viernes, 19 de junio de 2015

Organización y diálogo popular



“Marchamos en pequeño grupo unido por un camino escarpado y difícil rodeados por todas partes de enemigos,… precisamente para luchar contra ellos”. Lenin
Las marchas y las otras marchas que se suceden aquí y allá, tienen a protagonistas políticos partidistas que dicen captar el favor y a otros captar el descontento popular, pero ambos tras el control de Carondelet.
Este hecho, las marchas, han puesto de manifiesto la pérdida del miedo ciudadano y la importancia de un nuevo tipo de organización y unidad popular, pero sobre todo de reconocer la urgencia de elevar el compromiso y conciencia social a través de la educación política.
Hace poco insistía en la vigencia de la lucha de clases y sus causas, por tanto en la necesidad de distinguir los propósitos y exigencias de las clases populares de los de la burguesía, para así, y sólo así, marchar por las reivindicaciones y derechos conculcados, caso contrario, favoreceríamos intereses ajenos y quizá contrarios.
Los acontecimientos políticos en buena parte de Europa, reafirman la sentencia marxista, de que las revoluciones sociales no las hacen los caudillos, que las hacen las masas populares con su amplia y organizada participación.
He allí la urgencia de que los trabajadores y los sectores populares se eduquen, que eleven su nivel de conciencia y de solidaridad social para cambiar las estructuras neoliberales que aún persisten en el Estado ecuatoriano. La organización social en torno a los procesos de cambio, -más aún si se pretenden transformaciones revolucionarios- deben estar marcados por el ejercicio de diversos momentos de participación crítica de la ciudadanía que le permita la reflexión y comprensión con objetividad y conciencia de las opciones y puntos de vista de unos y otros.
El anuncio de retirar el proyecto de Ley de Herencias y Plusvalía, entendido como un llamamiento al dialogo consensuador y no pacificador por la visita papal, sería una actitud politiquera sino no abre los escenarios para le restitución de derechos que han sido vulnerados.
Mientras el oficialismo, siga cualificando de hermanos gemelos a la oposición, a unos como refundadores del neoliberalismo y a otros como de izquierda boba e infantil, no habrá un dialogo político creador y examinador, que nos comprometa cada vez más en el esfuerzo de transformación y emancipación nacional, porque la actitud fanática y sectaria de ciertos dirigentes de país, que no quieren comprender la realidad política actual, los hace creer propietarios del poder.

Me pronuncio…



Por los que tienen dignidad y esperanzas
Por los que jamás negocian sus ideales
Por los que creen en los hombres y no en los caudillos
Por  los que creen en la organización y en la unidad
Por los que distinguen el carácter de su lucha
Por los que elevan su compromiso de solidaridad
Por los que asumen la realidad con conciencia social
Por los que combaten la miseria y las injusticias
Por los que siguen soñando en la patria del Buen Vivir
Por los que “marchan por caminos escarpados y difíciles”
Por los que luchan reclamando libertad y democracia
Por los que luchan contra la ignominia neoliberal
Me pronuncio por los que tienen una causa y luchan por ella.

viernes, 12 de junio de 2015

Una democracia a favor de nuestro pueblo y no en contra de él



Hay quienes creen que la realidad ecuatoriana en los últimos ocho años ha cambiado. Otros consideran que ésta sigue conforme quedó estructurada en la última dictadura, en la que se instauraron las bases materiales del actual poder político y especulativo financiero impuesto por los sectores políticos que tradicionalmente se han rifado la patria.
Lo cierto es que, con la judicialización de la protesta popular, confundida entre los “forajidos” y los “indignados”, la derecha actual es parte de las últimas marchas en que coincidencialmente unos y otros dicen defender las libertades, la democracia y un ordenamiento jurídico y económico que permita mejorar las condiciones de vida de los ecuatorianos.
La actual composición política de la Asamblea Nacional, comienza a mostrar su desgaste. El oficialismo casi sometido al pensamiento de Carondelet y la confusa oposición, emplean el mismo discurso con alocuciones de soberanía y patriotismo al defender u oponerse por ejemplo a, las enmiendas a la Constitución, Ley de Justicia Laboral, impuesto a las herencias, Ley de Tierras, etc.
Es decir, mientras la clase política se disputa los espacios de poder, lo sectores populares, debido a la poca formación y débil criterio político siguen siendo presa fácil de la desinformación paralela y de quienes dicen defender sus intereses. Sin embargo, los sectores políticos, durante las últimas cuatro décadas, lo único que han hecho es repartirse el poder entre los financiadores de las campañas y ofrecer una que otra dadiva populista que abriga las esperanzas del pueblo; pero en la práctica, han disminuido los derechos sociales impidiendo el ejercicio de los derechos constitucionales y afectando a la soberanía nacional.
Mientras el oficialismo revolucionario dice que gobierna y legisla para disminuir la deuda social, se evidencia su impotencia política, que para “cumplir” con su proyecto populista endeuda geométricamente al país y consecuentemente a los ecuatorianos. Por otro lado, las bases de las organizaciones populares tienen dificultad para valorar críticamente las propuestas políticas de ambos sectores.
En este momento, es oportuno, que los trabajadores y los ciudadanos de a pie con valentía y voluntad inquebrantable, puedan distinguir los intereses populares de los intereses de la derecha. Sólo así, podremos ir forjando el establecimiento de una democracia a favor de nuestro pueblo y no en contra de él, que debe ser asunto de capital interés para los sectores sociales comprometidos con el país.