Iza, muestran la incapacidad del régimen para solucionar los problemas del país; así como el temor del gobierno a un pueblo que se moviliza en torno a las reivindicaciones construidas colectivamente para cambiar la realidad y construir la patria nueva.

viernes, 17 de diciembre de 2021

Debate de alternativas para superar la crisis del país

En 1948 la ONU como parte de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, expuso que "toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por otros medios de protección social". Declaración que desconocen empresarios y banqueros, quienes a más de que durante la pandemia incrementaron las ganancias en alrededor de 400 millones de dólares, hoy se aprestan a rifarse las empresas públicas empezando por la compra del Banco del Pacifico. En suma, el sistema los enriquece cada día más.

La fijación del salario básico ha resultado un problema para los gobiernos de turno. En esta oportunidad, casi de manera sorprendente el presidente Guillermo Lasso anunció para el 2022, un alza salarial de veinte cinco dólares. Aumento, que no es más que un mínimo paliativo a la crisis caótica que viven los trabajadores, porqué un drama aparte viven la mayoría de ecuatorianos que no tienen un trabajo remunerado. El sector patronal, obviamente no está de acuerdo, ellos apoyaban un incremento irrisorio de tres a cinco dólares, argumentando que no se podrán generar más fuentes de trabajo y que se causaría la quiebra de sus empresas por la disminución de competitividad.

A lo largo de la historia ha sido necesaria la organización de los trabajadores para evitar el deterioro de las condiciones laborales, entendiendo que el trabajo como tal es un factor esencial dentro de la vida del país, por lo tanto, no debería manejarse solo por el empleador. De esta manera, más allá del anuncio de campaña, el alza salarial ha sido fruto de la movilización de los trabajadores agrupados en el FUT demandando del gobierno este aumento salarial que sigue siendo injusto. Aunque el ministro de trabajo insolentemente diga que incluso alcanza para ahorrar, ni siquiera cubre las necesidades básicas. El Gobierno y la Asamblea Nacional deben tomar las medidas políticas para evitar mayor inflación y aumento de los precios de los productos de consumo básico.

La derecha empresarial muestra, entre comillas, cierta inconformidad con el Presidente Lasso, sumado a esto, la pauperización de las condiciones de vida y la perdida de trabajo de las mayorías populares, se intensifica el desconcierto y la pérdida de credibilidad del gobierno. De allí que es necesario, apoyar la reactivación económica, pero sin descuidar las pretensiones de la burguesía, que exige la aprobación de reformas laborales que quitan derechos sociales. Así, ellos garantizarán sus capitales y ganancias a costa de trasladar el peso de la crisis sobre los hombros de los pobres.

Finalmente, para enfrentar el proyecto neoliberal del gobierno del desencuentro, el próximo año el FUT y la CONAIE han anunciado movilizaciones, las mismas que dependerán de la propia capacidad de convocatoria a sus bases y a otros sectores sociales, a fin de debatir propuestas y alternativas para superar la crisis general que se vive en el país.

viernes, 10 de diciembre de 2021

Si se calla el cantor, calla la vida, porque la vida, la vida misma es todo un canto

 

Durante la formación docente, un concepto básico fue que la didáctica es la disciplina que se enfoca a orientar al docente en el proceso de enseñanza y, una de las recomendaciones recurrentes que se hacían para que surja el aprendizaje era acerca de la importancia y necesidad de aprender a guardar silencio y escuchar activamente para lograr alcanzar un adecuado desarrollo cognitivo. Pero que paradójico y nefasto resulta cuando la sociedad y en especial ciertos docentes, lo hayan asimilado como sinónimo de callar, quizá por temor o por simple conformismo.

Los gobiernos a lo largo de nuestra historia, han acudido a amordazar las protestas sociales. Rafael Correa disfrazado de izquierdista, criminalizó y judicializó la protesta social, con el propósito de castigar el descontento popular y la protesta pública de los sectores de la izquierda, del movimiento indígena, de trabajadores, del magisterio, de estudiantes, entre otros. Ejemplos sobran; el “Caso Dayuma” en la provincia de Orellana; el “Caso Victoria del Portete” en la provincia del Azuay; la protesta por la Ley de Aguas en Morona Santiago, donde se asesinó al profesor Bosco Wisuma; el encarcelamiento de Marcelo Rivera, presidente de la FEUE; la persecución a Mery Zamora, presidenta de la UNE; etc., etc.

