viernes, 26 de marzo de 2021

Debatir con la conciencia, para tomar partido

Que el debate dejó un sabor agri dulce, sí. Que la moderadora haya cumplido el papel de lectora de preguntas no tiene nada de decisorio, eso fue el propósito del Consejo Nacional Electoral, a sus vocales no les interesaba, por ejemplo, se analice el tema de la corrupción en su propio organismo. Además, los debatientes, ambos fueron resultado de un fraude demostrado, aunque no aceptado por la función electoral, fraude que dejó fuera al candidato de Pachakutik, Dr. Yaku Pérez, potencial ganador en segunda vuelta.

Que uno u otro se atribuyan un triunfo en el debate pasado es un error. Para los parciales del banquero Guillermo Lasso de la alianza CREO-Social Cristiano, él fue más contundente al afirmar que Arauz es hijo putativo del ex presidente Rafael Correa y que fue parte del gobierno de Lenin Moreno, ambos cómplices de la galopante corrupción de los últimos tiempos. Mientras que, para los seguidores de Andrés Arauz de Unión por la Esperanza, éste resultó ganador, porque le imputó de haber cogobernado con Moreno, a quien por añadidura acusó de haber traicionado el proyecto político de la revolución ciudadana. Lo cierto es que, los ciudadanos no decidieron nada, porque las propuestas quedaron en promesas. Ni uno ni otro contestó, no sé si por falta de tiempo o por estrategia al no tener conocimiento cómo poner en marcha su proyecto.

En definitiva, fue un debate con poco o nada de legitimidad. Estuvo marcado más bien por el ataque que por las ideas, no tuvieron la capacidad para decirle a los ecuatorianos cómo y con quien van a gobernar y cogobernar. Se topó por “encimita” el tema de la deuda externa, nada se dijo de la reactivación productiva, o de la lucha contra la corrupción y cómo se recuperarían los dineros robados. En fin, una serie de temas fueron ignorados o tratados con frialdad, como el tema de la educación, la salud, la pandemia la eliminación de la pobreza. El debate, por el contrario, genero nuevos debates, uno se dio acto seguido en un canal de televisión, donde un periodista “experto” en defender las visiones de derecha, en vivo casi lincha a un académico español por el hecho de defender la postura de Arauz.

Si luego del debate entre los políticos que el CNE decidió vayan a segunda vuelta, y si luego de palpar la corrupción del sistema de gobierno no tomamos partido, entonces, cabe preguntarse, somos realmente ciudadanos, o somos indiferentes incluso a la fatalidad. La vida en si misma es tomar partido, quien aspira vivir con dignidad, no puede seguir siendo indiferente, porque la indiferencia al igual que la corrupción deja de lado los programas sociales que benefician al pueblo y arruina los mejores planes porque no se ejecutan.

El 11 de abril tenemos que debatir con la conciencia y tomar partido ante las tres opciones, caso contrario la historia nos pedirá cuentas y la vida será una condena.

viernes, 19 de marzo de 2021

Ante todo, la salud y la vida

"Vivimos en tiempos oscuros, donde las peores personas han perdido el miedo y las mejores han perdido la esperanza", he citado frases de la obra “Condición humana” de Johanna Arendt, filósofa y política​ alemana, porque me parecen vigentes precisamente ahora, en que la ansiedad por la vacuna contra el covid-19 invade a la población ecuatoriana y al mundo entero.

Se confirma que inevitablemente es necesario repasar la historia de los pueblos para no volver a repetirla, para aprender de los errores del pasado y comprender mejor el mundo que nos rodea. La pandemia que enfrentamos nos sorprende con conocer poco o nada sobre ella, lo que no permite que razonemos más allá de las consecuencias sanitarías, pues es igual de importante reflexionar sobre los trastornos sociales que golpean particularmente a los sectores populares. Obviamente es aún más grave que el gobierno no tome las medidas más adecuadas y oportunas para encarar la emergencia de salud y economía, que a veces parecen opuestas al sentido común de los ciudadanos.

La pandemia ha evidenciado su mayor impacto en el día a día, en las relaciones sociales y en el derecho a las libertades ciudadanas, primero, porque el gobierno dispuso un confinamiento que luego fue roto para salvar los capitales de la burguesía; luego dejó en la indefensión laboral a miles de ciudadanos. Hoy la salud, que se supone un derecho constitucional, se ha convertido en un peligroso instrumento de poder en manos del gobierno, que, en complicidad con la banca criolla e internacional, ha coartado también los derechos electorales a un amplio sector de los ecuatorianos al legitimar un fraude orquestado por el Consejo Nacional Electoral.

