viernes, 4 de agosto de 2017

Debe ser penoso inspirar desprecio a los hombres.

Las expectativas del pueblo ecuatoriano por mejores días, parecían renacer con el Presidente Moreno. Su sensibilidad humana, su aparente frontalidad para combatir la corrupción y su predisponían al dialogo con los diversos sectores sociales y políticos, así lo confirmaban, sin embargo parecen haberse esfumado.
En menos de cien días el actual gobierno muestra su quebranto. Las parcas declaraciones del Presidente Moreno contra la corrupción, contrastan con la prepotencia del Vicepresidente Glass defendiéndose él y al proyecto de la revolución ciudadana. La mayoría de ciudadanos lamenta aquella situación y no espera milagros, en realidad lo que espera del Presidente Moreno y su gobierno, es se rescate la honestidad y las libertades sociales.
A estas alturas, no habrá milagros entre los dos gobernantes, tampoco es probable que Alianza País pueda desempeñar algún papel significativo en el gobierno pos correísta, puesto que el Presidente Moreno ha marcado su propio terreno y su propio estilo. Se puede ver poca o ninguna coherencia política ni organizativa entre las agrupaciones hasta hace poco aliadas alrededor del expresidente Correa; más bien, ahora dirigen sus esfuerzos a obtener espacios administrativos para solventar las necesidades de su militancia.
Las organizaciones sociales y populares y la oposición política, durante y luego de los diálogos planteados por el gobierno, ha sugerido algunos cambios, en lo económico para crear las bases materiales del buen vivir; en lo social, generar las condiciones para el ejercicio pleno de las libertades ciudadanas; en lo político, aprovechar la coyuntura actual para gobernar en democracia con los diversos sectores; y, por último, desterrar o al menos disminuir la corrupción en la administración pública.
Lamentablemente, la presunta vinculación del Vicepresidente de la República en el caso Odebrecht ha causado un aluvión nacional, que sólo el fanatismo no lo percibe. Porque incluso la ciudadanía de a pie coincide que para una efectiva lucha contra la corrupción y para que el Presidente Moreno pueda gobernar sin presiones, y no porque la oposición lo pida, es necesaria la salida del Vicepresidente. Sin embargo, Jorge Glass sostiene ser inocente, y por el contrario, ataca a Moreno de traición al proyecto y de preparar junto con la derecha que cogobierna, un paquetazo contra el pueblo.
Así, para que las aspiraciones del pueblo no se posterguen más, solo nos queda repudiar la actitud del Vicepresidente Glass, para quien en palabras de J. Martí: “debe ser penoso inspirar desprecio a los hombres”.