viernes, 20 de enero de 2023

La principal alianza es con el pueblo

"si no luchamos juntos, 'nos vencerán' por separado" Ernesto "Che" Guevara

El 5 de febrero acudiremos una vez más a la ruleta de la democracia representativa, la misma que sin detenerse a recapacitar acerca de los graves problemas que afectan al país, los gobiernos neoliberales siguen a raja tabla, imponiendo además una propaganda proselitista como instrumento de los poderosos para hacer valer los criterios que les permitan tener a salvo sus intereses.

Con un sabor a cachaza podrida, el gobierno nos dice “que actualmente en el país existen 272 movimientos políticos que no garantizan la representación ciudadana, ni permiten una adecuada participación de sus miembros”. Y esa es la verdad. Pero lo que no dice, es que, en los últimos años la propia oligarquía ha estado gestando el surgimiento de posiciones y organizaciones, permitiendo que determinados caudillos cuando la coyuntura lo amerita, se distancien para fortalecer la derecha fascista o crear la derecha moderada o la centro derecha. De la misma manera han emergido la izquierda democrática, la centro izquierda y otras denominaciones que sólo sirven para ocultar sus verdaderas posiciones, dividir la unidad popular y engañar a los electores.

En realidad, la disimulada intención del gobierno pasa por hacer política a su favor y en contra del pueblo. La Constitución Política del Ecuador estipula que la democracia también debe ser participativa, y la mejor manera de hacer efectiva la participación es darle al pueblo las armas para su participación. No hay mejor expresión de la democracia participativa que un pueblo con leyes que se cumplan desde las altas esferas. Le corresponde a la Asamblea Nacional, legislar para brindar al Consejo Nacional Electoral las suficientes atribuciones para la creación, preservación de la personería jurídica y control de las organizaciones políticas a través del Código de la Democracia.

Más o menos lo mismo pasa en el diario vivir, y es que el capitalismo se alimenta de nuestra pobreza, de la pobreza de la clase trabajadora. Pero lo más grave, el capitalismo se sirve de la pobreza que nos hace perder de vista las necesidades de las otras personas para ir en busca del bienestar individual sin tener en cuenta el interés colectivo. El egoísmo propio hace creer que el capitalismo nos ha dado la oportunidad de pertenecer a la clase media, que con lo que hace está cambiando el mundo. Pero cuando la tortilla se vira, la clase media recién se da cuenta de lo desafortunada que es, porque se queda sin trabajo, sin ahorros, aparecen nuevamente las penurias económicas.

Las pequeñas luchas individuales son parte de la lógica capitalista. Sin embargo, de la capacidad que tengamos de abrirnos y escuchar la pobreza de los demás, depende que comprendamos las situaciones y necesidades de los otros y las nuestras. El pueblo de a pie tiene que entender, que su principal alianza es con el pueblo, que la unidad popular es más grande que la injerencia del gobierno y de la oligarquía corrupta que acecha por concentrar más poder.

sábado, 14 de enero de 2023

Recuperar Gobiernos Seccionales y empezar a solucionar la problemática social

Una vez iniciada la campaña electoral, he vuelto a escuchar de boca de dirigentes políticos y candidatos que las “ideologías no existen, que ya no tienen validez”. Alguien incluso dijo, que sus “principios ideológicos se adaptan a cada realidad”, supongo quiso decir, se adaptan a cada público. ¡Bonita conjugación entre la hipocresía ajena y la flojera propia!

Esta desvergüenza, solamente nos muestra que la democracia burguesa no hace mención de sus principios ideológicos y los candidatos que defienden su “vientre de alquiler” y sus propios intereses tampoco hacen referencia a sus convicciones políticas con los votantes, primero, porque no las tienen claras y, segundo, prefieren generar una especie de empatía proselitista entre las necesidades básicas de los ciudadanos y las esperanzas insatisfechas; así, a pura demagogia han logrado apoyo en cada elección.

Ciertos candidatos hacen énfasis en “mirar la paja del ojo ajeno y no la viga que llevan en el suyo”. No exponen con claridad su propuesta y se niegan a explicarnos cuáles son las líneas políticas con las que pretenden solucionar nuestras reivindicaciones en materia de fiscalización, educación, salud, sanidad, cultura, empleo, combate a la corrupción, y lo exigimos porque entendemos que en la heterogeneidad ideológica y en la pluralidad de ideas que nos ofrece el sistema, reside la posibilidad de un cambio. ¿qué miedo tienen de decir a quiénes representan y a quiénes defienden?

