viernes, 6 de octubre de 2023

La convivencia escolar desde la cordialidad

La semana próxima pasada participé de un interesante seminario virtual realizado en Montevideo-Uruguay, versó sobre el estado actual de la sobre convivencia escolar. Se enfatizó que los ministerios de educación de la región, los directivos, los docentes y los padres de familia hemos “desviado un poco la mirada de la violencia centrando nuestro trabajo en la transferencia de conocimientos”. Se dijo además que es hora de tratar de entender cómo se construyen las relaciones pacíficas como una apuesta para enriquecer los procesos de enseñanza aprendizaje.

En ese objetivo, el argumento central de la conferencia “Convivencia, un campo en construcción”, a cargo de Cecilia F. Evans, académica de la Universidad Nacional Autónoma de León-México, manifestó que aún en la educación entronizada por la competencia y no por la competitividad, permanecen formas de solidaridad soterradas que dejamos pasar por alto porque estamos más preocupados por la violencia. Al respecto explicó que en el campo de la convivencia existen criterios organizadores como: “los aspectos y los actores relacionados con la convivencia; la propia comprensión de la convivencia como fenómeno social; y lo situado en la reflexión e intervención sobre la convivencia como experiencia formativa”.

Durante mi modesta experiencia en las aulas, supe a tiempo que los aspectos relacionados con la convivencia escolar son muy importantes, por ejemplo, el relacionado con el clima organizacional dentro del aula escolar y las habilidades socioemocionales son parte transversal del trabajo en clase. Hay que poner mayor cuidado a la relación de estos con el proceso de aprendizaje, puesto que, emparejado con la desmotivación y el bajo rendimiento escolar brota el maltrato entre compañeros, que muchas de las veces estaban invisibilizados.

Hay que echar una mirada teórica y releer disciplinas como la sociología, la antropología, los estudios culturales, la ética y la ciencia política para encontrar un marco interpretativo - constructivista de la convivencia, asumiéndola como el resultado de interrelaciones sociales construidas como aspiración superior de la educación emancipadora. Aquí es cuando aparece convivencia y violencia bajo los mismos conceptos y este es un problema que corresponde tratar a los docentes, porque no podemos hacer énfasis separados en violencia y otros énfasis en convivencia. “Ante esto, tendríamos que el conflicto es el área de intersección entre dos campos temáticos, pues abarca por igual el tema de violencia que de convivencia”, explicó.

Concluyendo tendríamos que una mejora en el tratamiento de la convivencia y la violencia debe partir de la cordialidad entre todos los involucrados, y no solo centrarse en los estudiantes conflictivos, así como profundizar en el conjunto de temáticas como la educación para los derechos humanos, la democracia, la inclusión, la interculturalidad, la equidad, la paz y la educación para la justicia social y otros procesos que favorecen las relaciones pacíficas y duraderas, teniendo en cuenta que la sana convivencia es el centro de la escena en la vida escolar.