domingo, 27 de enero de 2013

Carta a los educadores y educadoras


En el Programa de la UNIDAD PLURINACIONAL señalamos la urgencia de una revolución educativa y cultural, que no hipoteque el país a transnacionales y al coloniaje científico-tecnológicos. Requerimos una transformación que construya la sociedad intercultural, mejorando la calidad de la educación en todos los niveles sin excluir a ninguno de sus actores. Queremos una educación emancipadora y liberadora en todos los aspectos de la vida individual y colectiva del ser humano.
Ese objetivo no será posible si no se respeta los derechos de estudiantes, docentes y demás trabajadores de la educación. Ningún cambio educativo será posible si no se toma en cuenta los criterios de los educadores y educadoras, quienes merecen un trato digno y respetuoso que permita aprovechar su experiencia y comprometerlos con la construcción de esa educación que permita la emancipación nacional y humana.
Hemos expresado nuestra decisión de garantizar los derechos de expresión, organización y reclamo de todos los trabajadores, por supuesto, incluyendo al magisterio. Con el gobierno de la UNIDAD PLURINACIONAL daremos por terminados los mecanismos punitivos, la ausencia de nombramiento a miles de profesores por contrato, los impedimentos a la jubilación de miles más y el maltrato salarial a quienes asumen la responsabilidad de la educación inicial y popular. Juntos diseñaremos los nuevos programas, la nueva jornada de 8 horas pedagógicas y las modalidades de evaluación y capacitación docente a cargo del Estado, poniendo los intereses de la Patria por delante.
Hemos presentado al país una propuesta democratizadora de alfabetización digital, internet y computadoras para todos, entregando estos equipos a los estudiantes de los últimos años de bachillerato, así como para el magisterio y los y las docentes universitarios, como primer paso para hacer realidad el derecho al acceso a las nuevas tecnologías. Impulsaremos la producción de las computadoras en el país y el desarrollo tecnológico en este campo.
Nuestro gobierno cumplirá el mandato constitucional de entregar a la educación –inicial, básica y bachillerato- el 6% del PIB, a lo que se añadirá el financiamiento de la educación e investigación universitaria. Planteamos una educación superior de calidad que tenga abiertas las puertas a la juventud recuperando el libre ingreso y la autonomía. Los estudiantes tomarán la decisión sobre la carrera que desean seguir y no serán los tecnócratas del gobierno quienes directa o indirectamente la tomen. Las universidades responderán a las necesidades populares y nacionales, convirtiéndose en centros impulsores del desarrollo del país, de acuerdo también a las demandas regionales y locales.
Confiamos mucho en el magisterio para impulsar esta transformación estructural de la educación y también agradecemos su mayoritario respaldo en esta minga democrática en la que estamos empeñados para hacer realidad el Ecuador que queríamos.
Fraternalmente los llamamos a ser un motor imprescindible en la construcción del Sumak Kawsay y en las grandes tareas que nos esperan.

ALBERTO ACOSTA                                         MARCIA CAICEDO
Candidato presidencial                                  Candidata vicepresidencial

