sábado, 6 de noviembre de 2021

Los jubilados no piden limosna, exigen sus derechos

Hablar de las personas ancianas en el Ecuador, en muchos casos “es hablar de personas enfermas, sin parientes, pobres, hambrientas; para ellos un plato de sopa vale mucho más que las ofertas de campaña…” decía Monseñor Proaño. No es mi intención discutir a quién le corresponde ofrecer ese plato de sopa, lo que hay que averiguar es, porque muchas personas ancianas carecen de ese plato de sopa. Hay que conseguir que esa ayuda no sea solamente el impulso de personas caritativas. La caridad espontánea puede dar de comer a un grupo por un tiempo, pero no podrá alimentar a millones de pobres que viven con menos de uno o dos dólares diarios.

Desde Carondelet no se compadecen y gastan mucha saliva y sarcasmo para cubrir de lodo al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social. Nos presentan el derecho a la seguridad social como una obra de beneficencia propia del sistema capitalista. No podemos callar que una obligación tan noble que le corresponde al Estado, sea desdeñada por una burocracia inhumana. No se puede seguir confiando la administración del IESS a personas corruptas e insensibles. Por desgracia en nuestro país, los problemas económicos se convirtieron en problemas morales y estos en económicos, por lo que, al hablar de seguridad social para los no afiliados,  resulta que primero se piensa en la carga que representa para el fisco y no en la vida misma de esas personas.

Por otro lado, los jubilados en el Ecuador son una de las clases más vulnerables y marginadas de la sociedad, para nadie es desconocido, que las pensiones jubilares, desde hace algunos años, permanecen congeladas y, cuando se incrementan, el aumento es una burla para quienes en diferentes ámbitos entregaron gran parte de su vida al servicio de la patria. Burla que se completa, por la ineficacia en la dotación de medicinas, servicios y profesionales en diversas especialidades en los centros y hospitales del IESS.

En el caso de los jubilados del magisterio, la Coordinadora Nacional de Maestros Jubilados del Ecuador Alfonso Yánez Montero, no ha cesado un instante en su exigencia a fin de que se pague el incentivo jubilar. Huelgas de hambre, desangres, plantones, marchas, no han sido suficientes, el gobierno actual al igual que el anterior, bajo el argumento de que el país no tiene dinero, no asume el compromiso de cancelar este derecho. El descuerdo y la decisión de adoptar medidas de lucha más altas en demanda del incremento del presupuesto nacional para el pago del incentivo jubilar, lleva a los maestros jubilados a nuevos plantones en todo el país, el próximo miércoles 10 de noviembre a partir de las 10h00

Todos los gobiernos de turno han alimentado las esperanzas del pueblo con eslóganes, “La Patria ya es de Todos”; “El Gobierno de Todos”; ahora “El Ecuador del encuentro”. El pueblo, del que forman parte los jubilados no tienen un eslogan, ellos tienen una bandera de lucha, ellos no piden limosna, ellos exigen sus derechos, ellos saben que, “solo el pueblo salva al pueblo”.

domingo, 31 de octubre de 2021

Alza de combustibles afecta más a los sectores populares

Al igual que en la época colonial, a los líderes indígenas que enfrentaron el aniquilamiento de sus pueblos; hoy, los luchadores populares que no aceptan se siga vendiendo la patria, son tachados de vándalos y terroristas. Ellos, parafraseando los afanes de Benjamín Carrión, también anhelan una patria llena de valor y altivez, fortalecida por la unidad y lucha para combatir no solamente la tristeza de nuestro pueblo, sino ante todo, la pobreza y la injusticia social productos de la corrupción y la evasión de impuestos.

En estos tiempos el robo al erario nacional es a plena luz del día, en medio del paro nacional, el Presidente Lasso, junto a la precarización del trabajo, dispone la privatización de las empresas eléctricas y decreta el alza de los precios de los combustibles. Consecuencia de esto, subirán los precios de los pasajes del transporte público (del pasaje urbano, ya se anunciado un pacto con los caciques del trasporte para imponer un valor inicial de 45 centavos y en diciembre de 50 centavos), subirán además los precios de los productos de la canasta familiar.

Lejos de buscar soluciones al conflicto social, el Presidente Lasso Pandora, perdón Lasso Mendoza, primero evade la fiscalización a sus inversiones en los paraísos fiscales, luego se va de vacaciones, el mensaje es claro, a él no le interesan los justos reclamos sociales de un pueblo que lucha por una vida digna. Lasso dice que “la paralización representa pérdidas a los pequeños negocios”, y tiene razón, a los grandes empresaurios no les afecta porque tienen amasadas fortunas acosta del trabajo y sufrimiento de los sectores populares, lo que no dice, es que la paralización la causa las políticas equivocadas de su gobierno.

