sábado, 6 de agosto de 2022

Ineptocracia, derecha y pobreza

La derecha no solo se ha turnado para habitar Carondelet, también lo ha hecho para distribuir la miseria. A nombre de la democracia burguesa y mediante la propaganda masiva se hacen elegir, pero jamás cumplen las ofertas de campaña y las aspiraciones políticas, sociales y económicas de las grandes mayorías.

El tema es si aún podemos recuperar la confianza en la “democracia” o quizá ésta sea la causante de los grandes problemas del país. Es cierto que no contamos con partidos políticos ni un sistema electoral claro, peor con una división efectiva de los poderes del Estado, ni se diga de la justicia y las fuerzas de seguridad ahora bajo el control de las narco mafias; por ello, es necesario la Unidad Popular para construir una sociedad civil que demande del presidente Lasso, el cumplimiento del mandato constitucional, transparencia, lucha contra la corrupción y rendición de cuentas.

El pueblo vive la democracia cuando los valores democráticos y la participación ciudadana son la base tanto de las relaciones de poder estatal como del acceso a los recursos que son de todos, pero precisamente este es el mal de los ecuatorianos. El aumento de la desigualdad social visibilizada en el subempleo, empleo informal y desempleo que el Estado burgués muestra inoperancia para crear condiciones y diseñar políticas sociales que distribuyan la riqueza con equidad a todos los sectores de la sociedad.

Las políticas económicas neoliberales no han servido para disminuir los niveles de pobreza. El FMI impone una disciplina presupuestaria, privatización de las empresas públicas y priorización del gasto público, recetas que a lo largo de la historia han mejorado entre comillas la macroeconomía pero no la reducción de la pobreza.

Jean D’Ormesson funcionario a sueldo de la UNESCO, dice que las desigualdades e inequidades se deben a la “ineptocracia”, definida como el “sistema de gobierno en el que los menos preparados para gobernar, –es decir la derecha–son elegidos por los menos preparados para producir –por culpa del sistema–, descargando la culpa a “una izquierda populista y demagoga… y a unas personas que sabe que son idiotas”. El solo hecho de tratar a los sectores populares de idiotas delata que defiende a la burguesía.

¿Pero qué mismo es la ineptocracia?

En la práctica, la ineptocracia es la aristocracia encaramada en el gobierno a través del poder económico y la propaganda.

La ineptocracia representa a los grandes grupos empresariales y banqueros que financian a ineptos como el de los zapatos rojos para que desde el gobierno defiendan sus intereses.

La ineptocracia a nivel local son los movimientos políticos pertenecientes a caciques y/u oportunistas que se dicen independientes y desideologizados que buscan el poder para “gobernar” con personas incondicionales a su alrededor.

En fin, la ineptocracia es la causa de la falta de medicina, de la pobreza, del desempleo, de la exclusión social, de la violencia y otros males que impiden a las personas mejorar las condiciones de vida.

sábado, 30 de julio de 2022

Fuentes de trabajo premisas para superar la injusticia y la pobreza

El gobierno del desencuentro sigue marcando de pretexto que la crisis económica se debe a la pandemia. La esperanza de mejores días no es tal, en particular para los sectores rurales, suburbanos y marginales de las grandes ciudades. Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos, la tasa de desempleo actualmente afecta al 10 % de la población económicamente activa. En Ecuador hay cerca de 5 millones de desempleados y empleados informales, así el creciente desempleo empeora las condiciones de vida generando desesperación, pobreza y hambre en los ciudadanos.

 La semana que concluye, la televisión quiteña informaba que ante un llamado de la empresa EMASEO para 200 vacantes auxiliares de aseo y recolectores de basura, se presentaron alrededor de ocho mil aspirantes. A esto hay que sumar, que a pesar que el salario básico oficialmente es de 425 dólares, buena parte de los empleados informales ganan entre 250 y 300 dólares mensuales, mientras el valor de la canasta básica supera los 750 dólares. Eso evidencia la cruda realidad que por la necesidad de llevar el pan diario a los hogares se vive en todo el país.

Ahora el gobierno nacional mantiene la tesis de que el aumento de la fuerza de trabajo, los ingresos de los hogares y la cohesión social y, posiblemente, la cohesión política, podrían durar años. Esta perspectiva laboral, por cierto, tétrica, delata a la derecha criolla y al neoliberalismo, además representa un deterioro sustancial con respecto a las ofertas de campaña presentadas por el presidente Lasso, tirando por tierra aquello de reducir el desempleo mediante la creación de dos millones de fuentes de trabajo, incluso está en riesgo el cumpliMIENTO del salario básico a 500 dólares.

Corresponde a los partidos políticos de izquierda, un programa de acción no “para volver a la normalidad” sino para lograr un cambio sustancial en el sistema administrativo que esté centrado en el ser humano. Las elecciones seccionales están a la puerta y, los candidatos deben nacer de las entrañas del pueblo para que sean ellos quienes planteen una recuperación inclusiva y sostenible que lleve los servicios básicos a toda la población.

El sistema de gobierno y el aparato productivo público y privado han demostrado su incapacidad para incorporar a una mayor población económicamente activa, lo cual desarticula el tejido social, se evidencia una creciente migración de las familias de las comunidades rurales, en especial de mujeres, niños y jóvenes.

