Con ocasión del Día del Federalismo, la Municipalidad del
cantón Loja, dispuso a los lojanos “izar la bandera no importa si la Nacional o
la de Loja, quienes no lo hagan serían sancionados de forma pecuniaria”. ¡Así fomentamos el civismo!
No me sorprende si sabemos o no el significado del
federalismo instaurado por Carrión Pinzano, porque igualmente ignoramos el
significado de otros acontecimientos históricos que deben recordarse para
reafirmar nuestra identidad.
Preocupante es que las instituciones públicas en fechas
cívicas izan la bandera con
programaciones “llenas de civismo”; sin embargo en la mayoría de éstas, se
olvidan de arriarla. Más preocupante aún es, que nuestro lábaro patrio
permanece a la intemperie durante días y hasta meses luego de haber cesado la
razón por la que se la izó. Por ejemplo, en hoteles y otros negocios flamean
banderas descoloridas que seguramente fueron brillantes hace algunos años.
Una colega docente comenta que “no sabe por qué no se
sanciona esto”. Me molesta más el desgano con el que muchas veces se canta el
himno nacional en escuelas y actos públicos; quizá porque guardo en la memoria
los tiempos de la infancia en que el profesor Pacheco nos hablaba del porqué de
la marcha patriota, para hacernos encontrar la energía que llevaba cantarla, o
por los buenos recuerdos de aquella época escolar en la que nos disputábamos la
posibilidad de portar la bandera.
Está claro que el respeto por los símbolos no se reduce a
los actos formales, que es algo mucho más hondo, más personal. Hablo de no
ponerse de pie o no detener la marcha ante el himno o la bandera, de
instituciones públicas que se olvidan de bajarla al anochecer o cuando llueve.
Hablo de nuestro escudo cuyo Cóndor está al borde de la extinción. Hablo
también de la torpeza de quienes dañan monumentos dedicados a los próceres que
entregaron su vida por legarnos una patria emancipada
Hoy me es difícil asimilar la irreverencia que muestra la
niñez, la juventud y algunos adultos hacia nuestros símbolos patrios y la
indolencia con la que a veces lo contemplamos sin hacer nada al respecto.