miércoles, 2 de enero de 2013

Carta a quienes intervienen para Asambleístas


En un dialogo con vecinos se comentó que “la inseguridad ciudadana y la corrupción oficial siempre han existido y existirán hágase lo que se haga, por lo que no tiene importancia votar, que la democracia es puro cuento, que vote por quien se vote, estos males que hace fuu aquejan a los ecuatorianos, seguirán igual sin importar el partido de turno en el gobierno”.
Claro que desde esa perspectiva negativa, la utilización del voto y las elecciones, como un instrumento de dominación, la situación no cambiará, “no habrá democracia mientras haya miseria y desempleo” dice Mandela y agrega, “no habrá democracia mientras persistan las asimetrías sociales”.
Sin embargo, como nos dice León Gieco ojala “que la reseca muerte no me encuentre vacío y solo sin haber hecho lo suficiente”. Ese inconformismo de creer que “las cosas seguirán igual” es un enfoque inocente y colaboracionista al sistema, que es en la práctica lo que contribuye a que la brecha entre ricos y pobres no se acorte, negándosenos la posibilidad de mejorar las condiciones de vida.
Consecuentemente, la opción más reivindicativa, es tomar posición, es vincularse de manera fraterna con el pueblo, es exigirse a sí mismo la reflexión de su compromiso con el futuro de nuestros hijos… y si sin perder nuestra propia identidad, participar activamente para elegirlos/as considerando su compromiso con la patria y con el pueblo, sus acciones en defensa de la soberanía nacional, su aporte al desarrollo, su pasado de unidad y lucha …
Señores y señoras aspirantes a Asambleístas, consciente de que hoy su mayor preocupación es cómo ganar los votos necesarios para hacerse de una curul en la Asamblea Nacional, ya que su elección no sólo depende del partido o movimiento por el que se postulan sino que además al menos alguien de ustedes debe competir con el resto de candidatos de su propia agrupación, les dejo algunos planteamientos que me parecen son imprescindibles en su agenda de campaña y posiblemente de asambleístas.
¿Desde el campo legislativo, qué medidas específicas impulsará para resolver el problema del desempleo, mal que incrementa la desigualdad social que afecta a millones de ecuatorianos?
¿Aceptaría someter a reforma las leyes cuyas ideas iniciales fueron desnaturalizadas con el veto presidencial, como la Ley Orgánica de Educación Intercultural, la Ley Orgánica de Servicio Público; entre otras?
¿Qué medidas específicas impulsará para que la educación, la salud pública y la asistencia social, que son rubros aún pendientes de un verdadero proyecto nacional, puedan contribuir a mejorar las condiciones de vida conforme lo establece la Constitución?
¿Cuáles son sus propuestas legislativas para lograr la integración al desarrollo de los grupos más vulnerables a nivel nacional y en particular para impulsar el crecimiento económico en la provincia?
¿Qué medidas legislativas propondrá para convertir a la cultura en sus diversas manifestaciones en un elemento de identidad y cohesión social de la población ecuatoriana?
¿Está de acuerdo en ampliar el poder de la revocatoria del mandato no solamente a los dignatarios de elección popular sino también hasta los funcionarios y servidores públicos que no cumplan con sus responsabilidades?
¿Qué medidas legislativas propondrá para combatir la inseguridad ciudadana, la corrupción e impunidad que son las cusas principales que laceran al desarrollo socio-económico y postergan nuestro real deseo de soberanía y emancipación?
Señores y señoras aspirantes a Asambleístas, podrán o no compartir estos planeamientos, sin embargo, estoy seguro que coincidimos, en que hay mucho por reorientar para encaminarnos al logro de la justicia social y para construir la Patria que soñaron Rumiñahui, Eugenio Espejo, Manuela Sáenz, Juan Montalvo, Eloy Alfaro…

martes, 18 de diciembre de 2012

CUANDO EL EXTRACTIVISMO TOCA LA CIUDAD


ALBERTO ACOSTA,
Candidato presidencial de la Unidad Plurinacional
Guayaquil, 16 de diciembre de 2012
 
