miércoles, 5 de octubre de 2022

5 de octubre, Día Mundial de los Docentes

   Empezaré saludando a la clase magisterial, quienes en el día a día entregan todo su esfuerzo por facilitar a la niñez y juventud una educación liberadora de amor y conocimiento que los desarrolle a plenitud como seres humanos.

   Esta fecha no es solamente para rendir homenajes, se trata de reivindicar la tarea docente y el papel fundamental que desempeñan para que la educación sea el puente que brinde a la sociedad la esperanza y la promesa de mejorar las condiciones de vida.

   El gobierno del Presidente Lasso, ha confirmado que la gestión de la Ministra María Brown no responde a los objetivos educativos nacionales. Acaba de emitir un Reglamento a la LOEI, que más parece una contrarreforma a la propia ley, poniendo en riesgo la vigencia efectiva de la LOEI, se perjudica los más profundos derechos de niños, jóvenes y docentes en su percepción social. Hay un olvido intencional y falta de voluntad política que pesa a la hora de revalorizar la labor docente y mejorar la calidad de la educación.

   En el caso de la equiparación salarial, que no es un alza de sueldos, sino una reparación de derechos, luego de varias cortapisas por parte del gobierno para archivar la LOEI, o por lo menos para desconocer la equiparación salarial, la Corte Constitucional dictaminó su constitucionalidad. El presidente Guillermo Lasso tiene plazo hasta el 28 de octubre de 2022 para su cumplimiento. Sin embargo, el malhadado Reglamento, perversamente aumenta requisitos que excluyen de la equiparación salarial alrededor de 18 mil docentes, en suma, un reglamento que reforma la LOEI y la Constitución.

   Finalmente, para tener claro que las exigencias de mejorar el salario, los contextos de trabajo y las condiciones de vida de los docentes, es preciso leer una carta escrita el 25 de enero de 1873, que ilustra el permanente reclamo del maestro ecuatoriano.

“Señor Gobernador de la provincia de Imbabura / A su dignidad:

Por mucho tiempo he desempeñado el cargo de maestro, destino que sólo pueden obtenerlo los hombres sobre quienes pesan todas las desgracias, y no tengan otra profesión para vivir. Mi juventud y mis fuerzas, Señor, me garantizan todavía para buscar mi vida de otro modo, tal vez sin los azares que me han acompañado hasta hoy, durante mi destino. Ruego a Usted, se sirva aceptar la renuncia de la escuela…, y que la propongo por serme necesario buscar mi independencia y el porvenir de mi familia; asegurando a Usted que me separo del empleo con la grata satisfacción de haber trabajado a favor de mi país y haber prestado mis pequeños servicios en obsequio de la juventud ibarreña toda mi vida.

Atentamente, Manuel Pasquel / Profesor de Ibarra”

“Más claro no canta un gallo”. Así que para levantar la bandera por el Día Mundial del Docente nos corresponde forjar la unidad y exigir el cumplimiento de derechos como la equiparación salarial y en defensa de la educación pública.