sábado, 17 de diciembre de 2022

Se repiten las mismas penurias y las mismas esperanzas

“Cómo desearía que estuvieses aquí, somos solo dos almas perdidas, nadando en una pecera, año tras año, corriendo sobre el mismo viejo suelo, ¿qué hemos encontrado?, ¡los mismos viejos miedos!” 

Son versos de una de las canciones populares de la banda inglesa Pink Floyd, que ha propósito de la navidad va bien en los corazones de aquellos que andan sin zapatos, incluso para los que calzan zapatos rojos.

Con la diferencia que mientras la burguesía y unos cuantos embaucados se aprestan a vaciar sus tarjetas de crédito, en pos de la “felicidad” de sus hijos, esa felicidad basada en el consumo, el individualismo y el desprecio por el sufrimiento ajeno, al otro extremo brilla en las calles y carreteras la Navidad de los Pobres, de aquellas familias que estiran sus manos por una galleta, un caramelo o un trapo usado, por su orfandad o porque sus padres no tienen trabajo, es decir, para ellos no habrá niño Dios y mucho menos papá Noel.

La crisis amasada por el modelo productivo del capitalismo, que es la causa del conjunto de defectos sociales como la explotación de la fuerza de trabajo, el saqueo de los bienes comunes, el empobrecimiento extendido, desempleo y la concentración de la riqueza en pocas manos, lo que se agrava con la inseguridad social, mal que en varias ciudades ha llevado al cierre de negocios dejando sin ingresos a familias enteras, creciendo con ello, la miseria y las olas migratorias.

Lo cierto es que las clases populares, más allá de los “programitas paliativos del gobierno” pasarán una Navidad en medio del hambre, aún enfrentamos los rezagos de la pandemia como sinónimo de pérdida de empleos y disminución de ingresos, agravado todo esto por la constante subida de precios de los productos de primera necesidad. Así, la pobreza y la pobreza extrema aumentan, la brecha de desigualdad e inequidad perjudica más a las mujeres y a la población rural, abonando más a la desesperación de buena parte de la sociedad.

Parece paradójico, antes fue la pandemia, ahora es la violencia e inseguridad la que ha hecho que las familias se aíslen y confinen en sus hogares, sin embargo, no será fácil abrazarse nuevamente ni remembrar y recrear los viejos tiempos en familia, en definitiva no se podrá disfrutar de la fecha religiosa o pagana, pero al fin festiva, por el contrario, esto ha aumentado la violencia doméstica, las violaciones y abusos de menores, los feminicidios, etc., etc., quedando impunes la mayor parte de las veces por la indiferencia de las autoridades.

Si el gobierno, no toma las cosas en serio, todos los propósitos se desvanecerán en el aire, porque la corrupción y la fragilidad de las instituciones socioeconómicas y culturales creadas por el capitalismo, lejos de servir a la comunidad, amenazan con confirmar que la navidad tiene preferencias, y cada año se repite de la misma forma y con las mismas esperanzas.

sábado, 10 de diciembre de 2022

Ofrendas por la fundación de Loja y ofrecimientos para el pueblo

   El pasado 18 de noviembre las autoridades públicas y educacionales resaltaban la gesta popular de los patriotas lojanos que se adhirieron a la Independencia de Loja; sin embargo, a los veinte días con motivo de la “fundación” de Loja, las mismas autoridades públicas y educativas rinden homenaje a los conquistadores que desde 1492 vienen saqueando nuestros recursos naturales.

¡Qué nos pasa! El verdadero espíritu libertario, en esta ocasión debería expresarse en una convocatoria a una minga por la dignidad para terminar con los privilegios de la corrupción a unos pocos, en cambio sí, para exigir salud, educación, empleo, recolección de basura, agua potable y seguridad ciudadana, es decir, una convocatoria para forjar la unidad para construir la Patria Nueva, esa patria que nos proporcione el bienestar común y supere las grandes desigualdades.

El hecho es que, el 8 de diciembre, Loja celebró 474 años de “fundación”, –aunque prefiero decir, asentamiento y conquista española–, fecha en que tradicionalmente el Municipio realiza el ritual de colocar ofrendas en el monumento al conquistador Alonso de Mercadillo, y ofrecimientos al pueblo, seguido de una serie de actos coloridos y folclóricos de entretenimiento a los ciudadanos, donde el auténtico civismo desaparece poniéndose énfasis al origen español de la ciudad y en el despilfarro de dinero.

Con motivo de las elecciones seccionales, a uno y otro candidato, se escucha decir, que, en la ciudad de Loja, hay miles de familias que no tienen acceso a agua potable, alcantarillado, electricidad, salud, educación y trabajo, lo que aumenta las condiciones de la pobreza y vulnerabilidad agravadas durante y después de la pandemia. De allí, que en estas fechas las autoridades locales, a más de promocionar los “jueguitos de luces y las princesitas de navidad”, deben valorar las dimensiones económica y social puesto que tienen directa relación con el mejoramiento de las condiciones de vida de los sectores poblacionales marginados.