Luego de que Petroecuador anunciara la instalación de un tramo del gasoducto Monteverde-El Chorrillo en zonas densamente pobladas de Guayaquil, moradores del sector y autoridades municipales se organizaron en un grito de protesta frente al potencial riesgo que esto implicaría.
Históricamente, la problemática extractiva ha sido considerada como un tema de indígenas y campesinos, habitantes de las lejanas selvas y cordilleras, en definitiva, un problema de los “otros”. La indolencia y ausencia de solidaridad de las ciudades ante la concesión de territorios para actividades de extracción minera y petrolera han sido cómplices silenciosos de este modelo depredador de la vida.
Hoy, cuando aproximadamente unas 300.000 personas se ven amenazadas en la ciudad de Guayaquil por la imposición del gasoducto, la discusión sobre el tema extractivo toma otros matices. Diversas autoridades del gobierno municipal se han pronunciado por la defensa de la vida, por la exigencia del cumplimiento del principio precautorio y frente a ello han definido un alto al proyecto.
En este sentido, inevitable nos llega la pregunta: ¿por qué en los territorios rurales, la soberanía de los pueblos, el respeto por la vida humana y la defensa de los ambientes saludables no tienen la misma fuerza ante los impactos de la actividad petrolera? Se trata acaso de números (son comunidades con poca densidad poblacional), o es que las vidas de indígenas y campesinos se evalúan de manera diferente.
La concejala de Alianza País, Hanne Holst, en la cesión de Consejo Cantonal, ha pedido a la ciudadanía guayaquileña: “confiar en Petroecuador”. Al parecer, se pide una especie de confianza ciega como acto de fe. Recordemos algunos antecedentes con oleoductos y poliductos.
El Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) fue construido en el año 2003, se aseguraba tecnología de punta y los mejores materiales del mercado. Sin embargo, a los seis años de su construcción se produjo un derrame de 14.000 barriles de petróleo. El derrame dejó 45 días sin agua potable a la ciudad de Orellana.
En este año, se instaló un oleoducto en la ciudad de Sushufindi. A los 7 meses de haber sido colocado, se rompió en 5 partes causando 5 derrames de petróleo en el lapso de un mes.
Sabemos que la “tecnología de punta” no es garantía de seguridad. Recordemos el mayor derrame de petróleo que se produjo el 20 de abril del 2010 en el Golde México por efecto de la explosión de la plataforma “Deepwater Horizon” de la British Petroleum o los sucesivos accidentes con gasoductos a lo largo y ancho del planeta; basta con tener presente la explosión de un gasoducto en la ciudad de Sissonville, West Virginia (EE.UU), el día 11 de diciembre de este año.
En el Ecuador, durante 40 años, hemos vivido miles de derrames petroleros que han contaminado el suelo, el agua, y el aire de los ecosistemas amazónicos, originando serias afecciones en la salud de los pobladores. Los enormes destrozos de la Chevron-Texaco nos revela de más explicaciones.
Por lo tanto, es entendible que los moradores de los barrios del norte de Guayaquil estén opuestos a la instalación del Gasoducto.
La Unidad Plurinacional se solidariza con esos grupos humanos y demanda al gobierno nacional, precautelar la vida, la salud y el bienestar de estos compañeros y compañeras amenazados por las soluciones de mercado bajo las cuales se ha definido el proyecto del gasoducto.
Sabemos que este caso, acerca, tiende puentes y solidaridades entre el campo y las ciudades. Poco a poco los territorios urbanos van tomando conciencia de que este modelo económico, contrario al Buen Vivir, debe parar.
Nos sumamos a la resistencia de los moradores de la vía a la costa y de los barrios populares del Norte de Guayaquil, quienes con valentía han exigido el cumplimiento de sus derechos. Nos llena de vitalidad su espíritu de lucha porque estamos seguros de que este será el primero de muchos otros casos en los que las CIUDADES finalmente despierten del sueño de un (imposible) desarrollo atado al extravivismo.

jueves, 13 de diciembre de 2012

A forjar la unidad


Dónde quedarán los luchadores que hasta ayer
Se confirmaron izquierdistas hablando de unidad
De justicia y de igualdad cuando se creían elegidos ¡…!
Para detractarse tendrán ustedes sus razones…
Si hoy mis letras les parecen bofetadas populares
De nada me sorprenden sus oportunistas posiciones
Sus penas desoídas ni orgullos derribados
No me vengan hoy señores con aires apolíticos
A reflexionar sin detenerse demasiado
Se está con el pueblo o se está con el opresor
Allá ustedes con sus abstractos vericuetos
Yo en cambio convoco al campesino y al obrero
Al artesano al estudiante y al maestro
Yo en cambio los convoco a forjar la unidad
Porque que sé que luchan con la patria
Que soñaron Espejo Montalvo y Alfaro…

martes, 4 de diciembre de 2012

La tarea pedagógica del docente, es acción política

La presente situación política social que vive el pueblo ecuatoriano y en especial las organizaciones populares y sindicales, impone el fortalecimiento urgente de la unidad al interno de las mismas y con los sectores populares. No se puede pasar por alto, que los actuales socialdemócratas con las mismas prácticas neoliberales del pasado, no cesarán su intento de destruir los gremios, las organizaciones sociales y la unidad popular. En este contexto, esbozaré ligeramente dos aspectos de coyuntura en el accionar político-educativo de los maestros y maestras.

