viernes, 25 de julio de 2014

El rostro de la derecha



Un partido político es un grupo de personas que dicen practicar un mismo ideario político. La historia en todo el mundo nos da cuenta de la existencia de partidos políticos de derecha y de izquierda. El aparecimiento de partidos o movimientos políticos de centro e independientes no existe; es un espejismo, un eufemismo creado por el neoliberalismo para detener el avance de los pueblos en su camino hacia la emancipación.
Los partidos de derecha habitualmente están integrados por personas de clase socioeconómica alta, que desde posiciones conservadoras luchan por la defensa de sus intereses y la propiedad privada, para ello aluden a ofertas de mejoramiento a los sectores de la clase media y de ayudas misericordiosas a los sectores más pobres. Tienen una facilidad increíble para cambiar de denominación y usar eslóganes populares como el de “pan techo y empleo”, “otro Ecuador es posible”, cuando en la práctica son sectores reaccionarios que en complicidad de empresarios, banqueros, transnacionales e incluso de la embajada “yoni”  financian campañas por “amor a la patria”, en su afán de consolidar el modelo de saqueo y sobreexplotación del trabajo, de inequidad e injusticia social, cuyos resultados están a la vista: concentración de la riqueza en pocas manos, expansión de la pobreza y exclusión social para las mayorías populares.
En todos los pueblos del mundo, la derecha necesita garantizar su continuidad en el Poder e impedir las victorias populares ya sea mediante levantamientos o vía de elecciones. Para ello, llevado por el pánico que les causa el crecimiento de las organizaciones populares, no vacilan jamás en reforzar sus características autoritarias, represivas y cínicas. La democracia representativa que defienden se contradice con la persecución a todo aquel que se opone al pensamiento oficial.
Queda por tanto como tarea revolucionaria a los partidos de izquierda, que junto a los trabajadores, campesinos, maestros y sectores populares, tenemos la responsabilidad de organizar la resistencia y lucha conjunta para persistir en el derecho a la resistencia en defensa de la soberanía y el buen vivir.