viernes, 22 de mayo de 2015

¿La Iglesia ecuatoriana refleja la Iglesia que anuncia el Papa Francisco?

Movidos por la fe católica, la mayoría del pueblo ecuatoriano, incluido el primer mandatario y su parafernalia revolucionaria, se estremece de emoción con la esperanza de que sus males y pecados disminuyan y para recibir sus bendiciones."Que Francisco visite Ecuador sería para todos un gran honor, y, para los católicos, una verdadera bendición". Así, como si se tratase de sus panas “Ricardo, Alexis o Fernando”, si, así se expresó el Presidente Correa en su cuenta de twitter, para referirse al Papa Francisco, creyendo que la visita le generará una imagen positiva de su desgastado proyecto político.De la misma manera, que se llenan la boca con la visita del Papa, alardeando del cambio de época y de los grandes avances de este país revolucionario; los sectores populares, vivimos en el país de siempre, en el país de la aristocracia, en el que la norma es la persecución y encarcelamiento a los dirigentes populares, conculcación de los derechos sociales, allanamiento a la propiedad privada, disminución de la libertad de expresión, etc.Durante los dos años de pontificado del Papa Bergolio hemos podido evidenciar su preocupación por el aumento de fieles de otros credos, de allí su interés de reforzar la identidad y compromiso de la iglesia devota con los humildes, desde luego pasando por alto el ecumenismo y la Teología de la Liberación.Lamentablemente ya no está la iglesia de Monseñor Leónidas Proaño, o queda poco de ella, esa iglesia de pobres para los pobres, esa iglesia que abogaba por la justicia social y defensora de los derechos humanos. Lamentable, porque la iglesia es una de las instituciones de mayor credibilidad en la sociedad; y lamentable también, porque la curía actual es muy prudente con su accionar y discurso, al punto que lo dirigen de tal manera, de no incomodar a la cúpula papal ni a la cúpula revolucionaria.A pesar de todo, la anunciada presencia del Papa, ha generado una especie de ansiedad de los ecuatorianos, principalmente de los creyentes católicos que lo esperan con fe y esperanza de que traiga la paz y la unidad para lograr el anhelado buen vivir.

Finalmente, en medio de los temores y alegrías, flota la pregunta: ¿La Iglesia ecuatoriana de hoy refleja aquella Iglesia que inicio Jesús de Nazaret?