miércoles, 6 de septiembre de 2017

TREINTA Y TRES BALAS (fragmento)

DESGASTÉ CADENAS AÑORÁNDOTE

TREINTA Y TRES BALAS (fragmento)

Ahmed Arif/Poeta Turco

traducción de Pepa Baamonde e Irfan Güler,

Tomado de: https://www.airesdelibertad.com/t47988-ahmed-arif-1923-1991


III

Fui fusilado

En una garganta solitaria de las montañas

A la hora de la oración de la mañana,

Estoy tendido

Ensangrentado, estirado...

 

Fui fusilado

Mi sueño, más oscuro que las noches

Nadie sale a interpretarlo favorablemente

Me quitan la vida no por muerte natural,

No hay libro que pueda explicarlo

Un general había dado una orden

Fui fusilado, sin interrogatorio, sin juicio.

 

Padrino mío, escribe mis circunstancias tal como son

O tal vez se tomarán por rumores

No son tetas rosas

Son balas explosivas

Destrozadas en mi boca...

IV

Ejecutaron la sentencia de muerte,

A la niebla de la montaña azul

Y al viento medio dormido del alba

Mancharon de sangre.

Después allí mismo pusieron sus fusiles en haz,

Registraron suavemente nuestro pecho

Buscaron,

De arriba abajo

Cogieron mi faja de tela roja de Kermanshah

Mi rosario, mi petaca, y se marcharon

Eran todos regalos de Persia...

 

Somos padrinos, hermanos, unidos por la sangre

Con las aldeas, con los nómadas del otro lado

Tomamos y dimos a nuestras hijas durante siglos,

Somos vecinos, frente a frente

Nuestras gallinas se mezclan unas con otras.

No por ignorancia,

Sino por pobreza

No mostramos cariño al pasaporte

Esta es la causa del delito por el que se nos masacra,

Por eso tenemos mala reputación, de bandoleros

De contrabandistas

De salteadores

De traidores...

 

Padrino mío, escribe mis circunstancias tal como son

O tal vez se tomarán por rumores

No son tetas rosas

Son balas explosivas

Destrozadas en mi boca...

V

Disparad bastardos,

Disparad,

Yo no muero fácilmente.

Tengo brasas en las cenizas de la chimenea,

La palabra en mi vientre

Para aquel que entiende,

Mi padre perdió los ojos en Ura

También sus tres hermanos

Tres amados cipreses,

Tres trozos de montaña, no saciados de vida,

Cuando resistieron contra el asedio del francés

Desde torres, montes, minaretes

Los hijos de las montañas, de padrinos, de parientes

Había empezado a sudar el incipiente bigote

De Nazif, mi tío pequeño

Guapo,

Ligero

Buen jinete

Disparad hermanos, había dicho

Este es el día del honor

y encabritó a su caballo.

 

Padrino mío, escribe mis circunstancias tal como son

O tal vez se tomarían por rumores

No son tetas rosas

Son balas explosivas

Destrozadas en mi boca...