Primero. La Unión Nacional de Educadores, ha sido la “piedra en el zapato” de los gobiernos de turno. El actual, no ha ocultado su intención de destruirla. Para ello, auspicia sindicatos paralelos, prohíbe aportes, fomenta la desacreditación y persecución a la dirigencia, culpa al gremio del fracaso de la política educativa, pretende desmoralizar y asustar a la militancia, hace llamados a la “despolitización del magisterio” y a la par obliga a los maestros contratados a asistir a sus concentraciones politiqueras, en fin…, se vale, de dirigentes enclenques y de maestros serviles y oportunistas con la idea de quebrar la heroica resistencia de los maestros, maestras, padres de familia y estudiantes junto a la gloriosa UNE.

Por demás está recordar, que la UNE, durante sus siete décadas de lucha, ha demostrado ser defensora de la educación pública, de los derechos y dignidad de los docentes, el propio magisterio y el pueblo le han reconocido una dirección consecuente y revolucionaria, así que cualquier nuevo intento por destruirla, será superado.

Segundo. Nadie puede negar, que los maestros y maestras, siempre serán los sujetos centrales de la acción político-pedagógica en la escuela. Es una tontería e ingenuo, querer disimular el problema aduciendo neutralidad o apoliticidad. El maestro o maestra, quiéralo o no, consciente o inconscientemente, ejerce una importante acción política. Quienes dicen que no hacen política, en realidad, practican de hecho la política de la sumisión al más fuerte. Su neutralidad, más bien su debilidad, es lo que los convierte en “peones” fáciles de los detentadores del poder político de turno.

Hace rato, Paulo Freire reitera que “el alumno ve modelada su conciencia más por lo que el profesor arbitrariamente rehúsa abordar que por lo que trata de modo directo”. Freire recalca, que la “sola actitud personal del docente conlleva positiva o negativamente una postura política”.

Los maestros y maestras saben bien, que, ante la crisis, no hay otra salida que una reflexión penetrante, radical y totalmente irrespetuosa de cuantos tabúes le aprisiona al sistema. Michel Lobrot plantea “que la sociedad del mañana lo será por la escuela o no lo será, …en la medida en que sepamos qué tipo de sociedad es la que estamos dispuestos a impulsar y en la medida en que políticamente aceptemos la responsabilidad que nos corresponde a cada uno”. Tarea que, para los maestros y maestras, es ante todo la de clarificar y acelerar el proceso político en materia educativa, lo cual implica no permitir ser utilizado como un instrumento ideológico y dejarse instrumentalizar por el sistema.

Los maestros y maestras tienen que aceptar que de su labor depende la emancipación de la sociedad, lo cual implica dejar de enseñar por enseñar, es decir, aceptar plena y conscientemente las responsabilidades que conlleva la tarea pedagógica-educativa en tanto acción política. De ningún modo ha de entenderse como una acción partidarista. La acción política, como lo señala José Martí, es “tomar posición frente a la realidad social, es no quedarse indiferente ante la justicia atropellada, la libertad conculcada, los derechos humanos violados”, es tener una causa por la cual vivir y luchar.

Los maestros y maestras que se han concienciado de la realidad social, tienen que valerse de las posibilidades que le brinda la acción pedagógica para inculcar en sus estudiantes el espíritu de lucha contra todas las formas de injusticia, de corrupción, de atropello, reconociendo en estos males, como los más grandes obstáculos para la construcción de la sociedad a la que aspiramos.

Finalmente, cabe recalcar, que la toma de conciencia de parte de los maestros y maestras, es el requisito imprescindible, para hacer de la escuela el espacio de formación de hombres y mujeres que aprenden a organizarse organizándose, que aprenden a ser libres liberándose, que aprender la unidad forjando la unidad.