viernes, 27 de octubre de 2017

Decreto 193 abre camino para recuperación de libertad de asociación


Tras una década de imposición de una política de represión, persecución y privaciones de la libertad a la dirigencia popular; las organizaciones sociales saludan la decisión del presidente Moreno de derogar los Decretos Ejecutivos 16 y 739, con los cuales se disolvió y pretendió controlar y acallar a los movimientos no afines a la revolución ciudadana, como en efecto se hizo con la Unión Nacional de Educadores (UNE) y la ONG Pachamama.
La decisión no es gratuita. Es el resultado del dialogo propuesto por el presidente Moreno y de la lucha y acción popular del pueblo ecuatoriano por concienciar al gobierno actual sobre la necesidad de “no tener ningún vestigio de un Estado burocrático y controlador", que movilizó a las fuerzas policiales y militares para intimidar permanente a las organizaciones sociales y ciudadanas. Este Estado prepotente fomentó el servilismo a través de la creación de organizaciones paralelas con una dirigencia fanática y servil, que en la práctica se convirtió en el brazo político o en las tiendas proselitistas de alianza país.
Cuando se emitió el decreto 016, varias organizaciones sociales, mostraron su preocupación e incluso presentaron un amparo constitucional contra el citado decreto que iniciaba violentando la Carta Magna, al desconocer de forma implícita el derecho a la organización de la sociedad civil y al amenazar “legalmente” a aquellas organizaciones que no se hayan registrado bajo las condiciones del correísmo.
Un viejo objetivo era eliminar a la UNE, el gremio de los maestros defensor de la educación fiscal y de las causas populares, por tanto, la piedra en el zapato de eso que llamaban revolución ciudadana, para ello, el Decreto 016 resultó ideal. Con él se dispuso la criminalización de las organizaciones populares de hecho y la judicialización civil y penal de la lucha popular. Se trató de una persecución política a quienes se resistieron a avalar un régimen autoritario que a pesar de denominarse revolucionario, encarnó una forma de dominación caudillista que el presidente Moreno se apresta a desterrar.
Sin embargo, para que todas las organizaciones sociales y no gubernamentales recuperen su derecho constitucional de libertad de asociación, hace falta se elimine la potestad del gobierno para la disolución sin ofrecer las garantías procesales ni de juzgamiento. Por eso, y a propósito del aniversario de la Revolución de Octubre y parafraseando a Lenin, los maestros y los ciudadanos sabemos que “marchamos en pequeños grupos unidos por un camino escarpado y difícil, rodeados por todas partes de enemigos,… precisamente para luchar contra ellos”.

viernes, 20 de octubre de 2017

Estado exige a la escuela resolver los males sociales


Las violaciones sexuales a niños en el colegio réplica Aguirre Abad de Guayaquil, es uno más de los casos de acoso y abuso sexual perpetrados contra niñas y niños en planteles educativos, centros deportivos, iglesias y otros sitios, donde buena parte de responsabilidad corresponde a la ineptitud del Estado.
No se trata de justificar nada. Pero tampoco puede exigirse solo a la escuela resolver todos los males sociales, mientras el Ministerio de Educación es incapaz de generar consensos para mejorar el sistema educativo. Es urgente ejecutar una labor de educación y formación en las escuelas y colegios conforme manda la Constitución, es decir, garantizar la integridad de la niñez y para prevenir todo tipo de violencia sexual que cometen los adultos y también entre niños.
Las charlas descontextualizadas que ofrecen los departamentos de consejería estudiantil, deben reforzarse con actividades destinadas a prevenir, detectar y eliminar la violencia sexual y otros abusos a menores, y a la par transversalizar la educación sexual en la malla curricular y en la formación del profesorado.
Nos entusiasmamos con ser una sociedad impregnada de buenos modales y valores éticos, sin embargo callamos y callan sobre todo, quienes tienen el compromiso de cuidar y proteger a la niñez. Seguramente, es doloroso denunciar a quienes se supone son nuestros seres queridos. Cómo explicar a los niños y niñas que han de protegerse de quienes les deberían amar, de sus padres, de sus hermanos, de sus profesores, presuntos y potenciales abusadores sexuales.
La violencia, el acoso y abuso sexual a menores en escuelas y colegios es un drama viejo, muy conocido y silenciado por los padres de familia, por los directivos de los planteles y por las autoridades de educación. No hay escuela o colegio exento a estos males, que en buena parte desembocan en bajo desempeño y deserción escolar, así como a una elevada tasa de embarazos en niñas y adolescentes.
Es incomprensible que la familia calle. Pero es más terrible que ningún director o rector quiera denunciar estos hechos de violencia contra los menores por temor a que su plantel se desprestigie, pero alardean en sus proyectos educativos, que su misión es responsabilizarse por la educación integral de los estudiantes.
El miedo, el silencio o negligencia de los directivos y autoridades educativas, es un hecho censurable y delictivo. Por tanto, debe ser sancionado administrativa y penalmente, sin ninguna distinción de tipo político o religioso.

