El Primero de Mayo es una fecha de heroísmo, que recuerda el sacrificio de los obreros de Chicago, quienes fueron asesinados por demandar una jornada laboral de ocho horas y el mejoramiento de las condiciones de trabajo.
La historia de esta fecha es conocida por todos. Sin embargo, vale recordar que a partir de este vil asesinato colectivo en 1886, se forjó la unidad de la clase obrera en su afán de enfrentar la arremetida de la burguesía criolla e internacional en todos los pueblos del mundo.
El Ecuador atraviesa una crisis integral que afecta a toda la población. No hay nuevas fuentes de trabajo; el descuido de la salud y la educación públicas ha aumentado; la mayoría de las carreteras están en mal estado. La incertidumbre por el tema de la inseguridad llegó a las aulas escolares, es creciente el aumento de la violencia, acoso sexual y suicidios de los cuales el único responsable es el ministerio de educación.
El gobierno de Guillermo Lasso, al igual que los de Lenin Moreno y Rafael Correa no pagan la deuda que mantienen con el IESS y, sin embargo, cumpliendo las recetas del FMI, perdonan deudas millonarias a los grupos económicos más poderosos. Es decir, se gobierna para la burguesía y no para todo el pueblo.
La institucionalidad pública y privada del país está tomada por el narcotráfico y grupos de delincuencia organizada. El Presidente Lasso dice que la violencia en las calles “es una guerra entre ustedes y la delincuencia”, declarándose incompetente para enfrentar este problema. En estas circunstancias, el pueblo demanda la salida de Lasso. Hay que entender que el juicio político, no significa que el pueblo tiene confianza en la Asamblea Nacional, porque también esta es responsable de la crisis que vive el país.
Por eso, el pueblo debe permanecer vigilante del proceso y de la actuación de los asambleístas en el juicio político; pero, sobre todo, del trámite de leyes que puedan significar un retroceso de los derechos y conquistas laborales y la libertad de expresión garantizados en la Constitución, que pretenden ser echados al traste con decretos que permiten la tercerización, el despido de los trabajadores e impiden la organización sindical.
Este Primero de Mayo corresponde a los trabajadores, a los educadores y al pueblo, levantar la bandera de la unidad y lucha popular en homenaje a los obreros guayaquileños masacrados el 15 de noviembre de 1922, y a los trabajadores del Ingenio Azucarero Aztra, también masacrados el 18 de octubre de 1977, ambos crímenes de lesa humanidad.
Este Primero de Mayo, los trabajadores, los educadores y el pueblo marcharemos exigiendo la salida del Presidente Lasso. Saldremos a enfrentar la división impuesta por la CIA y secundada por Rafael Correa, Lenin Moreno y Guillermo Lasso. Saldremos a manifestar nuestra solidaridad con la clase obrera y los pueblos del mundo que se levantan por mejores días.
¡Viva el Primero de Mayo, viva la lucha de la clase obrera!