Las
expectativas del pueblo ecuatoriano por mejores días, parecían renacer
con el Presidente Moreno. Su sensibilidad humana, su aparente
frontalidad para combatir la corrupción y su predisponían al dialogo con
los diversos sectores sociales y políticos, así lo confirmaban, sin
embargo parecen haberse esfumado.
En
menos de cien días el actual gobierno muestra su quebranto. Las parcas
declaraciones del Presidente Moreno contra la corrupción, contrastan con
la prepotencia del Vicepresidente Glass defendiéndose él y al proyecto
de la revolución ciudadana. La mayoría de ciudadanos lamenta aquella
situación y no espera milagros, en realidad lo que espera del Presidente
Moreno y su gobierno, es se rescate la honestidad y las libertades
sociales.
A
estas alturas, no habrá milagros entre los dos gobernantes, tampoco es
probable que Alianza País pueda desempeñar algún papel significativo en
el gobierno pos correísta, puesto que el Presidente Moreno ha marcado su
propio terreno y su propio estilo. Se puede ver poca o ninguna
coherencia política ni organizativa entre las agrupaciones hasta hace
poco aliadas alrededor del expresidente Correa; más bien, ahora dirigen
sus esfuerzos a obtener espacios administrativos para solventar las
necesidades de su militancia.
Las
organizaciones sociales y populares y la oposición política, durante y
luego de los diálogos planteados por el gobierno, ha sugerido algunos
cambios, en lo económico para crear las bases materiales del buen vivir;
en lo social, generar las condiciones para el ejercicio pleno de las
libertades ciudadanas; en lo político, aprovechar la coyuntura actual
para gobernar en democracia con los diversos sectores; y, por último,
desterrar o al menos disminuir la corrupción en la administración
pública.
Lamentablemente,
la presunta vinculación del Vicepresidente de la República en el caso
Odebrecht ha causado un aluvión nacional, que sólo el fanatismo no lo
percibe. Porque incluso la ciudadanía de a pie coincide que para una
efectiva lucha contra la corrupción y para que el Presidente Moreno
pueda gobernar sin presiones, y no porque la oposición lo pida, es
necesaria la salida del Vicepresidente. Sin embargo, Jorge Glass
sostiene ser inocente, y por el contrario, ataca a Moreno de traición al
proyecto y de preparar junto con la derecha que cogobierna, un
paquetazo contra el pueblo.
Así,
para que las aspiraciones del pueblo no se posterguen más, solo nos
queda repudiar la actitud del Vicepresidente Glass, para quien en
palabras de J. Martí: “debe ser penoso inspirar desprecio a los
hombres”.