viernes, 10 de noviembre de 2017

Mentes lúcidas y manos ardientes


La expresión señalada y un poco parafraseada de la consigna correísta, refleja la realidad de asambleístas, funcionarios públicos y de los adherentes de movimiento país, o quizá solo de los apasionados por el caudillo.
Ayer el llamado al dialogo con los diversos sectores sociales que realizó el Presidente Moreno, provocó histeria en la dirigencia verdeagüita, éstos declararon de manera pública su contrariedad llegando a separarlo de la presidencia de su movimiento. Al pasar de los días, y ante el apoyo de la oposición y de los sectores populares a la consulta popular, se produjo el fraccionamiento de los asambleístas; confirmando eso de mentes lúcidas y lo milagroso que es el poder, porque asambleístas y funcionarios públicos comenzaron su migración al lado morenista.
En estos momentos se puede afirmar, que ya casi nadie es correísta, que ya nadie defiende la década ganada. O quizá nos están tomando del pelo, entreteniéndonos con el sainete de la división, porque ahora María José Carrión respalda a quien decía era “un traidor”. Mientras Moreno pone las manos al fuego por Richard Espinoza al que los trabajadores acusan del caos en el IESS.
Lo cierto es que, el bienestar del pueblo ecuatoriano, aunque parezca risible, no depende de la obra que haga o deje de hacer el actual gobierno, acaso si de lo que pueda suceder con el posible juicio político a Jorge Glas, juicio que a su vez tampoco depende de las causales o evidencias en su contra, sino que la destitución del vicepresidente estriba más de los acuerdos políticos para contar con los votos suficientes para tal efecto, y por supuesto que dentro de esas negociaciones, estará también consensuar entre comillas al reemplazo de Glass; para ello, los sectores sociales deberían exigir a Moreno y a la Asamblea que quien sustituya a Glass debe ser una persona ajena a los correístas y de a aquellos que se dicen independientes o apolíticos; allí debe ir alguien con un claro compromiso popular que contribuya a borrar la “dictadura disfrazada de democracia”.
Finalmente, agrupaciones políticas ideológicamente opuestas, coinciden que votaran “7 veces sí” en la consulta popular, pero expresan su temor, manifestando que de ninguna manera es un cheque en blanco en favor del presidente Moreno, por lo que se debe no solamente aprovechar el apoyo que recibe de las organizaciones sociales y políticas, sino ante todo, analizar de dónde viene ese apoyo y que intereses esconde.

viernes, 3 de noviembre de 2017

División en Alianza País, oportunidad para recuperar espacios de poder


El extendido malestar en el oficialismo se evidenció el martes 31 de octubre, cuando la cúpula decidió alejar a Lenin Moreno de la presidencia de alianza país. Se trataba de un casorio impuesto por el ex presidente Correa, del que ya se sabía cuál iba a ser el final, el divorcio, la división de la fanaticada verde agüita.
Si bien la situación desatada al interior del movimiento oficialista debería concernir a su militancia, no es menos cierto que la fragmentación crea una indiscutible inestabilidad política. El asambleísta Augusto Espinosa decía no sentirse "representado por la coordinación" del movimiento, en referencia a Ricardo Patiño. Sin embargo ahora sostiene “que mediante reuniones públicas en el palacio presidencial, el Gobierno Nacional estuvo buscando la división del partido”, inclusive que se haya resucitado y encaminado al hombre del maletín hacia la asamblea nacional.
Recordemos que la testarudez del expresidente Rafael Correa lo llevó a disponer la persecución y enjuiciamiento a los dirigentes sociales y populares que no se uniformaban con su política o que se hayan atrevido a contradecirlo, peor aún si promovieron alguna protesta popular. Su obsesión llegó al extremo oficializar la división de las organizaciones civiles y populares, disponiendo la conformación paralela de gremios de trabajadores, indígenas, maestros y estudiantes, para que se encarguen, no defender los derechos y garantías sociales, sino de convertirse en centrales proselitistas de eso que se dieron por llamar revolución ciudadana.
La situación educativa, agravada hoy por los casos de acoso y violaciones sexuales en escuelas y colegios, evidencia la inoperancia de la gestión educativa. Gestión que durante el periodo anterior y también en el actual, se adorna con la propagandización de una infraestructura escolar que responde más a negociados y al pago de favores que a las necesidades de las comunidades, puesto que con las denominadas escuelas del milenio se cerraron cientos de escuelas rurales y que por la falta de transporte se dejó a miles de niños del campo sin acceso a la educación. Además se impusieron políticas educativas retrogradas que marginaron las reales aspiraciones de profesionalización y de ingreso a las universidades públicas a millares de jóvenes.
Finalmente, no vayamos a creer que la fragmentación de alianza país en la Asamblea Nacional, favorecerá al presidente Moreno y menos al pueblo ecuatoriano. Cuidado, puede ser la oportunidad para que la derecha política recupere sus espacios de poder.

viernes, 27 de octubre de 2017

Decreto 193 abre camino para recuperación de libertad de asociación


Tras una década de imposición de una política de represión, persecución y privaciones de la libertad a la dirigencia popular; las organizaciones sociales saludan la decisión del presidente Moreno de derogar los Decretos Ejecutivos 16 y 739, con los cuales se disolvió y pretendió controlar y acallar a los movimientos no afines a la revolución ciudadana, como en efecto se hizo con la Unión Nacional de Educadores (UNE) y la ONG Pachamama.
La decisión no es gratuita. Es el resultado del dialogo propuesto por el presidente Moreno y de la lucha y acción popular del pueblo ecuatoriano por concienciar al gobierno actual sobre la necesidad de “no tener ningún vestigio de un Estado burocrático y controlador", que movilizó a las fuerzas policiales y militares para intimidar permanente a las organizaciones sociales y ciudadanas. Este Estado prepotente fomentó el servilismo a través de la creación de organizaciones paralelas con una dirigencia fanática y servil, que en la práctica se convirtió en el brazo político o en las tiendas proselitistas de alianza país.
Cuando se emitió el decreto 016, varias organizaciones sociales, mostraron su preocupación e incluso presentaron un amparo constitucional contra el citado decreto que iniciaba violentando la Carta Magna, al desconocer de forma implícita el derecho a la organización de la sociedad civil y al amenazar “legalmente” a aquellas organizaciones que no se hayan registrado bajo las condiciones del correísmo.
Un viejo objetivo era eliminar a la UNE, el gremio de los maestros defensor de la educación fiscal y de las causas populares, por tanto, la piedra en el zapato de eso que llamaban revolución ciudadana, para ello, el Decreto 016 resultó ideal. Con él se dispuso la criminalización de las organizaciones populares de hecho y la judicialización civil y penal de la lucha popular. Se trató de una persecución política a quienes se resistieron a avalar un régimen autoritario que a pesar de denominarse revolucionario, encarnó una forma de dominación caudillista que el presidente Moreno se apresta a desterrar.
Sin embargo, para que todas las organizaciones sociales y no gubernamentales recuperen su derecho constitucional de libertad de asociación, hace falta se elimine la potestad del gobierno para la disolución sin ofrecer las garantías procesales ni de juzgamiento. Por eso, y a propósito del aniversario de la Revolución de Octubre y parafraseando a Lenin, los maestros y los ciudadanos sabemos que “marchamos en pequeños grupos unidos por un camino escarpado y difícil, rodeados por todas partes de enemigos,… precisamente para luchar contra ellos”.