Es preciso recordar que el Derecho a la Resistencia está consagrado en la Constitución en su Artículo 98, el cual estipula que: “Los individuos y los colectivos podrán ejercer el derecho a la resistencia frente a acciones u omisiones del poder público de personas naturales/jurídicas que vulneren o puedan vulnerar sus derechos constitucionales…” El problema surge cuando los ciudadanos abandonamos este derecho, el derecho a exigir el anhelado buen vivir, lo cual no es otra cosa sino la muerte de la soberanía y la complicidad para que desde el gobierno la burguesía se rife la patria. Aún más grave es, que una buena parte de maestros y maestras tengan miedo de alzar su voz para exigir la vigencia de la LOEI en la que se contemplan derechos como la equiparación salarial, permanecer callados no es otra cosa que la muerte del cerebro social sin el cual un país no puede avanzar.

Reconozco que, en las últimas movilizaciones, me refiero a la ciudad de Loja, haya poca presencia de maestras y maestros. Me pregunto: ¿Por qué dejan que el miedo los paralice si sus derechos son vulnerados? ¿Es el miedo a ser despedidos? “Si se calla el cantor, calla la vida, porque la vida, la vida misma es todo un canto” nos dice Mercedes Sosa. Compañeros, si callamos en la defensa de nuestros derechos, qué podemos enseñar a nuestros estudiantes.  ¡Acaso que para sobrevivir hay que callar! No vaya a ser, que de tanto callar, adquiramos una “parálisis de la lengua y el cerebro”.

No compañeros, no guardemos silencio, organicemos a los padres y madres de familia y a los sectores populares, para juntos combatir la doble moral del gobierno, Alcemos la voz exigiendo que los dineros fiscales se inviertan en educación, salud; en el bienestar de todo el pueblo.

viernes, 3 de diciembre de 2021

Gobierno se resguarda en la pandemia del Covid19

Que los grandes medios de comunicación repitan la gran mentira de que en Estados Unidos se vive una auténtica democracia, no sorprende a nadie. Pero que en nuestras escuelas algunos docentes afirmen lo mismo es un absurdo. Si aceptamos el significado burgués de democracia, entendemos que esta es, “el gobierno del pueblo y para el pueblo, y en Estados Unidos quienes gobiernan son las corporaciones transnacionales, cuyo Dios es la avaricia y el capital carente de subjetividades y emociones humanas. Si el pueblo sufre explotación, vive en la miseria o muere de hambre a causa de la corrupción, los capitalistas no sienten ni les importa nada.

Una muestra de aquello, es la “Ley orgánica para el desarrollo económico y sostenibilidad fiscal tras la pandemia covid-19” que entró en vigencia por el Ministerio de la Ley, gracias a la incapacidad e inoperancia de los asambleístas que se dejaron meter el dedo por la alianza entre la corrupción y la banca. El hecho real es que, la nueva ley incrementa los impuestos afectando principalmente a los trabajadores y al pueblo ecuatoriano. Deja, además la puerta abierta para que los capitales ecuatorianos vayan a los paraísos fiscales y para que los evasores de impuestos no sean controlados por el Estado. Pero lo más grave, el presidente Lasso, con esta ley al igual que Correa y Moreno, perdona más de dos mil millones de dólares a la banca y a los grandes grupos económicos por concepto de multas, intereses y recargos que no pagan al Estado.

Las políticas que imponen las transnacionales y la burguesía criolla a través de los gobiernos de turno, están orientadas para privar o encarecer los servicios básicos de los sectores populares y medios, mientras ellos desde Carondelet y la Asamblea Nacional siguen haciéndose aun de más beneficios. La alianza entre Correa y Lasso evidencia que los pseudo revolucionarios se sacaron el disfraz de izquierda. Esta alianza y la nueva ley tributaria explica que, necesitamos un cambio del carácter político del gobierno, que las políticas públicas deben implementarse desde las organizaciones populares y no desde el gobierno, que la gente tiene que ser protagonista de la solución a los problemas sociales y de la defensa de sus derechos.

