La semana anterior, al pasar por un caserío la capilla estaba cerrada, afuera había algunos hombres ebrios, “son cabildantes” dijo alguien. Más arriba pregunté a una señora de edad, porqué en el lugar hay poca gente. Manifestó que en tiempos del “Presidente Mashi”, primero les quitaron la escuela, luego al médico y a la enfermera, después al cura y al policía. Los jóvenes y adultos durante el día migran a la ciudad en busca de trabajo, No tenemos nada, “aquí no queda ni Dios”
La inseguridad en las calles, la institucionalización de la corrupción, los pésimos servicios sociales, la falta de empleo, son entre otros los grandes males que afectan al país. Corresponde por tanto a los ecuatorianos, el próximo 20 de agosto elegir al Presidente de la República y a los 137 Asambleístas a fin de sentar las bases para la reorganización estructural del Estado, aunque en año y medio no se pueda hacer mucho.
Varias encuestadoras opinan que, si las elecciones fuesen hoy, Luisa González de la revolución ciudadana y Yaku Pérez de la Alianza Claro que se puede, pasarían a segunda vuelta, muy distanciados de Otto Sonnenholzner y Fernando Villavicencio. Aunque el tiempo es corto, “mucha agua correrá bajo el puente”. Es muy difícil que alguien gane en primera vuelta, por lo que los ocho candidatos junto a sus agrupaciones políticas y auspiciantes, se esfuerzan por ubicarse entre los primeros; si no les alcanza para pasar a la segunda vuelta, al menos llevaran un bloque de asambleístas para las consabidas negociaciones en Carondelet y en la Asamblea Nacional.
El Presidente Lasso, incapaz de administrar el país para todos los ecuatorianos, inmerso en el juicio político y convencido de la posibilidad cierta de ser destituido por la Asamblea Nacional, disque amparado en la Constitución, antes de la votación, decretó la muerte cruzada, con lo cual mandó a sus casas a los asambleístas, sin pensar en su confesa inoperancia, pues lo mismo le ocurrirá a él dentro de cuatro meses. Esta inestabilidad será aprovechada para proponer leyes que favorezcan a la derecha, a los grandes grupos empresariales y al entorno familiar del propio presidente.
Es evidente que la crisis política que atraviesa el Ecuador no se resolverá de inmediato, será prioritario en este periodo restituir la institucionalidad, las políticas económicas, el marco normativo nacional con nuevas leyes que beneficien a todos y garanticen la soberanía nacional.
Al final, es hora de tomar conciencia de lo que está ocurriendo en el país, no podemos dar las espaldas a nuestros hermanos campesinos, indígenas, trabajadores, estudiantes, migrantes; es hora de conquistar el escenario y la representatividad nacional y la legitimidad social y política, por ello, la alternativa coyuntural es Yaku Pérez y sus candidatos, para desde el Estado disputar el poder a la derecha neoliberal y construir la Patria Nueva con el propósito de que la brecha entre las clases sociales sea menor.
La inseguridad en las calles, la institucionalización de la corrupción, los pésimos servicios sociales, la falta de empleo, son entre otros los grandes males que afectan al país. Corresponde por tanto a los ecuatorianos, el próximo 20 de agosto elegir al Presidente de la República y a los 137 Asambleístas a fin de sentar las bases para la reorganización estructural del Estado, aunque en año y medio no se pueda hacer mucho.
Varias encuestadoras opinan que, si las elecciones fuesen hoy, Luisa González de la revolución ciudadana y Yaku Pérez de la Alianza Claro que se puede, pasarían a segunda vuelta, muy distanciados de Otto Sonnenholzner y Fernando Villavicencio. Aunque el tiempo es corto, “mucha agua correrá bajo el puente”. Es muy difícil que alguien gane en primera vuelta, por lo que los ocho candidatos junto a sus agrupaciones políticas y auspiciantes, se esfuerzan por ubicarse entre los primeros; si no les alcanza para pasar a la segunda vuelta, al menos llevaran un bloque de asambleístas para las consabidas negociaciones en Carondelet y en la Asamblea Nacional.
El Presidente Lasso, incapaz de administrar el país para todos los ecuatorianos, inmerso en el juicio político y convencido de la posibilidad cierta de ser destituido por la Asamblea Nacional, disque amparado en la Constitución, antes de la votación, decretó la muerte cruzada, con lo cual mandó a sus casas a los asambleístas, sin pensar en su confesa inoperancia, pues lo mismo le ocurrirá a él dentro de cuatro meses. Esta inestabilidad será aprovechada para proponer leyes que favorezcan a la derecha, a los grandes grupos empresariales y al entorno familiar del propio presidente.
Es evidente que la crisis política que atraviesa el Ecuador no se resolverá de inmediato, será prioritario en este periodo restituir la institucionalidad, las políticas económicas, el marco normativo nacional con nuevas leyes que beneficien a todos y garanticen la soberanía nacional.
Al final, es hora de tomar conciencia de lo que está ocurriendo en el país, no podemos dar las espaldas a nuestros hermanos campesinos, indígenas, trabajadores, estudiantes, migrantes; es hora de conquistar el escenario y la representatividad nacional y la legitimidad social y política, por ello, la alternativa coyuntural es Yaku Pérez y sus candidatos, para desde el Estado disputar el poder a la derecha neoliberal y construir la Patria Nueva con el propósito de que la brecha entre las clases sociales sea menor.