La Consulta Popular tuvo el propósito de catapultar más allá de la realidad al desprestigiado y débil gobierno del encuentro. Para la derecha y para quienes apoyaron el sí, la consulta no fue más que una cortina de humo para esconderle al país la desastrosa gestión y los escándalos de corrupción que salpican al propio presidente Guillermo Lasso.
La consulta popular pretendió valerse de la desesperación ciudadana, solamente le interesaban los resultados de la consulta y no resolver los graves problemas que afectan al país. Lasso rehuyó a los debates públicos, pero aprovechó todos los medios de comunicación para confundir al pueblo; y, sin embargo, en especial los sectores populares le dijeron NO al presidente Lasso, al gobierno y la derecha.
Las preguntas fueron tramposas porque: Se dijo de extraditar a narcotraficantes, pero no a los corruptos por peculado. No se quería dar autonomía a la fiscalía sino controlarla. Se pretendió reducir asambleístas a las provincias pequeñas. Sobre los movimientos políticos, si algo falta en el Código de la Democracia corresponden reformas vía Asamblea Nacional. En cuanto al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, suponía el reparto de la designación de las 77 autoridades y los miembros del mismo entre los asambleístas y el gobierno. La Constitución con claridad dispone la protección de las áreas hídricas y el agua como un derecho humano superior a la explotación minera. Y sobre la compensación ambiental solamente se requiere de voluntad política y presupuesto.
El Presidente Lasso, como no logró el apoyo en la Asamblea Nacional para la aprobación de proyectos que le permitan privatizar las empresas públicas y entregar a las transnacionales la explotación petrolera y minera, intentó a través de la consulta ganar el apoyo de los ecuatorianos y así demostrar que tiene liderazgo y hacer realidad el proyecto neoliberal. Un banquero, solo sabe de estrategias para acumular más riqueza. Lasso no conoce que el liderazgo político –que le hace falta– se gana dialogando con todos los sectores, con alianzas políticas transparentes, con políticas públicas que resuelvan los problemas más profundos del país.
El CNE ha hecho público el triunfo del NO, hay que estar atentos porque el gobierno y la derecha ya muestran su alevosa intensión de manipular los resultados a su favor. He escuchado a ciertos actores políticos heridos por la bala de los resultados, exigir el recuento de votos de la consulta y que se acogerán al derecho a la resistencia. Estos señoritos ignoran que este derecho constitucional concede a los sectores populares la posibilidad de oponerse a los abusos del poder y no a la defensa de los patrimonios y capitales mal habidos.
Al Presidente Lasso le salió el tiro por la culata, el pueblo votó NO, porque todas las preguntas apuntaban a concentrar mayor poder en la presidencia y a convertir la Asamblea Nacional en un botín político para repartirse la administración pública, dejando de lado problemas como la corrupción, delincuencia, narcotráfico, pobreza y desempleo del país.