jueves, 8 de marzo de 2018

Mujer: un canto a la vida, al trabajo y al amor


A lo largo de la historia, las estructuras de poder de los gobiernos en todo el mundo, y por supuesto en el Ecuador, han excluido y discriminado a las mujeres del ejercicio pleno de sus más elementales derechos, lo que ha hecho del 8 de Marzo una fecha significativa de la lucha por derribar los muros que impiden la verdadera emancipación.
La sociedad y las propias mujeres no quieren un 8 de Marzo con discursos demagógicos para las mujeres del año, en el cual se olvidan de las mujeres que luchan toda la vida. Tampoco quieren homenajes frívolos, sino el compromiso gubernamental para erradicar las condiciones de inequidad, desigualdad, injusticia y otros males aún vigentes especialmente en los sectores de permanente postergación.

En los momentos actuales en que los gobiernos hablan de mayor atención a la mujer, contrariamente se destaca con crudeza como las políticas neoliberales agravan la situación de violencia y de pobreza de las mujeres, dolencias que se evidencian en los campos de la educación, de la salud, de la participación política, en la falta de oportunidades de trabajo, etc., etc.

Cuando se pide menos discursos y homenajes, no se dice que las mujeres no merezcan rosas y poesías. Sino que ellas se merecen más que flores y versos, porque son un canto a la vida, al trabajo y al amor, son testimonio de rebeldía, unidad y resistencia. Las encontramos a diario batallando con su tenue mirada, pero sin renunciar a su lucha emancipadora, encendiendo a la par con la pasión de su afecto la utopía de la patria nueva y soberana.

Al rememorar esta fecha, es importante resaltar el valor de mujeres como Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo, como Manuela Sáenz, Manuela Cañizares, Matilde Hidalgo, Dolores Cacuango, Transito Amaguaña, Rosita Paredes y otros cientos de mujeres anónimas que, en innumerables jornadas de lucha, y desde la perspectiva de clase exigieron respeto a su dignidad y valoración real de su aporte a la sociedad.

Una vieja canción dice “que la mujer es sexo frágil, que mentira más absurda…, como es fuerte la que yo conozco, su sabiduría no tiene precio…, yo no llego a sus pies...” Mi admiración y respeto a todas ellas, que a veces soñadoras y complicadas, atrevidas y apasionadas, pero siempre firmes en sus principios y convicciones luchan por la dignidad y la vida.

viernes, 2 de marzo de 2018

Una escuela para volver a la gente


La reflexión sobre los desafíos que implica actualmente una escuela de calidad, exige la introducción de cambios en la gestión burocrática instalada y dispuesta en los últimos tiempos desde el ministerio de educación.
Se ha hablado de ciertos consensos alrededor de la necesidad de una nueva forma organizacional y de administrar. Desde la cúpula ministerial se ha planteado gestionar por objetivos, desearía entender que se trata del planteamiento de problemas y de la búsqueda de alternativas para su resolución, sustentada fundamentalmente en la equidad e inclusión, revalorizando la educación básica como el cimiento del desarrollo y bienestar de los ciudadanos.
Consensos también los hay a la hora de aceptar que la educación ecuatoriana aún tiene problemas de calidad, cobertura, eficacia, pertinencia y oportunidad. Hay que reconocer que se hacen esfuerzos para disminuir los índices de repitencia y deserción anual en educación básica y más en el bachillerato, sobre todo en el sector rural, donde el rezago educativo para mayores de 15 años se acumula cada vez más.
Autoridades y ciudadanía tenemos que entender que la educación básica es de trascendental importancia porque allí se prepara a los hombres y mujeres para el desarrollo de la ciencia y la tecnología, para la vida y para el trabajo. La educación básica es la base para concienciar a la sociedad en la búsqueda solidaria y colaborativa para el desarrollo sostenible, tomando en consideración las necesidades sociales, culturales y políticas de los ecuatorianos; pero a la vez preservando y protegiendo los recursos naturales para el beneficio de las generaciones presentes y futuras.
El magisterio ecuatoriano por medio de su mayor organización gremial, sometió a la discusión y análisis del gobierno nacional un modelo educativo denominado “educación para la emancipación”, el que solo por el egoísmo fue archivado. Este debe retomarse, en él se detallan una serie de esfuerzos y estrategias compartidas entre profesores, estudiantes y padres de familia.
Educación para la emancipación es una propuesta aún vigente, tiene la mirada puesta en el mejoramiento de la calidad de la educación para volver a la gente, y a la vez apunta devolver al profesor el prestigio perdido y recuperar el rol de la familia en el proceso de aprendizaje.
En fin, se busca reconstruir una escuela para enfrentar la dramática ruptura del tejido social, la crisis de valores, la corrupción, la inequidad y los retos futuros que impone la sociedad del conocimiento.

viernes, 23 de febrero de 2018

Combatir la corrupción o erradicar las causas.



En menos de quince días conoceremos a los integrantes del transitorio Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, cuyas funciones según la Constitución del 2008, son entre otras, la promoción de los derechos de participación ciudadana y control social, la lucha contra la corrupción y la designación de autoridades de control. Sin embargo, lo urgente es, sentar las bases para recuperar la democracia.
La mayoría de los organismos internacionales afirman que la corrupción es el mal mayor que impide a los gobiernos mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos. Estas declaraciones, no hacen más que esconder las verdaderas causas de la pobreza y retraso de los pueblos, dejando de lado o escondiéndonos que la inequidad y desigualdad en la distribución de los recursos hacen de la corrupción solo una mínima parte del injusto y desideologizado sistema neoliberal.
Por tanto, corresponde al CPCCS, promover una verdadera participación ciudadana en la administración pública, garantizar la existencia de partidos, movimientos y organizaciones para la plena participación política y promoción de los valores de los individuos y grupos sociales. En suma, corresponde ahora, luchar contra la política que imponen instituciones como el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio, Fondo Monetario Internacional y empresas sinónimas de ODEBRECH que pregonan sin descaro la democracia representativa, con la finalidad de inmiscuirse en las decisiones políticas y económicas de nuestro país, y a la par provocando la crisis y la corrupción.
Si lo urgente es, sentar las bases para recuperar la democracia, deberíamos preguntarnos cómo. Y la respuesta no es otra que, combatiendo el sistema injusto que impera y gestar una nueva sociedad basada en los principios fundamentales de solidaridad, libertad y soberanía con la participación de todos los sectores sociales y económicos.
En estos momentos, los ecuatorianos ansían erradicar viejos males que por viejos, precisamente no son propiedad del correato, pero ansiamos acabar con el abuso de poder, con el tráfico de influencias, con la designación y contratación de funcionarios y empleados públicos no calificados, necesitamos terminar con el nepotismo y amiguismo, terminar con las coimas obligatorias en la contratación pública y de otros males que aún en este gobierno persisten.
Finalmente, es necesario que los ciudadanos ecuatorianos permanezcamos vigilantes del trabajo que cumplan los miembros del transitorio Consejo de Participación Ciudadana, claro para combatir la corrupción, pero en especial, para erradicar sus causas y así construir una patria para todos.