viernes, 5 de junio de 2015

Democracia de mayorías o democracia de consensos



Buena parte de la ciudadanía considera que el Gobierno de la “revolución ciudadana”, exagera la propaganda oficial al estilo Goebbels. Al parecer no quiere ni está dispuesto a escuchar y menos a dialogar con los sectores que difieren con su proyecto “revolucionario”. Sigue siendo cotidiano, -como en los tiempos de la “partidocracia”- la denuncia de hechos execrables ceñidos por la ley, la falta de control a los mismos impide garantizar la seguridad integral a la población y promover el desarrollo sustentable para el buen vivir.

Junto a las políticas de seguridad ciudadana, deben ampliarse las políticas de generación de empleo para erradicar la pobreza. Lamentablemente, en ambos casos el Régimen ha fallado, incumpliendo de manera expresa mandatos constitucionales. Situación igual sucede con la corrupción en la esfera pública y privada. No me referiré a casos particulares, simplemente diré que, cuándo se destapan, se recurre a los medios de comunicación para en alta voz, decir que se castigarán con el mayor peso de la ley, etc., etc., sin embargo a los pocos días van quedando en los archivos del olvido, y los corruptos continúan como si nada, disfrutando los dineros mal habidos.
El Presidente Correa, expresó que “aproximadamente el 90% de los actos de corrupción investigados por Contraloría se han cometido en los gobiernos autónomos”. Siendo así, cabe preguntarnos, por qué no funcionan de manera activa las veedurías populares o solamente lo hacen para los casos de interés de grupo.
Es risible que cuando los ciudadanos acuden a los medios de comunicación a denunciar actos de corrupción, sean amenazados con el inicio de acciones judiciales. Nos preguntamos nuevamente, ¿podremos los ciudadanos comunes participar del control de las políticas públicas y exigir la rendición de cuentas a los funcionarios y gobernantes? Obviamente no. Puesto que la libertad de pensamiento, expresión y asociación son minimizadas.
Lo cierto es que el Gobierno de “la revolución ciudadana” es una democracia de mayorías y no una democracia de consensos. Una democracia de mayorías impone la voluntad de las mayorías, es una variedad de la dictadura del voto. En cambio, en una democracia de consensos, el poder político de las mayorías, es como un respaldo para potenciar el diálogo y logro de acuerdos sobre aspectos fundamentales. Una democracia de consensos, significa respeto a la pluralidad ideológica y a la diversidad social, económica y política.