Unidad Popular junto a las organizaciones populares para superar la injusticia y la pobreza aspiran llegar a los gobiernos seccionales para reconstruir el régimen público de tal forma que se aborden las desigualdades sistémicas y estructurales y otros problemas sociales y económicos, como el cuidado del medio ambiente, la minería responsable; y la elaboración de políticas para hacer frente a las lacras de la injusticia, la miseria y el desempleo.

sábado, 23 de julio de 2022

Hay que decirlo en voz alta y públicamente

Los pueblos y comunidades del Ecuador y de América Latina comienzan a tomar más y más conciencia de la dolorosa dominación de los gobiernos de turno y el sometimiento a los organismos financieros internacionales. Toman conciencia también sobre el papel de los grandes medios para llenarnos de una comunicación vertical y unilateral reducida al consumo de propaganda, a la dependencia y a esa pasividad que impide deliberar acerca de los problemas que afectan a toda la nación, peor aún, de integrarse a un proyecto histórico de liberación.

Parece irrisorio, pero “la revolución de la comunicación” le ganó a la revolución social. Hasta hace no más de cinco años, la televisión y la radio eran imprescindibles en la información y propaganda comercial, cultural, deportiva y política, hoy no es así, las redes sociales están en pleno apogeo, por estos medios ha comenzado un flujo de publicidad de todo tipo que llega a más audiencia y en tiempo real.

De allí que, las organizaciones sindicales, los sectores populares y los políticos de izquierda deben cooperar con los periodistas alternativos para que se informe la verdad, verificándola previamente a través de otras fuentes. Porque ahora las personas acceden a la difusión de información, incluida la desinformación, incluso ellas mismas pueden crear contenidos, y la única arma competitiva de un periodista es que revise y verifique la información para sus oyentes o lectores.

El periodista soviético Vasili Grossman durante la segunda guerra mundial dijo, “que se necesitan periodistas para contrarrestar las mentiras nazis y para levantar la moral del pueblo”. Esa es la tarea que cumplen los programas UNE Televisión, Presencia de UNE; los periódicos El Educador, Opción y En Marcha. Inclusive eso no es suficiente, porque en Facebook, YouTube, Twitter, en la práctica no hay una posibilidad real de aclarar las mentiras y difamaciones oficiales, porque enseguida se dispone el bloqueo de las cuentas; ese trabajo corresponde a la prensa alternativa.

La comunicación y los comunicadores populares no pueden estar desvinculados del conflicto histórico, puesto que precisamente lo popular hace de la lucha una bandera de resistencia contra la conculcación de derechos y en defensa de la vida y la soberanía. Reitero, “se necesitan periodistas” con olfato y con ética para que digan en voz alta y públicamente: que la Corte Constitucional da la razón a la UNE, para que digan que la Equiparación Salarial ya es una realidad, que va porque va, que la UNE vuelve a triunfar, que ya no hay pretextos para atrasar la publicación en el Registro Oficial y comenzar a pagar el derecho que los docentes ganaron con huelgas de hambre y en las calles.

Finalmente, los docentes deben tomar conciencia, que la lucha continúa, que los derechos del magisterio y por la educación solo son posibles sobre la base de la unidad.

sábado, 16 de julio de 2022

El conformismo y la indolencia no pueden desvanecer la unidad y lucha

Buena parte de la ciudadanía, incluidos el magisterio y el ministerio de educación, mostraron su preocupación durante la etapa dura de la pandemia por el covid-19, se dijo que las clases virtuales no enseñaron nuevas formas de aprehender la realidad, que en muchos de los casos parecía un adoctrinamiento con contenidos y formas poco creadoras contrarias a lo que es educar.

Me repugna la idea de conformismo, de que debemos adaptarnos al mundo. Antes deberíamos cuestionarnos de qué mundo estamos hablando. Porque si se trata del mundo de la hegemonía capitalista, entonces para ellos sí. Pero si hablamos del mundo de la mediocridad y del abandono a los sectores populares y desclasados, entonces no es así.

En toda época el sistema educativo responde al gobierno de turno. La derecha ha procurado esterilizarnos el pensamiento para disminuir nuestra capacidad de aprender a aprehender. El objetivo de la educación neoliberal, es asaltarnos ideológica y psicológicamente mediante el reciclaje de conocimientos. No para generar algo nuevo. Solo pretenden pasarnos “gato por liebre”. Y lo lograrán si los docentes no sustituimos el sometimiento por una educación emancipadora.

El despropósito de imponernos ideas retrógradas se hace más fácil cuando los docentes nos volvemos burócratas y además no alcanzamos a rebasar nuestros propios prejuicios. No lo logramos cuando no educamos sobre la liberación sino sobre la resignación. Cuando el ejercicio intelectual lo reducimos a la reproducción empobrecedora de frases de los gobernantes de turno, desprovistas de su contexto y asumidas como dogmas, no respondemos en realidad a esa certeza tremenda de que nuestras “armas son las ideas”.

Para que las armas en nuestras manos sean efectivas hay que guiarlas a diario por el pensamiento, por la cultura y la educación, hay que ejercitarlas con un criterio liberador, aunque a otros les parezca incómodo. El acto más revolucionario que puede realizar un docente “es pensar sobre la base de la educación, …y para cada vez pensar mejor, se ha de adquirir cada vez más educación”, y en función de ese pensamiento, hay que ser honesto y actuar en consecuencia con los derechos del pueblo.

A propósito de la negativa del presidente Lasso, para publicar en el Registro Oficial las reformas a la LOEI, en la que se incluye la equiparación salarial, es necesario llamar a los maestros y las maestras a defender sus propios derechos, me niego a creer que en ellos prime el conformismo y la indolencia, tengo la certeza que “más temprano que tarde” saldrán a luchar junto a sus compañeros unionistas, junto a la gloriosa UNE.

Sé también que ellos son capaces de asimilar lo genuino que hace la unidad y lo asimilarán más de lo que las generaciones anteriores lo hicimos. Cualquier otra posición tembleque no puede aspirar a crear una fuerza solidaria. Y cuando no se crea unidad y solidaridad, la lucha se desvanece.