Al igual que el gobierno de Lasso que pretende dividir a los ecuatorianos diciendo que quienes están por el NO a la consulta son los malos, los delincuentes, los narcotraficantes; mientras los que dicen SI son los buenos, de esa misma manera, el cabildo lojano en estas fechas reaparece con el discurso chusco ahora acompañado del proselitismo electoral haciendo ofrecimientos para atenuar las críticas a todo el descuido administrativo dividiendo a la gente y a la ciudad entre lo bello y festivo, entre la mediocridad y la crítica.

Reflexionemos: la conquista y la fundación de nuestras ciudades incluida Loja, representa el lado sanguinario de la historia, fueron procesos de humillación, sometimiento, destrucción cultural y muerte de miles de pobladores originarios. Quizá sea rescatable el hecho, del nacimiento arquitectónico de las ciudades con el trazado de calles, iglesias, conventos y edificaciones coloniales, lo que debemos aprovechar para la promoción turística hacia el resto del país y el mundo, pero, ante todo, para levantar las banderas de una nueva ciudad, digna y equitativa.

sábado, 3 de diciembre de 2022

Tomar las riendas del futuro, un fin trascendental

Gobernar para poner fin a la pobreza, a las injusticias y combatir la corrupción, ha sido y seguirá siendo una consigna del populismo oportunista y la derecha burguesa, sin embargo, una vez en el poder hacen todo lo contrario, gobiernan y legislan para favorecer a los grupos empresariales y a la banca chulquera, actúan con demagogia, ofreciendo a los ciudadanos solucionar todos los problemas habidos y por haber, es esa una de las razones para que la gente finque sus esperanzas en estos partidos políticos que invierten grandes sumas para engañar y llegar al poder.

El régimen debe mostrarse justo y enérgico o no tendremos país y por consiguiente ni libertad ni independencia nacional, todos los gobiernos que han pasado, no han administrado para solucionar los problemas porque se han dedicado al enriquecimiento ilícito.  Encuestadoras de la propia burguesía indican que la poca confianza al gobierno de Lasso se expresa en el rechazo a su política, cuyos ejes centrales son la demagogia, la inseguridad y la impunidad. Los grandes males como el desempleo, descuido a la educación fiscal, a la salud, a la vivienda entre otros, “no solo que no han sido resueltos, sino que se han agravado”

Los últimos gobiernos se han dedicado a hacer negocios con empresas nacionales y extranjeras que dañan los intereses de la patria, y los dañan porque ceden nuestras riquezas y patrimonios en provecho propio.  Practican la corrupción y no hay una penalidad acerca de ella, es por eso que quedan impunes. No existe una verdadera independencia entre los poderes del estado, y casi paradójicamente “uno a uno se cubren para no ser sancionados”.

Mientras no se castigue a los malos gobernantes y a sus corruptos colaboradores como se debe, los buenos y verdaderos ecuatorianos serán siempre víctimas de sus maquinaciones que a diario los sumen más en la miseria. Los buenos ciudadanos siempre estaremos siendo pisoteados y minimizados por el neoliberalismo avasallante que usa el poder y las leyes para sí mismo. Los gobernantes que nos dirigen han traicionado su papel como funcionarios de un estado libre y soberano ya que no gobiernan con justicia, sino que por sus intereses traicionan la función para la que fueron elegidos haciendo un mal social. No contamos con una justicia ni fuerte ni independiente, ni contamos con otro poder que permita castigar las traiciones ejercidas contra el ciudadano y contra la nación.

Entre nuestros pobladores del campo y la ciudad hace falta organización y unidad, eso es posible porque tenemos las mismas preocupaciones, quizá con idiosincrasias distintas, pero los mismos males. Quizá también de distintas culturas, sentimientos y pensamientos, pero con un solo objetivo, solucionar los graves problemas sociales, económicos y políticos que afectan al país, convertir la postración en esperanza; pero para ello, los trabajadores y el pueblo deben forjar la Unidad Popular y tomar las “riendas del futuro” como un fin trascendental para construir la “Patria Nueva”.

sábado, 26 de noviembre de 2022

Liderar la vanguardia en defensa de los derechos sociales

La evolución de la pobreza en el Ecuador en los últimos gobiernos y especialmente en el actual, demuestra que la erosión del sistema capitalista continúa sin cesar, pero no para dar paso al establecimiento de políticas públicas para una mejor distribución de la riqueza nacional y mejorar las condiciones de vida o para superar la inseguridad social y ciudadana; sino más bien para fomentar la corrupción e impunidad.

La masa campesina, indígena y popular afincada en el campo que antes migraba a las ciudades se proletarizaba a cambio de salarios miserables, hoy por la carencia de fuentes de trabajo se hunde en la indigencia en condiciones cada vez más infrahumanas, mientras los beneficiarios de los ingresos provenientes del petróleo y la minería, los funcionarios públicos entre la media noche y la madrugada se vuelven millonarios cobrando cuantiosas sumas por la entrega de contratos chuecos a las transnacionales, estos nuevos millonarios gracias a la corrupción y al patrocinio de la justicia se convierten en banqueros canibalescos, empresarios “prósperos”, mercaderes o tecnócratas que controlan las funciones públicas del Estado.