Sin embargo, más allá de las propuestas y de los nombres, la mayoría de los ecuatorianos, dudamos de la capacidad de los asambleístas para organizar y defender los servicios públicos para beneficio de todos, pues guardan silencio ante la posición del presidente Lasso y su equipo familiar de asesores, que primero disminuyen el presupuesto de las empresas públicas, luego mediante spots publicitarios desprestigian la calidad de los servicios que ofrecen, esto con la intención de feriarlas a precio de gallina robada; es decir privatizarlas a favor de sus grupos de poder.

Para ello, pese a que la Comisión de Justicia de la Asamblea Nacional ha convocado a varios funcionarios del Gobierno a dar explicaciones sobre una presunta red de corrupción en las empresas públicas, sostiene al Econ. Danilo Carrera Drouet -cuñado suyo- para que prepare la rifa de la Corporación Nacional de Telecomunicaciones, del Banco del Pacífico, las hidroeléctricas, la seguridad social y los campos petroleros.

Nos canturrean que la privatización es fundamental para el desarrollo del país, que la privatización tiene como objetivo reducir el tamaño del Estado, que los recursos se destinarán a políticas sociales, etc., etc., puro cuento chulquero.

Queda claro que la privatización de las empresas públicas, es una decisión ideológica de la derecha para adueñarse del Estado. Por lo que, es necesaria la unidad popular para respaldar cualquier iniciativa que pueda provenir de la academia progresista y de los sectores populares, a fin de recuperar los gobiernos seccionales y empezar a solucionar los graves problemas que aquejan al país.

viernes, 6 de enero de 2023

El Gobierno de Lasso se deshilacha produciendo más desigualdad

El año 2023 inicia con una proforma presupuestaria recetada por el FMI y una consulta que no resolverá nada, solamente son artilugios renovados de la arremetida neoliberal del gobierno del desencuentro. Mientras tanto los sectores populares todavía siguen molestos por las mentiras del presidente Lasso, y el incumplimiento de los acuerdos posteriores al dialogo con las organizaciones sociales encabezadas por la CONAIE.

El pasado 3 de enero, inició el proceso electoral para la designación de autoridades seccionales y un sesgado referéndum, que de acuerdo a los balances y presupuesto son injustos para los movimientos sociales y políticos que realizan sus campañas por carriles distintos, pero indefectiblemente por un verdadero cambio y un rotundo NO a la engañosa consulta. Desde luego, la derecha junto al gobierno, aspira una ganancia a río revuelto, promoviendo el que hay que enseñar a pescar y no dar el pescado, pero no dice nada de la destrucción y contaminación de los ríos y mares donde crecen los peces.

En materia comunicacional el gobierno ha sido sobresaliente para sus intereses. Con la mayoría de los medios promueve un presidente con liderazgo y que “se hace cargo de los problemas del país”. Al estilo hitleriano y de la CIA resalta en sus mensajes un reproche el gobierno de Rafael Correa acusándole de haberle dejado una pesada herencia y un país en ruinas, (situación no muy lejos de ser real), sin embargo, no dice nada del gobierno de Lenin Moreno, puesto que cogobernó con él. También arremetió contra la UNE, los trabajadores y el indigenado, con fraseología exabrupta y deleznable, manifestando que querían dar un “Golpe de Estado”.

La consulta no coloca sobre la mesa y de manera ineludible la solución de los grandes y graves problemas que aquejan a los ciudadanos. En el país es evidente que la crisis por la corrupción y la creciente pobreza se deben a problemas estructurales que se acarrean desde décadas atrás, por lo que el tratamiento no debe quedarse en una especie de discusión con simples tonos domésticos para entretener al pueblo. 

El gobierno neoliberal no ha podido brindar soluciones para las grandes mayorías. Eso no significa que las élites empresariales y los grandes capitales, sobre todo de la banca financiera, especuladora y chulquera no estén cómodas con este sistema capitalista que se sigue deshilachando y produciendo una desigualdad que afecta al mar de trabajadores formales e informales, a los jubilados y a los pensionistas, a los desempleados, mientras el descontento social va precipitando el panorama político. 

