A pesar de haber vivido en épocas diferentes, el Dr. Bernardo Valdivieso y el Dr. Miguel Riofrío, comparten notables coincidencias en su legado intelectual y social, especialmente en el campo de la educación laica, la historia y la lucha por la libertad. Ambos representan un espíritu adelantado a su tiempo y una profunda vocación por el progreso cultural, cívico y educativo de su natal Loja.
Bernardo Valdivieso (1745–1805), fue un pionero en la promoción de una educación libre, científica y laica, en momentos en que el acceso al conocimiento estaba restringido por las estructuras coloniales y clericales. Su visión liberal lo llevó a donar gran parte de su patrimonio para la creación de instituciones educativas como el Colegio Bernardo Valdivieso y la Escuela Miguel Riofrío, lo que refleja su inquebrantable fe en la educación como vía de transformación social. No solo impulsó la instrucción formal, sino también el pensamiento crítico y la defensa de los derechos individuales, sembrando así las bases de una ciudadanía comprometida con el bien común.
Décadas más tarde, Miguel Riofrío (1822–1879) retomaría ese legado con renovado ímpetu. Como escritor, político y educador, Riofrío defendió con vehemencia una educación científica, laica y democrática. Desde sus funciones públicas y su obra literaria, denunció las injusticias sociales y planteó reformas orientadas a la equidad y la modernización del Estado. La Emancipada no solo es la primera novela ecuatoriana, ni un hito literario, sino también una herramienta de concienciación crítica y de denuncia social. Como legislador, abogó por leyes que fortalecieran la educación pública y secular, considerando la formación de ciudadanos libres como una prioridad nacional y como base para el desarrollo republicano.
Ambos intelectuales se entrelazan en la historia de Loja como pilares de una visión emancipadora que desafiaba las estructuras de dominación cultural y política de sus respectivas épocas. Sus ideales de libertad, justicia y educación universal siguen vivos en las instituciones que llevan sus nombres y en la memoria colectiva de una ciudad que valora profundamente su herencia ilustrada.
Bernardo Valdivieso y Miguel Riofrío, aunque distantes en el tiempo, compartieron un mismo sueño: una Loja libre y justa, forjada desde la educación. Nos corresponde seguir su legado, para construir una patria nueva, más equitativa y soberana, inspirada en una educación verdaderamente emancipadora.