Parafraseando la historia, Nerón puso fuego en Roma, Los Reyes de España aniquilaron a millones de indígenas en América, Hitler incendio Europa, Trump profundizó las guerras e invasiones en el mundo, Correa criminalizó la protesta social, y ahora Lasso legaliza la desigualdad social que crece cada día en nuestro país. El gobierno, sigue resguardándose en la pandemia del Covid19, descargando el peso de la crisis sobre los ciudadanos menos favorecidos. Estos seis meses de gestión han sido de permanente movilización de sectores como la UNE, servidores sanitarios, jubilados, campesinos, indígenas y, recientemente todo el sector educativo que salió a exigir del gobierno mayor presupuesto para la educación y salud.

Finalmente, corresponde a todos, sobre todo a la izquierda, sistematizar y encabezar la unidad, organización y la lucha social de los trabajadores y el pueblo, como único camino hacia la construcción de la patria nueva.

sábado, 27 de noviembre de 2021

¡Acaso transitamos silenciosamente hacia la pandemia de la pobreza!


Para la CEPAL la pandemia de COVID-19 “ya no es una emergencia, sino una crisis prolongada que requiere de acciones en el corto plazo, cuya recuperación depende en gran parte de la regularización de las actividades escolares”. Ello implica el regreso inmediato de los estudiantes a las escuelas. La Unión Nacional de Educadores ha mostrado su predisposición para ello, pues se considera que la no presencialidad y los cierres de las escuelas perjudican más a la educación fiscal y aún más, a los estudiantes de los sectores populares. Pero para ello, se necesita mayor inversión en educación para poder romper los ciclos de pobreza y desigualdad.

Es incomprensible que, mientras la ministra de educación exprese que se necesitan 650 millones para la reconstrucción de la infraestructura escolar, el presidente Lasso disponga la disminución de 1000 millones de dólares del presupuesto para el año 2022. De esto, 500 millones de dólares son precisamente para mejorar la infraestructura necesaria para el regreso obligatorio a clases y; de otros 500 millones de dólares del gasto corriente, eso explica la eliminación de 7.000 docentes contratados y otros separados por la pandemia, afectando a sus familias y a la niñez y juventud. Recorte que además dejaría en el corto plazo sin uniformes, sin libros ni alimentación a los estudiantes. A esto hay que sumar, que el último paquetazo entre la alianza Lasso-Correa, perdona más de 2.000 millones dólares a los grandes empresarios por moras al SRI.

Luego de veinte meses desde el cierre inicial de las escuelas por la pandemia, el ministerio de educación no ha resuelto el tema de la infraestructura, y no se diga que ellos están recién seis meses, porque la burocracia incluida la ministra Brown viene desde el correato. Cuanto más tiempo se tarde esta tarea, pondremos a los estudiantes, especialmente a los más pobres, a unos en riesgo por no brindarles las seguridades biosanitarias -muchos planteles no cuentan con servicios básicos como agua, servicios higiénicos-, mientras que, a otros se dejará fuera de las aulas. Consecuentemente, el regreso obligatorio a clases no está siendo priorizado por el gobierno del desencuentro si no se destina el presupuesto para la educación y salud conforme al PIB.

Cabe recordarle al gobierno burgués que las escuelas cumplen un papel que va más allá de lo académico, del desarrollo de las capacidades operativas, intelectuales y de comportamiento ético. La escuela tiene como función básica la reconstrucción del tejido social roto por la pandemia y por el débil sistema de protección social. Para el gobierno, la educación no es primordial en la agenda de su política pública, situación que aumenta la brecha de exclusión y las condiciones de inequidad ya existentes antes de la crisis del COVID-19.

La Unión Nacional de Educadores, considera que el regreso a las escuelas es muy importante, especialmente para los sectores menos favorecidos, porque también cumple un rol de socialización que protege a los niños y jóvenes de lacras como la violencia y la delincuencia. Por eso, para evitar que transitemos silenciosamente hacia la pandemia de la pobreza, exigimos del presidente Lasso financiar la educación conforme a la Constitución.