viernes, 11 de agosto de 2017

“No vamos a permitir que la corrupción se enseñoree”



Con ésta frase el Presidente Moreno aseguró combatir la corrupción al mismo tiempo y a propósito del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, pidió disculpas por la década de equivocaciones al construir escuelas del milenio sin tomar en cuenta el contexto comunitario. Dijo que van a corregir ese error.
El propio mandatario durante la campaña las calificó de elefantes blancos, que se ven muy bonitas, pero que con el dinero que cuesta una unidad del milenio se habrían hecho diez escuelas. También los padres de familia opinaron que eran bonitas, pero que si cierran sus escuelas, no podrían enviar a sus hijos a las unidades del milenio, por las largas distancias entre los poblados y la falta de transporte. Lo que en efecto sucedió.
Para algunos docentes estos edificios en el sector rural son un insulto a la realidad local y un obelisco al fracaso. Aún hoy, el ex ministro de educación y actual asambleísta Augusto Espinosa, contradice al Presidente Moreno y afirma que dichos monumentos, -que a propósito contrastan con la pobreza rural-, representa la política emblemática del gobierno. Bueno, lo importante es que se corregirán los errores.
Respecto del combate a la corrupción principalmente al caso Glass-Odebrecht, más allá de que el pueblo ecuatoriano siga esperando que los organismos judiciales y de control, recobren su independencia del poder ejecutivo para que puedan llegar al fondo de las investigaciones; también espera que la clase política cumpla con su papel de fiscalización a tiempo. Claro está que la única y mejor sanción, será cambiar las reglas electorales para no reelegir a los mismos y castigar en las urnas a los responsables de la corrupción y del modelo político y económico que lo sostiene.
La opinión pública y los medios de comunicación deben enfatizar que la corrupción es la causa principal de la humillante pobreza, desempleo y subempleo de casi la mitad de ecuatorianos, así como de las condiciones denigrantes con que son tratados los compatriotas migrantes en el exterior.
Finalmente es necesario, que desde la ciudadanía se concreten acciones que vayan en contra de la voracidad económica de los grupos de poder, y para no permitir que solamente se recuerden casos como la sucretización o el feriado bancario, que si bien son actos de corrupción, ahora no son más que mañosas justificaciones para desvirtuar la atención de la verdadera lucha, del combate a la pobreza.