Para los ciudadanos
del día a día, los que nos son parte de las organizaciones sociales y políticas,
para los que sólo se informan de la tertulia cotidiana, les son indiferentes las
explicaciones que sobre la crisis ofrecen los políticos y economistas. Ellos
las conocen a profundidad, porque las sienten, enfrentan y resuelven en el
propio día a día. Son prácticos.
Esa experticia
de los ciudadanos de a pie, parece no importarles a los dirigentes de
organizaciones populares y políticas. Si les prestaran atención, en ellos
encontrarían un torrente de valiosa información para un verdadero análisis de
la coyuntura nacional y local. Claro que sí, saben y muy bien, que las ofertas
de campaña jamás se hacen realidad, porque una vez que acceden a los cargos
públicos y a la burocracia, lo importante es la recuperación de su inversión y
el pago de favores.
Por ello es que,
en medio de los alborotos por la unidad y las alianzas, en los momentos en que
el peso de la crisis les golpea más, se cuestionan acerca de la aparición de
supuestos salvadores de la patria que juegan con la esperanza popular. Saben
que ahora ya no es suficiente informase por los medios de comunicación, saben
que es el momento de la exigencia de rendición de cuentas y de la participación
efectiva. Sin embargo, lejos de buscarla, prefieren escudriñar en el entramado
político y exigir respuestas.
En el trajinar
cotidiano, la ciudadanía, los trabajadores, los campesinos, los maestros y
estudiantes, van definiendo la situación coyuntural presente, como una
manifestación de los mismos actores y grupos aunque con diferente careta y
etiqueta, pero al final los mismos. Saben que los actores y grupos, ahora convencidos
del desgaste popular de la revolución ciudadana, buscaran la unidad, tratando
de ocultarse ellos mismos, las diferencias ideológicas, contradicciones de
clase, negándose que hasta hace poco, eran adversarios históricos irreconciliables.
Es importante entonces,
que para estar atentos al desarrollo de los acontecimientos políticos que se
avecinan, previo a las alianzas se respondan inquietudes como: ¿Para qué se
busca la unidad? ¿Qué intereses están en juego? ¿Qué organizaciones o fuerzas
intervienen en esa unidad? ¿Qué clases sociales representan esos actores o
grupos? ¿Qué objetivos persiguen implícita o explícitamente? ¿Qué tipo de
gobierno se pretende?, etc., etc.