Por otro lado, el proceso de vacunación, indispensable para detener la pandemia, se ha visto rodeado de maniobras discriminatorias, a lo que se añade la incertidumbre sobre el alcance de su cobertura y el tiempo de espera para administrarla a toda la población, incluso se ha violentado como siempre, el propio cronograma elaborado por el Ministerio de Salud. Se llegó a la desfachatez de privatizar la vacunación autorizando al Rotary Club de Guayaquil, que aprovechando de sus influencias puso en práctica su lema de “dar de sí antes de pensar en sí” para vacunar a sus familiares.

 Los ecuatorianos somos rehenes del sistema y de la banda de fanáticos neoliberales que con su odio a los demás ejercen el poder sin una pisca de humanidad. El pueblo de a pie pide a gritos que se tomen las mejores medidas para que la vacunación y las acciones básicas de protección y prevención sean responsabilidad exclusiva del ministerio de salud.

Duele que en el país crezcan las víctimas por Covid-19, duele más que el gobierno nacional despilfarre los recursos dejando al COE manejar la pandemia poniendo por delante mezquinos intereses de banqueros y grandes empresarios, en lugar de garantizar la salud y la vida de nuestra población, especialmente de aquellos que no gozan de la seguridad social.

sábado, 13 de marzo de 2021

Reformas a la LOEI, oportunidad para el ordenamiento del sistema educativo

 
Paulo Freire en la obra Pedagogía del Oprimido, critica el sistema tradicional de la educación, advirtió que su lectura provocará reacciones “sectarias e intolerantes” en algunos lectores, por lo que es preciso evitar ese sectarismo ya que “es un obstáculo para la emancipación de los hombres”, en definitiva, para la emancipación de los pueblos.

Freire resume la concepción problematizadora y la superación de las contradicciones en torno a la educación expresando que: nadie educa a nadie –nadie se educa a sí mismo–, los hombres se educan entre sí con la mediación del mundo”. Es decir, se esforzó en la búsqueda de las raíces de los problemas que la humanidad enfrentaba hace medio siglo debido a la deshumanización de la clase política gobernante convertida en opresores de los sectores populares.

He citado a Freire, por la vigencia de sus escritos, en estos momentos en que la Asamblea Nacional, con la negativa de los legisladores de la bancada correísta aprobó el proyecto de reformas a la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI) que, demanda los derechos de estudiantes y docentes, entre otros aspectos, plantea la eliminación del examen de ingreso a la universidad “Ser bachiller” y el Bachillerato General Unificado que sería remplazado por los bachilleratos en Ciencias, Técnico, Productivo y el bachillerato en Artes, Cultura y Patrimonio.

Se implementan medidas para evitar hechos de acoso y de violencia escolar y sexual en las escuelas. Se incorpora la educación semipresencial, con el continuo acompañamiento docente para el apoyo del trabajo estudiantil autónomo y creativo. Se determina internet gratuito para las clases telemáticas. Se consolida la interculturalidad y los saberes de pueblos, comunidades y nacionalidades, al igual que la etnoeducación. Se afianzan los derechos laborales de los maestros con la reivindicación del escalafón docente del sector público con 10 categorías, iniciando con una remuneración base de $1.000 mensuales. Incluye también, que los docentes, una vez culminada su formación académica hagan dos de trabajo docente rural.

La difícil situación por la que atraviesa la educación ecuatoriana, no se debe solamente a la pandemia del Covid-19, es consecuencia del ordenamiento caduco del sistema educativo, de la ausencia de políticas de Estado, lo que ha perennizado el sometimiento del gobierno a los organismos financieros internacionales. Ahora está en manos del ejecutivo pronunciarse a favor o en contra del proyecto aprobado por la Asamblea Nacional. Para evitar se siga con la vieja táctica de “vetar para vencer”, la UNE junto al magisterio exige del presidente Lenin Moreno la aprobación total de las reformas a fin de garantizar a la niñez y adolescencia una verdadera educación de calidad, calidez e incluyente.

Finalmente, el ministerio de educación insiste en la necesidad de reabrir a las escuelas, los maestros no se oponen a ello. El tema no debe ser si se abre o no la escuela, el tema debe centrarse en garantizar las medidas biosanitarias de las instalaciones para el regreso de los estudiantes.