"Los jóvenes, esperanza y motor del desarrollo de los pueblos"
A propósito de los sucesos de los estudiantes del colegio Mejía, con cierta nostalgia, comenta un colega, que “siempre han sido los del Mejía quienes con su valentía salían a protestar contra las injusticias”.
Si se repite una y otra vez que los jóvenes son la esperanza y el motor del desarrollo de los pueblos, que se impulsan las aspiraciones y anhelos de la juventud; cómo puede explicarse que cuanto éstos en las calles alzan su voz contra la elevación de las tarifas del transporte y otros males sociales, se los reprime criminalizando su actuación.
Quizá haya que releer el artículo 27 de la Constitución que dispone “…el desarrollo de competencias y capacidades para crear y trabajar…” Cabe también recordar que ha propósito de las evaluaciones a docentes y estudiantes se manifestaba: "¡Que se sepa, sacar buenas calificaciones no garantiza que sean buenos estudiantes!", que lo importante “es la actitud y el emprendimiento”.
En una y otra declaración subyace una educación para el sometimiento y no para la emancipación. Sin duda que para el sistema capitalista, para la empresa privada, lo importante no son los conocimientos adquiridos, sino las actitudes del trabajador; por eso, ellos valoran más los comportamientos frente a diferentes situaciones emocionales críticas, como el autocontrol, independencia, dinamismo, motivaciones, liderazgo; es decir, les interesa más la promoción de la "eficiencia, productividad" y el sometimiento dócil para aumentar al explotación del trabajo.
El asunto es, que en el caso de los estudiantes del Mejía, lo importante
es aleccionar con la pedagogía del miedo impidiendo su capacidad de revelarse
ante las injusticias; aunque en los discursos se habla de luchar contra ellas,
en realidad se condena el reclamo social y la protesta cívica por los derechos,
de la cual los estudiantes y los trabajadores de todas las generaciones han
sido los gestores de la lucha por la independencia y la soberanía nacional.
La protesta social, a más de ser un derecho, es la garantía para
recuperan la conciencia y la dignidad humana, para la construcción de una
patria Soberana.