"La Educación no cambia el mundo, que cambia a las personas que van a cambiar el mundo" Paulo Freire
La semana próxima pasada participé del seminario político por los 60 años del PCMLE, en uno de los recesos saludé con varios colegas maestros. Alguien, refiriéndose al trabajo escolar dijo que lamentablemente, cada vez es más frecuente encontrarnos en el aula alumnos que no tienen interés por aprender. Otra maestra dijo que el secreto de enseñar no es solo transmitir conocimientos, sino que lo principal es captar el interés de los alumnos desmotivados. Entonces me vino a la memoria, el libro "Cómo dar clase a los que no quieren" de Juan Vaello Orts que había leído algunos años atrás.
La falta de motivación en el aula es un problema común, el poco interés de unos cuantos estudiantes por aprender no solo dificulta el proceso de enseñanza-aprendizaje, sino que llega a afectar negativamente el clima de trabajo en el aula y el bienestar emocional de los estudiantes y el docente. De allí la necesidad nos dice Juan Vaello de comprender las raíces de la desmotivación para poder abordar de manera efectiva el problema; Él en su libro nos ofrece una suerte de herramientas y estrategias para que “el acto de enseñar sea gratificante tanto para el profesor como para el alumno”.
Hoy la escuela compite con una avalancha de efectos negativos desde las redes sociales, que sumada a las amenazas de las bandas delincuenciales influyen fuertemente en el contexto socioemocional de los niños y adolescentes, esto puede estar determinando la falta de interés en los estudios: y, no necesariamente la capacidad intelectual para aprender. “Comprender estas dinámicas es crucial para poder intervenir de manera efectiva”. Añade Juan Vaello.
Además, enfatiza la necesidad de diversificar las metodologías de enseñanza para adaptarse a las diferentes formas de aprendizaje de los estudiantes. Esto implica, que el profesor establezca una relación cercana y empática con sus estudiantes, mostrándoles que se preocupa por su bienestar y éxito académico, para ello debe “promover la participación activa de los alumnos en clase, alternando las actividades individuales y grupales”.
"Cómo dar clase a los que no quieren" es un libro que debería ser de lectura obligatoria para todos los docentes que se enfrentan al desafío de motivar a los estudiantes indiferentes. No ofrece recetas, pero si sugerencias prácticas para los problemas cotidianos en el aula.
Finalmente, Paulo Freire insiste que "la Educación no cambia el mundo, que cambia a las personas que van a cambiar el mundo". De allí que los docentes tenemos la responsabilidad de formar esos ejércitos de mujeres y hombres nuevos que crean que otro mundo es posible.
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