viernes, 13 de octubre de 2017

La buena educación es la suma de inversión y respeto


El presidente Lenin Moreno, manifestó que "aquellos enceguecidos de revoluciones falsas, ahora se han dado de llamar revolución a cualquier pendejada...”, reconociendo implícitamente que durante los diez años no pudieron inaugurar la educación para todos. 
Que su gobierno recuperará el sistema educativo para transformarlo, que el aporte de todos los actores será importante para rescatar los aspectos que se consideran claves en el desarrollo y consolidación de la educación en todos sus niveles, privilegiando la educación fiscal y laica. Que es inaceptable “una revolución educativa sin la participación de los ciudadanos”. 
El profesor David Pacheco conceptuaba que la “buena educación va más allá de los conocimientos o esfera social de la persona; la buena educación es tratar a los demás como nos gustaría que nos traten a nosotros", en suma, es cuestión de civismo y respeto hacia el otro. Lo cierto es que, la educación es la base del desarrollo de los pueblos y los países que no invierten en educación y no producen conocimiento, están condenados a la dependencia y al fracaso. 
En una conversación de añoranzas entre ex compañeros de Escuela Miguel Riofrío, se decía que el colegio y la universidad afianzaron los valores aprendidos durante la infancia, y de su importancia para formarse adecuadamente como personas útiles a la comunidad. Con entusiasmo y cierta melancolía se escuchó que algunos cursaron estudios de formación artesanal o técnica, mientras otros fueron a la universidad. Todos anhelaban incorporarse al mundo del trabajo y servir a los demás. Lamentablemente algunos de ellos, olvidaron las primeras enseñanzas, y se dieron cuenta que era más provechoso servirse de los demás, es decir, se incorporaron al mundo de la corrupción. 
Para quienes optamos por la docencia, fue penoso reconocer la desvalorización de la profesión, como también el endosamiento a los docentes del fracaso de la educación, desconociendo que la responsabilidad que supone el educar es prioridad del Estado. Por suerte hay quienes desde la sociedad de a pie, aprecian la tarea docente y reconocen que son más los que cumplen a cabalidad su rol de profesores e incluso de padres, de psicólogos, de consejeros, de médicos, etc., tareas que han olvidado el estado y la familia. 
Ha llegado el momento, que como sociedad y como ciudadanos comprendamos que la buena educación es la suma de inversión económica y respeto a los derechos constitucionales. No conozco una tesis mejor, aunque falta mucho camino por recorrer.

viernes, 6 de octubre de 2017

Día del Docente: una lucha por la igualdad de oportunidades

El 5 de octubre aunque pocos lo saben, se celebró el Día Mundial de las y los Docentes. Efectivamente es una fecha para rendir homenaje a los docentes y al papel fundamental que desempeñan para que la educación sea el puente que brinde a la sociedad la esperanza y la promesa de mejorar las condiciones de vida.
Es asombroso o quizá no lo sea, pero son pocos los gobiernos que en esta ocasión ponen de manifiesto el ejemplo de educadores hombres y mujeres que lucharon por la libertad. Hay un olvido intencional que pesa a la hora de cambiar la educación para combatir la corrupción. Son las organizaciones gremiales como la UNE, las que recuerdan a maestros de la talla de Eugenio Espejo, Simón Rodríguez, José Martí, Juan Montalvo, José María Arguedas, José Carlos Mariátegui, Gabriela Mistral, Paulo Freire, Pio Jaramillo Alvarado, Benjamín Carrión Mora, entre otros.
La ansiada esperanza y la promesa de mejorar las condiciones de vida no puede ser posible alcanzarla sin el concurso de docentes competentes y motivados. Por lo que también hay que llamar la atención a los gobiernos de turno, para que protejan los derechos de los docentes, mejoren sus condiciones laborales y las necesidades salariales, para que puedan contribuir al desarrollo socio económico basado en el conocimiento, los valores y la ética. El profesorado y la escuela por sí solos no van a lograr construir la patria nueva. Solo podrá hacerlo en función de que las familias, la sociedad, los medios de comunicación y el gobierno se involucren.
Paulo Freire, que luchó por una educación que enseñe a pensar y no a obedecer, inmortalizó una frase que a la vez es enseñanza y sentencia: Qué educador sería yo si no me preocupase al máximo de ser convincente en la defensa de mis sueños, Refería además que las maestras y los maestros democráticos debemos intervenir en el mundo a través del cultivo de la curiosidad, por ello se cuestionaba, cómo puedo educar sin estar envuelto en la comprensión crítica de mi propia búsqueda y sin respetar la búsqueda creativa de los alumnos. 
Finalmente, es oportuno recordar a otro educador que sin serlo lo fue. Nos enseñó la solidaridad, la defensa de los derechos y a luchar por la conquista de la libertad. Me refiero a Ernesto Guevara, asesinado por la CIA hace 50 años, un 9 de octubre, en una escuela rural boliviana.