jueves, 15 de mayo de 2014

Tarea fundamental de las flamantes autoridades: Mejorar las condiciones de vida



Luego de tomar legal posesión, los prefectos, viceprefectos, alcaldes, concejales y representantes de las juntas parroquiales de todo el país, desde ayer ejercen las funciones para las que fueron electos el pasado 23 de febrero.
En el caso del cantón y provincia de Loja, tanto el Ing. Dávila como el Dr. Castillo en sus alocuciones, expresaron que a más de ejecutar su plan de trabajo, hicieron evidente que su administración estará muy cerca al gobierno central y que darán continuidad a las obras prioritarias que quedan inconclusas e impulsaran con urgencia los cambios que necesita la ciudad y provincia.
La ciudadanía ve en los gobiernos locales el espacio de exigencia y confrontación de sus necesidades, busca comprensibilidad y transparencia a la hora de tomar decisiones o elaborar y aprobar ordenanzas que contribuyan con agilidad y eficacia a la solución de la problemática local.
Las autoridades recientemente posesionadas no deben perder de vista que la confrontación propositiva en las cámaras y cabildos, así como la participación ciudadana, son la base de la aceptación o rechazo a la administración pública y a la democracia representativa que nos ofrece el sistema capitalista.
El objetivo del desarrollo local y provincial debe ser, por tanto, la creación de estructuras administrativas y ejecutoras capaces de vincularse de manera sinérgica con las demás instituciones estatales en aras de hacer realidad los anhelados cambios y fortalecer la autonomía y descentralización para que se conjugue con la nueva Ley de Ordenamiento Territorial, que si bien aún está en discusión, es casi un hecho que la Asamblea Nacional la apruebe con la creación de una superintendencia con amplias potestades de control, sanción y de inmiscuirse en las competencias seccionales.
Lo cierto es que, el mejoramiento de las condiciones de vida a partir de las ejecutorias de los gobiernos locales, se verá condicionada en buena parte, por las posibilidades de partición efectiva que estos brinden a la ciudadanía para la búsqueda de soluciones, especialmente para la reconstrucción de la infraestructura vial urbana; a la dotación de agua potable las 24 horas; la ampliación con facilidades de la infraestructura habitacional con los servicios básicos; transporte público urbano e interparroquial; la restauración y preservación del patrimonio colonial y cultural;  salubridad; e incluso de la seguridad urbana y rural.
En fin, sólo el esfuerzo colectivo y las alianzas estratégicas con el estado, conducirá al buen vivir, que se pregona desde Carondelet.