Al igual que en la época colonial, a los líderes indígenas que enfrentaron el aniquilamiento de sus pueblos; hoy, los luchadores populares que no aceptan se siga vendiendo la patria, son tachados de vándalos y terroristas. Ellos, parafraseando los afanes de Benjamín Carrión, también anhelan una patria llena de valor y altivez, fortalecida por la unidad y lucha para combatir no solamente la tristeza de nuestro pueblo, sino ante todo, la pobreza y la injusticia social productos de la corrupción y la evasión de impuestos.
En estos tiempos el robo al erario nacional es a plena luz del día, en medio del paro nacional, el Presidente Lasso, junto a la precarización del trabajo, dispone la privatización de las empresas eléctricas y decreta el alza de los precios de los combustibles. Consecuencia de esto, subirán los precios de los pasajes del transporte público (del pasaje urbano, ya se anunciado un pacto con los caciques del trasporte para imponer un valor inicial de 45 centavos y en diciembre de 50 centavos), subirán además los precios de los productos de la canasta familiar.
Lejos de buscar soluciones al conflicto social, el Presidente Lasso Pandora, perdón Lasso Mendoza, primero evade la fiscalización a sus inversiones en los paraísos fiscales, luego se va de vacaciones, el mensaje es claro, a él no le interesan los justos reclamos sociales de un pueblo que lucha por una vida digna. Lasso dice que “la paralización representa pérdidas a los pequeños negocios”, y tiene razón, a los grandes empresaurios no les afecta porque tienen amasadas fortunas acosta del trabajo y sufrimiento de los sectores populares, lo que no dice, es que la paralización la causa las políticas equivocadas de su gobierno.
Carlos Jijón vocero presidencial, expresa que se ha invitado a Leónidas Iza por la CONAIE y al Parlamento de los Pueblos a dialogar, pero después de las vacaciones del presidente. El problema del dialogo en Carondelet, es la falta de voluntad política precisamente para dialogar, eso se explica con la prioridad de salir del país, con seguridad a rendir cuentas sobre la entrega de los recursos naturales, las privatizaciones y el avance de las recetas neoliberales que impone el FMI y el BM.
El paro del pasado 26 de octubre, fue exitoso a nivel nacional, lamentablemente la represión costó medio centenar de detenidos y otro tanto de heridos. Esta movilización constituye la antesala de una mayor oposición al paquetazo del gobierno que con su grosera medida antipopular de congelamiento de los combustibles afecta a más de diez millones de ecuatorianos de a pie, que condenamos y rechazamos el estado de excepción que reprime al pueblo.
Finalmente dos pos datas:
Primero. El Presidente Lasso, manifiesta que “con el radar en Montecristi se terminó con la historia de entregarle a los narcotraficantes el territorio nacional.” El pueblo se pregunta servirá ese radar para controlar a los evasores de impuestos?;
Segundo. Mientras participaba de la marcha en la ciudad de Quito, alguien dijo: “ustedes no me representan”, le dije, tienes razón, “no eres ni chicha ni limonada”.