viernes, 5 de febrero de 2021

Docentes jubilados no alcanzar a disfrutar el esfuerzo de su trabajo

 Sin temor a equivocación, puedo afirmar que los profesores jubilados hicieron del ejercicio docente un apostolado en beneficio de la niñez y juventud, también estoy seguro que la mayoría de ellos vivió como propias las penurias de las comunidades donde trabajó, recorriendo largas distancias sin vialidad y sin transporte, sin alcantarillados, sin agua potable ni luz eléctrica, sin servicios de salud, inclusive sin infraestructura escolar, pero siempre venciendo todas esas adversidades los maestros hoy jubilados llegábamos hacia nuestro sitio de trabajo.

Los gobiernos de turno de manera justa reconocieron y entregan desde hace más de sesenta años a los empleados públicos que se jubilan un merecido incentivo económico. Sin embargo, este derecho le fue negado al magisterio ecuatoriano. Para compensar esta discriminación, los maestros organizados en la UNE, lograron arrancar a la Junta Militar de 1964 un Decreto Supremo y la firma de un Convenio, en el que además de tener la protección del seguro general obligatorio, los profesores pagaríamos un aporte adicional del 5% personal con la finalidad de tener el derecho a una pensión adicional proporcional al tiempo laborado en el magisterio, para así de alguna manera mejorar las ínfimas pensiones jubilares.

En el 2008, cientos de maestros activos y jubilados de todo el país junto a Mery Zamora, presidenta nacional de la UNE, Alfonso Yánez representante de los jubilados y a Jorge Escala, asambleísta constituyente, acudimos por más de una ocasión a Montecristi para exigir a la Asamblea Constituyente reconozca el estímulo a la jubilación de los y las docentes del sector público, la misma que luego de una huelga de hambre, aprobó la vigésima primera disposición transitoria de la Constitución, en la que finalmente se reconoció el pago de una compensación variable fijando como monto ciento cincuenta salarios básicos unificados del trabajador.

En esa historia se inscribe la lucha de los jubilados, en especial a los de los años 2008, 2009 y 2010, a los que el Presidente Correa les cercenó el pago conforme a lo estipulado por la Constitución, luego el resto de jubilados han sufrido el engaño de los gobiernos de Correa y Moreno, quienes primero decidieron no pagar en efectivo sino entregar bonos, luego mediante la emisión de Acuerdos Ministeriales y cronogramas para el pago del estímulo de jubilación, han postergado dicho compromiso. Vale agregar dos aspectos: 1. Cientos de jubilados han fallecido sin alcanzar a disfrutar el esfuerzo de su trabajo al cual tenían derecho; y, 2. Los bonos en el mercado bursátil llegaron a ser penalizados hasta con un veinte por ciento.

En ocasiones siento vergüenza ajena, al escuchar decir a mis compañeros jubilados que solamente les importa recibir el bono y a otros el pago del estímulo, que “por favor no se hagan opiniones políticas”, es una pena que hayan olvidado que el compañero Alfonso Yánez, murió luchando y exigiendo políticamente hasta sus últimos días, ese derecho para todos los jubilados.