Es por estas razones, que tiene vigencia la organización, unidad y lucha de clases por la emancipación popular, ahora mismo tan necesaria para comprender y combatir las medidas políticas y económicas que aplica la derecha obediente a los organismos chulqueros internacionales que bajo engaños dicen revertir la crisis capitalista y generar nuevas fuentes de trabajo, estas recetas que los gobiernos de turno incluido el del encuentro, han resultado ser ofrecimientos sinónimos de farsa y demagogia. En estas circunstancias y a puertas de un proceso electoral seccional, es urgente proponer un cambio desde una perspectiva más real que remueva los cimientos del sistema explotador y opresor e introducir modificaciones en todos los órdenes, incluyendo una verdadera participación en la elección y dirección de los organismos de elección popular, y así lograr una vida digna para todos.

 Sin embargo, muchas de las veces, la organización, unidad y lucha se ha visto truncada por el oportunismo y sectarismo de ciertos personajes que, incluso habiendo pertenecido a los partidos de izquierda, traicionan por sus intereses personales aliándose con la derecha reaccionaria. Lo único que han conseguido es dividir a las masas, a las organizaciones sociales, de trabajadores y a los partidos políticos de izquierda con cierta posibilidad de liderar la vanguardia en la defensa de derechos sociales y humanos y en el combate a la oligarquía enquistada en el poder. Esos sectarismos y oportunismos han jugado un papel negativo para que la postergación de nuestra provincia y país siga siendo la misma, aunque hayan cambiado las apariencias.

Lo cierto es que, no podemos quedarnos en la efervescencia social, hay que forjar la organización, unidad y lucha de todos los sectores populares y sociales para concretar una alianza orgánica que presente alternativas al neoliberalismo, a la acumulación de capital en manos de unos pocos y en perjuicio de las mayorías.

viernes, 18 de noviembre de 2022

Las ideas libertarias del proceso independentista

     El viernes 18 de noviembre, vinieron burócratas de allá y junto a los de acá, al conmemorar los 202 años de independencia, resaltaron la fecha histórica y el coraje de Ramón Pinto, José María Peña, Manuel Zambrano, José Picoita, Nicolás García, entre otros hombres y mujeres progresistas y anónimos para la historia oficial, que salieron a las calles a respaldar las gestas libertarias de Guayaquil y Cuenca, con la esperanza de construir una patria nueva.

Al parecer el no arribo del Presidente Lasso, se debió a la apretada agenda, desde luego la fecha patriótica ni el Festival Internacional de las Artes Vivas al cual le ha disminuido el presupuesto tienen más importancia que sus zapatos rojos. No vino porque ahora no hay obras que inaugurar en Loja, ni siquiera las hay inconclusas. Los adlateres mencionaron una serie de ofrecimientos y un etcétera, etcétera de esperanzas. Empero, como cada año en esta fecha, los discursos se llenaron de pasión, sosteniendo la gestión o más bien, la consigna del “gobierno del encuentro” y protegiendo los intereses de los de siempre; mientras el pueblo, el verdadero pueblo, esta vez, a más de seguir luchando porque sus derechos no sean conculcados, clama por trabajo, por seguridad social y ciudadana.

Hay quienes hablan de la segunda independencia o de la independencia definitiva; sin embargo, el pueblo de a pie se sigue preguntando, cuál independencia, independencia de qué. Si desde la época republicana, para los sectores populares de la ciudad y el campo, los sueños de libertad, democracia y del ansiado buen vivir, siguen postergados.

Quizá lo más importante del proceso independentista, sean las ideas libertarias de Eugenio Espejo, Manuela Cañizares y de los patriotas del 10 de Agosto de 1809 masacrados al año siguiente, ideales que motivaron a todos los pueblos del Reino de Quito a luchar por su libertad. Cabe destacar, que el propio Mariscal Antonio José de Sucre, luego de la Batalla de Pichincha, agradeció al pueblo lojano, su aporte a la causa libertaria.

En esta gala novembrina, las autoridades locales, antes que preocuparse por las tradicionales caricaturas protocolarias, como el ofrecimiento del almuerzo con postre y vino imperial, debieron aprovechar el momento artístico cultural para mostrar actos concretos que nos permitan salir del atraso social, y exigir del Presidente Lasso los aportes económicos y políticos, que desde 1820 con la distancia histórica, aún a diario padecen las grandes mayorías.

No fue momento de escuchar a las autoridades nacionales y menos a las locales, ofrecernos oratorias al puro estilo escolar, mientras el pueblo sigue lamentándose “por sus cruentos martirios y de sus dolientes horas”. Tampoco es el momento de enmendar la Constitución para que la oligarquía y los grandes grupos económicos puedan asegurar sus capitales. Es preciso convocar una vez más, al espíritu libertario de los ecuatorianos, para exigir las políticas públicas que el país necesita para lograr las transformaciones profundas que concedan a todos los ecuatorianos mejores condiciones de vida.