El año 2023 presenta los mismos desafíos, subida de precios, desempleo, pobreza, desatención a la educación y salud, inflación, privatizaciones, represión, etc., etc. Tenemos la tarea de exigir al gobierno que eche al tacho de basura sus planes de ajuste. Para ello, es necesario forjar la unidad popular y así poder asegurar la victoria el próximo 5 de febrero.

La lógica perversa

Por José Luis Callaci

Cuando se pretende ignorar los hechos o se omite referirse a ellos, como es el caso del genocidio contra la población rusa que durante estos ocho años ha cobrado la vida de miles de ruso parlantes en el sudeste de Ucrania en manos de neonazis, brazos armados de los gobiernos que sucedieron al golpe de Estado del 2014 apoyado por la OTAN y en separado por líderes de países que integran esta alianza militar; cuando deliberadamente se ignora o se hace caso omiso a las acciones que ponen en serio riesgo la seguridad de un país en sus propias fronteras, hay una lógica perversa.

Un país que ha venido insistiendo en resolver este conflicto por la vía del diálogo y la negociación, entonces solo queda calificar estas actitudes como peligrosas necedades que ponen en riesgo la propia paz mundial. Rusia no comenzó esta guerra, que lleva ya ocho años, sino que se vio obligada a intentar terminarla con esta operación militar para proteger a su pueblo y la seguridad en sus fronteras, como lo hubiera hecho cualquier otro país en las mismas condiciones, si se le intentara rodear con bases militares y misiles que apunten a sus ciudades.

Pero de nada sirve señalar los hechos ni las poderosas razones que impulsaron, no solo al Presidente ruso en solitario como algunos intentan hacer ver, mientras Washington por supuesto aplaude, y de paso esputarle insidiosos y ofensivos epítetos, o para favorecer propósitos desestabilizadores del gobierno ruso.

Rusia ha tomado esta decisión de intervenir para acabar con la amenaza y con el genocidio de la población ruso parlante en Ucrania, una vez fracasadas las negociaciones durante estos ocho años de guerra, debido a las constantes interferencias de terceros. No le quedó otra opción.

Pero qué interesante. A través de la alianza militar de la OTAN, con sus socios mayoritarios y minoritarios, se pueden destrozar otros países que no se subordinan, instalar cientos de bases militares en todo el mundo, asesinar líderes, realizar bloqueos económicos, y no hay escándalo ni fuertes repudios, ni nadie pone el grito en el cielo porque sencillamente ellos son los “buenos”. Pero cuando Rusia sale a hacer valer su seguridad y a proteger a millones de rusos, hoy víctimas de matanzas, que siempre han vivido por generaciones en lo que antes era parte de su país, revive la pandemia de la rusofobia y no hay razones ni sentido común ni conocimientos o información fidedigna sobre los hechos que sirvan para desvirtuar las mentiras, debido a una razón también muy simple: los rusos serán siempre los “malos”. Como en las películas o en las series, incluso para niños, producidas al norte del Río Bravo o Grande.

Esa es la lógica perversa que impera en estos días, unos la arman y programan y otros, sin sonrojos, la difunden.

Fuente: https://surcosdigital.com/la-logica-perversa/

 

viernes, 23 de diciembre de 2022

Navidad y Año Nuevo: revive la esperanza por una vida digna

Para más de la mitad de las familias ecuatorianas, se refrenda otra vez un año complicado, la crisis sociopolítica y económica abre más la brecha de la pobreza. La anunciada alza de 25 dólares a los trabajadores no cubre el valor de la canasta familiar; la inflación en estos días es galopante y empeorada por la falta de trabajo, la delincuencia y la corrupción.

Esta es la realidad del campesinado e indigenado, de los trabajadores, de los desempleados, del magisterio, que durante el 2022 en calles y plazas protestaron contra la soberbia de un presidente que no escucha a la gente, que se hizo el loco convocando a dialogar al movimiento indígena, pero sin cumplir los acuerdos, por el contrario, se empecina en una infame consulta para inundar de mayor estrechez a nuestros hogares.

El combate a la pobreza, a la corrupción y a la impunidad de esas sanguijuelas humanas que no contentos con robarse los dineros del Estado, quieren chuparnos la sangre y hasta el alma; solo es posible si se reclama el derecho a educación de calidad, a servicios de salud y sanidad, de fuentes de trabajo. Es urgente el dialogo franco entre los movimientos sociales y políticos del país con el gobierno, al que hay que exigirle soluciones claras, si se quiere de verdad superar la crisis económica y la inseguridad ciudadana.

