El año 2024 ha sido de lucha y resistencia, con trabajadores, pobres y marginados enfrentando desafíos para sobrevivir y mantener su dignidad. Mientras los precios de la canasta básica y servicios han aumentado, los salarios permanecieron estancados, con solo un aumento de 10 dólares mensuales a partir de enero de 2025, lo que equivale a un centavo por hora de trabajo. Esto ha llevado a muchos a elegir entre comer o no.
En un momento en que la derecha neoliberal busca silenciar a los sectores populares, es el momento para reflexionar, luchar y construir colectivamente nuevas esperanzas. Es la hora del pueblo para unirse y exigir un futuro más justo, con políticas que beneficien a la mayoría y no solo a una élite privilegiada.
Es hora del pueblo para seguir luchando y resistiendo en contra de los tres palos:
1. Contra el palo de la inseguridad: El aumento de la violencia y el crimen ha obligado a los ciudadanos a encerrarse, deteriorando su calidad de vida. Pese a que el alza de impuestos fue justificada como una medida contra la delincuencia, esta sigue en ascenso. En Guayaquil, desde el 8 de diciembre, cuatro menores permanecen desaparecidos, presuntamente secuestrados por un escuadrón militar.
2. Contra el palo de la desinversión social y pública, agravando las dificultades existentes en ámbitos como la protección social, educación, salud, vivienda, entre otros; tampoco se han generado fuentes de empleo ni se construyen obras indispensables para desarrollar el aparato productivo del país.
3. Contra el palo de la elevación del IVA al 15 %, aspecto que afecta más a las personas con menores ingresos, mientras que para la burguesía este incremento resulta banal debido a la magnitud de su riqueza. Bajo el argumento de generar mayores ingresos para el Estado, el gobierno de Noboa quiere privatizar las empresas públicas pertenecientes a sectores estratégicos.
Finalmente, que, en el 2025 llegue la hora del pueblo para transformar el Estado, reemplazando la obsoleta estructura capitalista por un modelo que priorice políticas públicas inclusivas y equitativas, que impulsen el desarrollo socioeconómico, el bienestar y que de mayor reconocimiento a los derechos y dignidad de todos los ecuatorianos.