En un dialogo con vecinos
se comentó que “la inseguridad ciudadana y la corrupción oficial siempre han
existido y existirán hágase lo que se haga, por lo que no tiene importancia votar,
que la democracia es puro cuento, que vote por quien se vote, estos males que hace
fuu aquejan a los ecuatorianos,
seguirán igual sin importar el partido de turno en el gobierno”.
Claro que desde esa perspectiva
negativa, la utilización del voto y las elecciones, como un instrumento de
dominación, la situación no cambiará, “no habrá democracia mientras haya
miseria y desempleo” dice Mandela y agrega, “no habrá democracia mientras
persistan las asimetrías sociales”.
Sin embargo, como nos dice
León Gieco ojala “que la reseca muerte no me encuentre vacío y solo sin haber
hecho lo suficiente”. Ese inconformismo de creer que “las cosas seguirán igual” es un enfoque inocente y colaboracionista
al sistema, que es en la práctica lo que contribuye a que la brecha entre ricos
y pobres no se acorte, negándosenos la posibilidad de mejorar las condiciones
de vida.
Consecuentemente,
la opción más reivindicativa, es tomar posición, es vincularse de manera
fraterna con el pueblo, es exigirse a sí mismo la reflexión de su compromiso
con el futuro de nuestros hijos… y si sin perder nuestra propia identidad,
participar activamente para elegirlos/as considerando su compromiso con la
patria y con el pueblo, sus acciones en defensa de la soberanía nacional, su
aporte al desarrollo, su pasado de unidad y lucha …
Señores y señoras aspirantes a Asambleístas,
consciente de que hoy su mayor preocupación es cómo ganar los votos necesarios
para hacerse de una curul en la Asamblea Nacional, ya que su elección no sólo
depende del partido o movimiento por el que se postulan sino que además al
menos alguien de ustedes debe competir con el resto de candidatos de su propia
agrupación, les dejo algunos planteamientos que me parecen son imprescindibles
en su agenda de campaña y posiblemente de asambleístas.
¿Desde el campo
legislativo, qué medidas específicas impulsará para resolver el problema del
desempleo, mal que incrementa la desigualdad social que afecta a millones de
ecuatorianos?
¿Aceptaría someter a reforma las leyes cuyas
ideas iniciales fueron desnaturalizadas con el veto presidencial, como la Ley
Orgánica de Educación Intercultural, la Ley Orgánica de Servicio Público; entre
otras?
¿Qué medidas específicas impulsará para que
la educación, la salud pública y la asistencia social, que son rubros aún
pendientes de un verdadero proyecto nacional, puedan contribuir a mejorar las
condiciones de vida conforme lo establece la Constitución?
¿Cuáles son sus propuestas legislativas para lograr
la integración al desarrollo de los grupos más vulnerables a nivel nacional y
en particular para impulsar el crecimiento económico en la provincia?
¿Qué medidas legislativas propondrá para
convertir a la cultura en sus diversas manifestaciones en un elemento de
identidad y cohesión social de la población ecuatoriana?
¿Está de acuerdo en ampliar el poder de la
revocatoria del mandato no solamente a los dignatarios de elección popular sino
también hasta los funcionarios y servidores públicos que no cumplan con sus
responsabilidades?
¿Qué medidas legislativas propondrá para
combatir la inseguridad ciudadana, la corrupción e impunidad que son las cusas
principales que laceran al desarrollo socio-económico y postergan nuestro real deseo
de soberanía y emancipación?
Señores y señoras aspirantes
a Asambleístas, podrán o no compartir estos planeamientos, sin embargo, estoy seguro
que coincidimos, en que hay mucho por reorientar para encaminarnos al logro de
la justicia social y para construir la Patria que soñaron Rumiñahui, Eugenio
Espejo, Manuela Sáenz, Juan Montalvo, Eloy Alfaro…