Desde la Gloriosa UNE, hemos sido testigos del gran despertar de los maestros y maestras con conciencia vanguardista, ellos dijeron basta ya a los atropellos del Presidente Lasso, de la Ministra Brown y de un grupillo de lacayos. La UNE con unidad, lucha y organización, logró la aprobación de una nueva Ley de Educación que incluyó la recategorización a los maestros con más de 25 años de servicio, la equiparación salarial, siguiendo firmes hasta que ésta se pague a todo el magisterio.

En medio de la lucha por alcanzar una vida digna con equidad y justicia social, los sectores populares y de trabajadores reviven la esperanza y buenos deseos para que estos días de navidad y año nuevo, se disfruten en familia anhelando que, en el 2023, las elecciones permitan concretar la unidad popular para lograr las reivindicaciones que posterga la derecha criolla, banquera y empresarial sumisa al imperialismo.

En este mensaje de anhelo por las reivindicaciones sociales para los ecuatorianos del campo y la ciudad, para esos hombres y mujeres que sueñan con una patria nueva para todos, va también el llamado a fortalecer las organizaciones, la movilización y la protesta social; a trabajar por el fortalecimiento de una unidad popular que nos conduzca a un proceso electoral de las administraciones seccionales, de los integrantes del Consejo de Participación y Control Ciudadano, y a decir NO a una consulta mañosa con la que el Gobierno del Presidente Lasso pretende entregar el país a los grupos de poder y al imperialismo.

sábado, 17 de diciembre de 2022

Se repiten las mismas penurias y las mismas esperanzas

“Cómo desearía que estuvieses aquí, somos solo dos almas perdidas, nadando en una pecera, año tras año, corriendo sobre el mismo viejo suelo, ¿qué hemos encontrado?, ¡los mismos viejos miedos!” 

Son versos de una de las canciones populares de la banda inglesa Pink Floyd, que ha propósito de la navidad va bien en los corazones de aquellos que andan sin zapatos, incluso para los que calzan zapatos rojos.

Con la diferencia que mientras la burguesía y unos cuantos embaucados se aprestan a vaciar sus tarjetas de crédito, en pos de la “felicidad” de sus hijos, esa felicidad basada en el consumo, el individualismo y el desprecio por el sufrimiento ajeno, al otro extremo brilla en las calles y carreteras la Navidad de los Pobres, de aquellas familias que estiran sus manos por una galleta, un caramelo o un trapo usado, por su orfandad o porque sus padres no tienen trabajo, es decir, para ellos no habrá niño Dios y mucho menos papá Noel.

La crisis amasada por el modelo productivo del capitalismo, que es la causa del conjunto de defectos sociales como la explotación de la fuerza de trabajo, el saqueo de los bienes comunes, el empobrecimiento extendido, desempleo y la concentración de la riqueza en pocas manos, lo que se agrava con la inseguridad social, mal que en varias ciudades ha llevado al cierre de negocios dejando sin ingresos a familias enteras, creciendo con ello, la miseria y las olas migratorias.

Lo cierto es que las clases populares, más allá de los “programitas paliativos del gobierno” pasarán una Navidad en medio del hambre, aún enfrentamos los rezagos de la pandemia como sinónimo de pérdida de empleos y disminución de ingresos, agravado todo esto por la constante subida de precios de los productos de primera necesidad. Así, la pobreza y la pobreza extrema aumentan, la brecha de desigualdad e inequidad perjudica más a las mujeres y a la población rural, abonando más a la desesperación de buena parte de la sociedad.

Parece paradójico, antes fue la pandemia, ahora es la violencia e inseguridad la que ha hecho que las familias se aíslen y confinen en sus hogares, sin embargo, no será fácil abrazarse nuevamente ni remembrar y recrear los viejos tiempos en familia, en definitiva no se podrá disfrutar de la fecha religiosa o pagana, pero al fin festiva, por el contrario, esto ha aumentado la violencia doméstica, las violaciones y abusos de menores, los feminicidios, etc., etc., quedando impunes la mayor parte de las veces por la indiferencia de las autoridades.

Si el gobierno, no toma las cosas en serio, todos los propósitos se desvanecerán en el aire, porque la corrupción y la fragilidad de las instituciones socioeconómicas y culturales creadas por el capitalismo, lejos de servir a la comunidad, amenazan con confirmar que la navidad tiene preferencias, y cada año se repite de la misma forma y con las mismas esperanzas.