En el artículo anterior, hice referencia al “Segundo Congreso Mundial Educativo”, celebrado recientemente en la ciudad de Panamá, el cual colocó en la discusión lecturas y vivencias que, puestas en conjunto, mostraron el panorama de una estrategia común y desigual al mismo tiempo, en torno a las políticas educativas del neoliberalismo en América Latina.
En la misma temática, los movimientos pedagógicos y las organizaciones sindicales decidieron “transgredir los debates anacrónicos y los hábitos previsibles de las resistencias populares, mediante una propuesta consensuada para la desterritorializarción escolar y matriculación digital en plataformas privadas", lo que se considera como la forma más descarada de privatización de la educación, descarada por que los Estados neoliberales de la región evitan la obligación de garantizar el derecho a la educación pública y gratuita de forma presencial.
Se resaltó que otro de los males en la educación regional es la “precarización de los aprendizajes y virtualización de la pedagogía bancaria", acentuada durante la pandemia y sometiendo a los escolares a un proceso de enseñanza unidireccional en condiciones de desigualdad social y tecnológica, por lo que urge al profesorado construir las taxonomías para los aprendizajes críticos a fin de oponer resistencia a las relaciones de competitividad y rentabilidad económica que impone el neoliberalismo.
Para el caso ecuatoriano y a propósito del proceso electoral los candidatos que defienden el sistema establecido nos hablan de gobernabilidad y gobernanza, lo cual no es más que una invención del capitalismo para posicionar a las corporaciones económicas, multilaterales de la globalización, organismos financieros trasnacionales y a la burguesía criolla, en la determinación de políticas educativas públicas para la formación artesanal y técnica, con ese pretexto, se introdujeron las metodologías de desarrollo de competencias y de proyectos, cuyo fin oculto es la formación para la incertidumbre laboral y la auto organización del desempleo con emprendimientos que en realidad son de precariedad económica y de sometimiento.
A los docentes nos corresponde buena parte de los éxitos y fracasos educativos, sin embargo, si permanecemos en la comodidad y enajenados de la problemática socio educativa, seremos parte de la “colonización del cerebro” con fines de manipular políticamente a los estudiantes. A la unión nacional de educadores nos preocupa la facilidad con que algunos maestros aceptan el discurso oficial sin reparar en que la sociedad nos ha encomendado la formación de hombres y mujeres capaces de comprender que las diferencias y desigualdades sociales son parte del conflicto de la lucha de clases.
Finalmente, ante la imposición de un modelo totalitarista de gestión docente: vertical, individualista, deshumano, despersonalizado y autoritario, en el que prevalece la extrema burocratización y tramitología de la carrera docente, el cual despoja al profesorado del derecho a la organización sindical en cada centro educativo; por tanto, nos corresponde una invitación mutua para forjar el diálogo y la unidad con los sectores populares a fin de defender la educación pública y nuestros derechos.