Carlos Jijón vocero presidencial, expresa que se ha invitado a Leónidas Iza por la CONAIE y al Parlamento de los Pueblos a dialogar, pero después de las vacaciones del presidente. El problema del dialogo en Carondelet, es la falta de voluntad política precisamente para dialogar, eso se explica con la prioridad de salir del país, con seguridad a rendir cuentas sobre la entrega de los recursos naturales, las privatizaciones y el avance de las recetas neoliberales que impone el FMI y el BM.

El paro del pasado 26 de octubre, fue exitoso a nivel nacional, lamentablemente la represión costó medio centenar de detenidos y otro tanto de heridos. Esta movilización constituye la antesala de una mayor oposición al paquetazo del gobierno que con su grosera medida antipopular de congelamiento de los combustibles afecta a más de diez millones de ecuatorianos de a pie, que condenamos y rechazamos el estado de excepción que reprime al pueblo.

Finalmente dos pos datas:

Primero. El Presidente Lasso, manifiesta que “con el radar en Montecristi se terminó con la historia de entregarle a los narcotraficantes el territorio nacional.” El pueblo se pregunta servirá ese radar para controlar a los evasores de impuestos?;

Segundo. Mientras participaba de la marcha en la ciudad de Quito, alguien dijo: “ustedes no me representan”, le dije, tienes razón, “no eres ni chicha ni limonada”.

sábado, 23 de octubre de 2021

De los paraísos fiscales al infierno de la pobreza y la violencia

 
Mi profesor de filosofía decía que “el único paraíso… es el paraíso perdido”. Sí y no. Para la burguesía, para los banqueros y grandes empresarios existen los paraísos fiscales, hoy referidos por los Pandora Papers” del cual el presidente Lasso se jacta haber saneado en el 2017 sus inversiones. Lo que no aclara, es si pagó los impuestos correspondientes. Ahora se ha negado a ser fiscalizado por la Asamblea Nacional. Mientras que, para las masas de trabajadores y de los sectores populares, no existe el paraíso que en campaña se les dijo estaba a la vuelta de la esquina. Por el contrario, el gobierno condena a la mayoría a vivir en el “infierno”, en medio de la pobreza y la violencia, que son “el pan nuestro de cada día”.

No sólo en Guayaquil y Quito sino en todas las ciudades del país, la ciudadanía observa que la delincuencia y la criminalidad han rebasado a las fuerzas del orden. La sensación de inseguridad social se ha apoderado de los habitantes. Giramos la cabeza constantemente para comprobar si hay alguien detrás ya sea que nos movilicemos a pie o en vehículo. Vivimos en alerta y temor permanente. La demagogia, los conflictos de poder y el narcotráfico, parecen ser políticas de estado para mantenernos preocupados de nuestra propia seguridad personal y alejados de la lucha popular mientras desde la esfera pública se rifan la Patria.

Presionado por el pueblo y ante los crecientes niveles de criminalidad, el presidente Lasso decretó por 60 días “estado de excepción” en todo el territorio nacional. Durante este tiempo las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional se encargarán del “control de armas, inspecciones, patrullajes requisiciones de droga”, entre otras acciones. La pregunta es: ¿Y después qué? Acaso la violencia solamente es de “gente de mal corazón” que por deporte se dedica al hampa! No Señor Presidente, el problema es estructural, es un problema político, que en términos de salud, estaríamos frente a un cuadro de inseguridad social “epidémica”. El tratamiento de este mal, tiene que tener por objetivo, el mejoramiento de las condiciones de vida de los ecuatorianos.

En definitiva, los trabajadores junto a los sectores populares, el próximo 26 de octubre, por el bienestar de su familia y de la sociedad, saldrán a forjar la unidad y exigir el cumplimiento de las ofertas de campaña, el combate a la corrupción, el congelamiento de los precios de los combustibles, la creación de fuentes de trabajo, la elaboración de un nuevo código orgánico laboral; así evitaremos que dos de cada diez jóvenes estén fuera del sistema educativo y del mercado de trabajo convirtiéndose en presa fácil de las redes de la delincuencia.

No se trata solamente de que el pueblo “arrime el hombro”. Desde Carondelet y la Asamblea debe acordarse un cambio en la estructura política, económica y social que seguramente no nos conducirá al paraíso, pero al menos nos alejará del infierno de la pobreza y la violencia.