La historia de Loja, con sus dos fundaciones en 1546 y 1548 por el Capitán Alonso de Mercadillo, es un relato que se ha glorificado a lo largo del tiempo sin un análisis crítico de su trasfondo. Estas ciudades no se establecieron para el bienestar de los pueblos originarios, sino como enclaves estratégicos para el saqueo de riquezas y la consolidación del dominio colonial. Es hora de que cambiemos esta narrativa en las aulas y en nuestra memoria colectiva.
En las escuelas seguimos enseñando las fundaciones como hechos heroicos, ignorando que nuestros ancestros fueron esclavizados y sus recursos explotados sin piedad. La riqueza mineral y botánica que existía en estas tierras fue arrancada y enviada a Europa, dejando a los pueblos originarios despojados y subyugados. Peor aún, en días como el de hoy, rendimos homenaje a personajes como Mercadillo sin cuestionar el sufrimiento que su presencia significó para los pueblos nativos.
Pero esta reflexión histórica no es suficiente si no la enlazamos con los problemas actuales. Hoy, los habitantes de Loja enfrentamos un "yugo" diferente: la negligencia de los gobiernos de turno. La inseguridad en las calles, la precariedad del sistema de salud, el desempleo y la falta de oportunidades son señales de un sistema que prioriza los intereses económicos de las élites sobre las necesidades del pueblo.
En lugar de conmemorar fundaciones, debemos unir nuestras voces reclamando integración socioeconómica, justicia y un modelo de desarrollo que aproveche la agricultura, la industria, el comercio y nuestra riqueza cultural y humana.
Es el momento de redefinir nuestras prioridades como sociedad civil, planteando soluciones concretas a nuestras necesidades más urgentes. Este grito debe trascender celebraciones simbólicas y convertirse en una verdadera exigencia de progreso inclusivo para todos los habitantes de Loja y la región sur.
Que la memoria histórica sea un puente hacia la acción, y que el pasado nos inspire a construir un futuro más justo y equitativo para las próximas generaciones.