viernes, 6 de septiembre de 2024

Desacreditación de líderes y el falso valor de los influencers

La educación es fundamental para el desarrollo de las sociedades, siendo esencial para el progreso. Sin educación, el avance se detiene. Las clases dominantes tienden a promover una educación que refuerza la sumisión y aleja a los estudiantes de los problemas sociales. En contraste, desde los sectores progresistas se aboga por una educación liberadora, que forme estudiantes críticos y cuestionadores del sistema capitalista, fomentando un cambio constante y sin descanso.

La influencia de la prensa de la derecha sobre los estudiantes y la sociedad es significativa, fomenta la indiferencia y los antivalores como el egoísmo y el oportunismo. Difunde falsedades, enaltece a personajes cuestionables y difama a líderes patriotas. Así, controla la educación del país, produciendo jóvenes carentes de valores morales, cívicos y patrióticos, concentrados únicamente en la riqueza y en las trampas sociales.

El cierre de cientos de escuelas, particularmente en los sectores rurales, a cambio de unidades educativas del milenio, se presentó erróneamente como una posibilidad de acercar a los estudiantes y mejorar la calidad de la educación; sin embargo, sucedió todo lo contrario. Hoy se publican encuestas falsas sobre los logros en el sistema educativo haciéndolos parecer como obras del presidente candidato, es decir, se manipula la opinión pública en beneficio de ciertos intereses.

Los medios de comunicación y las redes sociales a menudo controladas por intereses oligárquicos, desacreditan a líderes populares que realmente buscan el bienestar común y que se destacan por su honestidad. Además, alimentan el odio hacia la izquierda política, controlan la fe de la gente para desviar la atención de sus verdaderas intenciones. Mientras tanto, los medios glorifican a una serie de "influencers" que carecen de ética y moral, y cuya única virtud, es su comportamiento extravagante en escenarios públicos, pero que en realidad en nada aportan al debate social.

Los medios de comunicación y las redes sociales están deseducando a la niñez y juventud, llenando sus mentes de egoísmo e indiferencia hacia los problemas sociales. Esto puede llevar a que los nuevos profesionales, especialmente aquellos provenientes de hogares pobres, nieguen su origen de clase y se conviertan en defensores de sus propios verdugos.

Es crucial que los docentes ofrezcan información veraz sobre la realidad local y nacional para desenmascarar a las clases dominantes y su prensa. De no hacerlo, la niñez y juventud continuará prisionera de una cruel sumisión mental, incapaz de cuestionar y construir ese otro mundo posible.