viernes, 29 de enero de 2021

Que nuestro voto aporte al desarrollo nacional

    A una semana de las elecciones para presidente y asambleístas, la pandemia por COVID-19, la inseguridad ciudadana y la corrupción son las mayores preocupaciones del pueblo ecuatoriano, males que agravan la pobreza por la falta de plazas de trabajo. A esto se suman las ofertas demagógicas y hasta torpes de politiqueros putrefactos, que hacen que la ciudadanía se muestre pesimista y con el temor de que su voto sea traicionado. 
    Señores y señoras aspirantes a Carondelet y a la Asamblea Nacional, sé que su mayor preocupación es ganar las elecciones; sin duda, su triunfo o pérdida depende del dinero invertido y no del proyecto de gobierno presentado ante el Consejo Nacional Electoral. Muy a mi pesar, presumo que los votos que obtengan responderán a las esperanzas del pueblo por salir de su desdicha, y no como de debe ser, a los principios ideológicos del partido al que pertenecen los postulantes. 
   Candidatos y candidatas, estoy seguro que coincidimos, en que hay mucho por reorientar para encaminarnos al logro de la justicia social y al mejoramiento de las condiciones de vida de todo el pueblo, por eso hago los siguientes planeamientos:
   ¿Cómo se manejará el problema sanitario para combatir y detener la pandemia por COVID-19 a fin de retornar con la suficiente seguridad biosanitaria al trabajo presencial?
   ¿Qué medidas propondrá para garantizar la seguridad ciudadana y combatir la corrupción e impunidad que son las cusas principales que detienen el desarrollo socio-económico y postergan la solución de los problemas nacionales?
  ¿Específicamente cómo pretenden resolver el problema del desempleo, mal que incrementa la desigualdad social de millones de ecuatorianos?
  ¿Qué leyes propondrá reformar o crear a fin de asegurar la educación y la cultura, la salud pública y la asistencia social, y fuentes de trabajo, rubros aún pendientes de un verdadero proyecto nacional de gobierno conforme lo establece la Constitución?
   ¿Está de acuerdo en ampliar el poder de la revocatoria del mandato a los funcionarios y servidores públicos que no cumplan con sus responsabilidades?
   Se acerca la hora de decidir, la opción reivindicativa, es tomar posición y vincularse de manera fraterna con Unidad Popular Listas 2, con Johana Granda, Mery Zamora y Yaku Pérez, y junto a ellos comprometerse con el presente y futuro de nuestros hijos y con la patria, a fin de que la suma de acciones vaya en defensa de la soberanía nacional, de la democracia, para que en la práctica nuestro voto aporte al desarrollo nacional dejando atrás ese pasado oprobioso de miseria y explotación a que nos han sometido los gobiernos de turno.
    Finalmente, parafraseando a Luis Aguilé, “que se imponga la Ley, no queremos perder nuestra forma de ser, somos gente de paz, que no tenga ocasión de ganar el ladrón… esto debe cambiar, para gobernar con firmeza y acción”
    La opción del magisterio, de los estudiantes y de los sectores desclasados y desplazados, son los candidatos de Unidad Popular Listas 2, Giovanni Atarihuana, Mery Zamora, José Villavicencio y Scarlett Tamayo; así como Manuel Medina, Johana Granda, Wilson Sigcho y Rosa Alva Morocho candidatos a asambleístas por Loja. Quienes junto a Cristina Cachaguay y Andrés Mendoza candidatos al Parlamento Andino se han comprometido a sumar energía y fuerzas para derrotar a la derecha neoliberal y al correísmo. 
    Unidad Popular Listas 2, apoya la candidatura presidencial de Yaku Pérez para darle las herramientas jurídicas que cambien el Ecuador, combatir la corrupción, nuevas leyes de educación, de universidades, de seguridad social y una reforma tributaria para bajar dos puntos del IVA, además de la exigencia al SRI para que cobre los impuestos a los grandes evasores.

viernes, 22 de enero de 2021

Apoyo a la educación para gestar desarrollo cultural y sociopolítico

La verdadera libertad empieza por tomar consciencia de que todo lo que hacemos son actos políticos. No dudar de que todo acto humano es un acto político. Desde comprar las papas, el cumplir o no cumplir con nuestras responsabilidades, o el acto de manifestar o no los pensamientos que tenemos para cuestionarnos o no sobre la realidad circundante, también son actos políticos.

Parafraseando a Federico Engels, los trabajadores, campesinos, estudiantes y los sectores populares, tenemos que indagar el porqué de la pobreza y las injusticias e imaginar soluciones para a través de la organización comenzar a dar los primeros pasos para ser personas verdaderamente emancipadas. Como lo hizo Jaime Hurtado González en su formación profesional y política que lo caracterizó como auténtico líder popular, no solo debió romper las ataduras de la sociedad, sino también con la ideología conservadora de su pequeña Malimpia, en el cantón Quinindé de Esmeraldas.

Guardando las distancias y diferencias, mientras Engels alcanzó su propia verdad ideológica al salir de su posición de burgués en la fábrica de su padre, para recorrer los barrios insalubres donde vivían los obreros; Jaime Hurtado vivió esa realidad, trabajando en el campo y sintiendo las angustias por sobrevivir junto a su familia, allí tomó conciencia de las injusticias de la sociedad burguesa que gobierna hasta nuestros días.

Ahora inmersos en un proceso electoral, vemos una diversidad de aspirantes a diversas dignidades, algunos haciendo alarde de ser apolíticos, algunos denigrando a la universidad al expresar que no es necesaria la formación profesional, y otros atacando a aquellos candidatos con una orientación progresista y de izquierda como Unidad Popular y Pachakutik que abiertamente han declarado su lucha contra la pobreza, la miseria y la búsqueda de la justicia social. Desde la izquierda se reclama mayor inversión en educación, porque hay una relación directa entre la creación de conocimiento y el mejoramiento de las condiciones de vida y consecuentemente en el desarrollo de la sociedad.

Me referiré a tres de los postulantes que participaron del debate presidencial organizado por el Consejo Nacional Electoral. Arauz, ahijado del correato asomó colmado de cinismo y demagogia barata, ofreciendo regalar mil millones de dólares del Banco Central a un millón de madres pobres. El aristócrata Lasso con su slogan “ya qué chuchas” ofreció créditos al 1% cuando en el Banco de Guayaquil cobra a más del 16 %. Finalmente, apareció Yaku Pérez mostrándose capaz para solucionar la crisis pandémica y económica que vive el país, duro para combatir la corrupción, defensor de la vida y la naturaleza, firme en el apoyo a la educación y la investigación para que la juventud acceda a la universidad y sean ellos los gestores del cambio cultural y sociopolítico que necesita el pueblo ecuatoriano.